Luchas por un sueño, entrenas, caes, te levantas, alcanzas la élite, te mantienes, te sientes realizado por el trabajo realizado y, de repente, con el paso del tiempo te vienen las primeras dudas. ¿Y después del basket… qué? ¿Qué me espera una vez los focos se apaguen? ¿Cómo será mi día a día tras colgar las botas? Para facilitar la tan temida transición, la acb presentó la pasada temporada un acuerdo con Johan Cruyff Institute, con el propósito de ayudar a jugadores y exjugadores en su formación. La iniciativa, nunca antes vista en España, les permite seguir preparándose profesionalmente mientras compiten en la Liga Endesa, con un programa académico específico y acorde a sus circunstancias.
“Es importante que los jugadores puedan preparar su futuro una vez finalicen su carrera deportiva”, señalaba el presidente de la acb Antonio Martín tras el acuerdo, que garantiza la financiación por parte de la acb de un 50% del curso, además de descuentos para los jugadores que decidan avanzar a unan formación superior, incluyendo programas de máster y posgrado.
El curso, que arrancó por primera vez en noviembre, fue un verdadero éxito, en palabras de los que lo vivieron en primera persona, sus estudiantes. “Mi experiencia ha sido excelente”, confiesa la estrella del Unicaja Kendrick Perry, al que le quedó tiempo, entre exhibición y exhibición sobre el parqué, para profundizar en un programa bilingüe, impartido tanto en español como en inglés. “Creo que el curso y los ponentes invitados fueron muy útiles y dieron mucha información sobre la vida después del baloncesto. En mi caso, siendo emprendedor, mis aspectos favoritos de la clase fueron aquellos que coincidían con eso: marketing, innovación, patrocinio, etc”.
Álvaro Muñoz, capitán del Monbus Obradoiro que cuenta con 223 partidos acb a sus espaldas, asiente. “Todos los que hemos participado estamos muy contentos. Cada semana teníamos nuevas charlas de mentoría con gente del mundo del deporte, como exjugadores contándonos su experiencia. Estamos muy centrados en el día al día del basket y estas cosas te abren tu mundo y tu horizonte. Descubres qué habilidades tienes, ves hacia dónde quieres tirar cuando te retires y qué te falta para esa transición al mundo laboral. Profesores didácticos, sesiones entretenidas y contenidos sobre los que luego te apetecía indagar más… ¡ha sido un acierto!”
Con un año más que Muñoz (34) y 282 partidos en Liga Endesa como mejor aval, Vitor Benite comenzó el programa de Johan Cruyff Institute sin saber bien qué se encontraría y lo terminó como ejemplo de estudiante modelo, tan estelar con los apuntes como desde el 6,75. “Me ha gustado muchísimo y lo he disfrutado. Me ha preparado, he aprendido y ha creado la base para lo que viene, pues es como un pilar para que tú puedas seguir un plan hacia el futuro, a la carrera que elijas. Nuestra vida como deportista es corta y cuanto más conocimiento tengamos, mejor. Me lo pasé genial con la parte de empresas, aprendiendo de gestión, marketing, instituciones… El curso te deja la cabeza tranquila y te da seguridad hacia dónde quieres ir, es lo más guay de haberlo hecho”.
Desde luego, el brasileño o sus compañeros de programa no fueron los únicos que valoran la pionera iniciativa. “La satisfacción de los docentes es total”, apunta Victor Jordan, director académico de Johan Cruyff Institute. “En muchas ocasiones sorprendió la mirada reflexiva de los estudiantes sobre temas que van más allá de la práctica deportiva. Los profesores han mantenido una relación muy cercana con los estudiantes, siempre atentos a sus necesidades personales, intereses y nivel de aprendizaje y el feedback recibido ha sido muy positivo. Más allá de lo favorable que les pareció el programa, reflejado tanto en conversaciones como en encuestas de satisfacción, notamos una alta participación de los estudiantes, capacidad para trabajar de manera eficiente y equilibrar sus estudios con la práctica profesional. Este equilibrio les ha permitido asistir a todas las sesiones programadas y presentar los trabajos asignados con un alto nivel de calidad, lo que demuestra el compromiso y el valor que encuentran en el programa. Aunque requiere un esfuerzo, es un esfuerzo manejable y compatible con la rutina diaria”.
Muchos fueron los jugadores que se animaron en la 2023-24 a realizar el curso y aún más se esperan para la 2024-25, consecuencia de diseñar un programa flexible, fresco y gamificado, que en todo momento tiene en cuenta las obligaciones (entrenamientos, viajes, partidos…) de los profesionales.
Una primera parte online que solo exige tres horas semanales -30 minutos al día- y una fase presencial concentrada en dos días, con constante mentoría personal, favorecieron esa implicación tan alta por parte de los estudiantes, como reconoce Álvaro Muñoz. “Realmente los jugadores tenemos bastante tiempo y se puede hacer sin problemas. Y si un día no lo conseguías, podías ver grabada la clase. Además, los profesores nos mandaban contenido adicional, como vídeos o artículos sobre los temas tratados, por lo que todo se compagina bastante bien con nuestro trabajo”.
“El curso se ha hecho de una manera en la que el jugador tiene tiempo y tranquilidad para estudiarlo y para terminarlo. De ninguna manera implica alguna dificultad en el día a día del deportista”, añade Benite, mientras que Perry acabó con idéntico sabor de boca al de sus compañeros de profesión: “Equilibrar curso y vida diaria fue muy fácil. La clase online semanal de una hora me daba mucha flexibilidad, ya estuviera en Málaga o de viaje”.
Eso sí, hacerlo con más compañeros de equipo (y en Unicaja eran legión) siempre acaba siendo una ventaja, como pudo comprobar el base cajista. “Solemos tener muchas charlas entre sesiones sobre lo que pensamos de cada tema. Constantemente intercambiamos ideas y pensamientos entre nosotros, lo que creo que es muy útil para todos los que estamos haciendo el curso”. En el caso de Muñoz, tener a Álex Suárez supuso una bendición. “Íbamos comentando y ampliando temas en el día a día. Recomendaría a los jugadores convencer a otros de su equipo porque es ideal tener siempre a alguien cercano con el que compartir experiencias y dudas o echar una mano. Hace el curso más llevadero y profundizas más”.
De cualquier forma, adquirir conocimientos en gestión y desarrollo personal, con nociones financieras, económicas, empresariales y de marketing, además de la posibilidad de prácticas en empresas colaboradoras de Johan Cruyff Institute, permite mirar al futuro con más certezas y menos incertidumbre, como relata Vitor Benite. “El curso me ha ayudado con empezar a entender por donde voy, como conectarme con la gente y qué tipo de formación debo tener para hacer la transición de la mejor manera y tener una mejor situación al retirarme. Seguramente haga algo conectado con el baloncesto y el deporte: estar dentro de un club, una federación o un proyecto. El jugador está en una burbuja, con una vida muy distinta de trabajadores de otros sectores y suele costar prepararse para lo que viene. En ese sentido, el curso me ha dado tranquilidad para tomar decisiones con mayor seguridad”.
Muñoz, que desgraciadamente tuvo más tiempo para pensar debido a su rotura del ligamento cruzado anterior del que fue operado con éxito el pasado mes de marzo, : “Me gustaría algo relacionado con el baloncesto y me interesan comunicación y marketing. El curso ayudará a jugadores que estén en mi situación para que sepan qué es lo que realmente les apetece una vez alejados de las canchas. Algunos lo tienen claro, pero hay casos como el mío en el que no te decides: aquí tocas todos los palos y vas viendo lo que puede ser tu realidad tras retirarte”.
Entre los que sí lo tienen bien definido, un Perry al que el programa solo le hizo reafirmarse en su visión: “Tengo algunas ideas de lo que me gustaría hacer tras la retirada y este curso me ha dado una visión más clara y directa de cómo puedo lograr una carrera exitosa tras colgar las botas. Cada jugador es diferente, pero para aquellos que hayan pensado vagamente en su carrera después del deporte, supone una gran oportunidad para aprender sobre los diferentes caminos y ver cómo aplicarlos a sus futuros emprendimientos”.
“El hecho de que hayan empezado a pensar en su futuro más allá de las canchas es un éxito en sí mismo”, sostiene Victor Jordan, que ofrece una visión mucho más global de la importancia de la iniciativa. “Va más allá de planificar el futuro. Se trata de empezar a mejorar tanto en conocimientos como en habilidades. En algunos casos ya han desarrollado ideas que pueden ser llevadas a cabo y eso demuestra no solo una compresión teórica de los conceptos, sino la capacidad de aplicarlos de manera práctica. Formarse siempre es beneficioso y regresar a las aulas siempre es positivo. Si lo que aprendes es aplicable no solo a tu futuro, sino también a muchas situaciones presentes, y te hace pensar y reflexionar, entonces es aún más valioso”.
Por ello, con las inscripciones ya abiertas para la 2024-25, los que vienen de hacer la formación no dudan en animar a otros compañeros o rivales que aún se lo estén pensando. “¡Sin duda que lo recomendaría!”, exclama Muñoz. “Te decidas por un ámbito laboral u otro, hay temas que te van a ayudar en tu día a día. Estamos en una burbuja, alejados de ese mundo “normal”, y un programa así te ayuda a que luego el golpe de realidad sea menos fuerte”.
Una vez más, Benite hace suyas las palabras del obradoirista, inciciendo en la importancia de una formación adecuada en la vida del deportista. “Veo necesario estudiar algo distinto y conocer la vida más allá del deporte. Aparte que, personalmente, me ayuda muchísimo en el día a día estudiar o hablar con gente que trabaja en otros áreas. Al final, todo conocimiento tiene mucho valor y seguro que es clave para el futuro de cada jugador”.
¿Qué jugadores o exjugadores de la Liga Endesa tomarán el relevo en la temporada 2024-25? En Johan Cruyff Institute ya les esperan con los brazos abiertos.