Redacción, 4 Oct. 2014 (EFE).- El Universidad Católica de Murcia Club Baloncesto comenzará su décimo séptima temporada, con la visita mañana domingo al Valencia Basket con el firme propósito de dar la sorpresa y, de ese modo, empezar con buen pie una Liga Endesa en la que su objetivo es lograr su mejor clasificación histórica, el duodécimo puesto.
Diego Ocampo, entrenador del UCAM, contará para esta cita con todos sus jugadores, aunque tres de ellos -el base brasileño Raulzinho Neto, el alero estadounidense Scott Wood y el pívot Víctor Arteaga- han arrastrado diversas lesiones durante la pretemporada.
El técnico gallego tiene a su disposición una plantilla "equilibrada", en la que son nuevos, además del propio Ocampo, los tres bases -Carlos Cabezas, Alberto Martín y el citado Neto- y los exteriores Scott Bamforth y Sadiel Rojas.
Continúan los aleros Thomas Kelati y Wood y los pívots José Ángel Antelo, quien ejerce como capitán; Augusto César Lima, Nemanja Radovic y Arteaga.
Para tratar de ganar al Valencia BC, vigente campeón de la Eurocup y que esta temporada disputará la Euroliga, en el choque de mañana, programado a las doce y media del mediodía en el Palacio de los Deportes, Ocampo ha pedido a sus jugadores "intensidad e inteligencia".
No obstante, es consciente de la dificultad que entraña vencer al que es considerado por casi todos como el mejor equipo de la otra Liga, de la que quedarían fuera el Barcelona y el Real Madrid, cuyo potencial es claramente superior al resto de participantes.
"Nosotros tenemos que igualar su nivel de intensidad y actuar con inteligencia, pues lo importante es que compitamos", ha asegurado, al tiempo que ha dejado entrever cuáles serán las señas de identidad de su equipo. "Debemos jugar en equipo, trabajar al 100% y tener compromiso".
Este encuentro será especial en el plano personal para Ocampo, quien estrenará como entrenador principal en la ACB a los 37 años después de haber sido ayudante de grandes técnicos como Aíto García Reneses, Joan Plaza o Pedro Martínez.
El Valencia Basket abrirá mañana en la pista del UCAM Murcia la fase regular de la Liga Endesa con el objetivo de distanciarse de la 'clase media' de la competición y, como ya hizo la pasada temporada, encaramarse desde el principio a la parte alta de la clasificación.
La pasada campaña, el equipo valenciano logró hacerlo pese a los grandes obstáculos que supusieron los complicados desplazamientos de la Eurocopa y las lesiones que sufrió mientras que esta temporada tendrá que compaginar sus ambiciones ligueras con la exigencia de una Euroliga con viajes más cómodos pero mucho más exigente en lo deportivo.
El equipo de Velimir Perasovic afronta este arranque liguero tras haber perdido el pasado fin de semana ante el Real Madrid en la semifinal de la Supercopa Endesa, en un choque en el que demostró que aún le queda algo de rodaje para tener fluidez en su juego pero en el que confirmó que mantiene su espíritu competitivo.
En un equipo que mantiene la columna vertebral y el estilo de juego de las últimas campañas, en el juego exterior su principal objetivo será encajar al base-escolta estadounidense Dwight Buycks, que debe ser uno de los principales dinamizadores de su ataque pero que aún no ha encontrado su sitio en el equipo.
Por dentro, el equipo valenciano mantendrá mañana la baja de Bojan Dubljevic, que aún no está completamente recuperado tras haberse operado el hombro izquierdo al finalizar la pasada campaña. Se espera que Sam Van Rososm y Romain Sato puedan jugar pese a que padecen algunas molestias musculares.
Dubljevic está llamado a ser una de las piezas clave del juego interior pero su ausencia puede dar tiempo para que acelere su integración Luke Harangody, que debe ayudar en el rebote en ambas canastas y con tiros abiertos, y para que crezca en su juego Pablo Aguilar, que la pasada campaña apenas tuvo continuidad por las lesiones.
Las otras dos incorporaciones de este verano tienen ya un papel más definido. El joven Guillem Vives ha dado en pretemporada el relevo de calidad e intensidad que se le pide en el puesto de base y el veterano pívot Kresimir Loncar se ha convertido en un gran activo ofensivo en un equipo que necesita suplir de manera coral la marcha de Justin Doellman, MVP de la pasada liga.
