Adecco Estudiantes se va de copas a Vitoria

Por Jorge Muñoa. Madrid, 19 ene (EFE).- En el último suspiro, con sufrimiento, pero también con buen baloncesto y osadía, como mandan las normas de la casa, el Adecco Estudiantes certificó la clasificación para la Copa del Rey pocas semanas después de bordear los puestos de descenso, ahora olvidados y enterrados por la ilusión de volver a Vitoria y disfrutar del mejor Felipe Reyes, ejecutor implacable del Breogán.

De entre todos los equipos que afrontaban la jornada con el pase copero en juego, el adecco Estudiantes disponía, sin duda, de una de las mejores situaciones para conseguirlo. A los colegiales les bastaba ganar para obtener el billete para el Fernando Buesa. Incluso si perdían contaban con opciones gracias a su ventaja en el cociente de puntos frente a los rivales directos.

El Leche Río Breogán también contaba con buenas perspectivas, pero además de vencer necesitaba que perdieran dos de sus predecesores en la tabla. En el supuesto de una derrota, las exigencias obligaban a que fueran sus cuatro antecesores los que saliesen malparados de sus respectivos compromisos.

La tarde prometía emociones. Madrileños y gallegos iban a jugarse, en sólo cuarenta minutos, muchas cosas. Para los gallegos, Vitoria, representaba el premio a una excelente primera vuelta. Para los madrileños, la recompensa al tremendo esfuerzo realizado para levantar una temporada que empezó torcida y ya han empezado a enderezar.

Quizá por jugar en casa, al abrigo de su público, o quizá por una mera cuestión de ambición, los estudiantiles asumieron la voz cantante apoyados en las nuevas premisas impuestas por José Vicente Hernández: el baloncesto típico de la casa y una rotación que sólo incluye a quienes lo merecen.

Pero el Breogán ha olvidado los complejos hace mucho tiempo. Su perímetro le insufló vida siempre que lo necesitó. En el primer cuarto acabó por delante en el marcador gracias a un triple sobre la bocina de Joaquín Ruiz-Lorente (23-20). En el segundo superó un parcial de 8-0 que parecía haber tocado su línea de flotación (37-28 m.16) y, después de medio choque, mantenía intactas todas sus opciones (43-37).

Ni siquiera las madrugadoras terceras personales de Davin Davis y Andrae Patterson, ambos hombres vitales en cada bando, restaron atrevimiento a dos colectivos empeñados en visitar Vitoria el próximo marzo.

Nicola Loncar, espléndido en el tiro, volvió a ratificar las intenciones del Breogán ante la ofensiva colegial del tercer cuarto (55-45 m-25). El serbo-hispano cargó la muñeca en el instante oportuno para mantener vivo el partido, pero el estudiantil que emulaba a Loncar en el bando contrario, Marlon Garnett, también golpeaba con acierto desde fuera. Eso si, lo de Loncar parecía planificado. Asomaba el peligro y allí surgía la mano del alero yugoslavo para sostener al Breogán.

El reloj corría y los lucenses apostaron por una zona 1-3-1 para cambiar la dinámica del juego y, sin casi darse cuenta, firmaron su propia sentencia por obra y gracia de un Felipe Reyes demoledor, que en tres ataques rompió la baraja (71-62 m.35) y embarcó al Estudiantes rumbo a Vitoria.

95 - Adecco Estudiantes (23+20+20+32): Azofra (6), Garnett (17), Jiménez (15), Felipe Reyes (31), Alfonso Reyes (12) -cinco inicial-, Martínez (4), Patterson (8), Jasen (2) y Yáñez (-).

83 - Leche Río Breogán (20+17+20+26): Lázaro (5), Loncar (23), Biota (7), Davis (18), Martin (6) -cinco inicial-, Ruiz Lorente (5), Ezugwu (4), Odriozola (-), Sanmartín (15) y González (-).

Árbitros: Guirao, Hierrezuelo y Alzuria. Excluyeron por personales a Martin (m.37).

Incidencias: encuentro correspondiente a la decimoséptima jornada de la Liga ACB disputado en el Palacio Vistalegre ante unos 14.000 espectadores.