Madrid, 27 May. 2011.- Sufriendo, con la obligación de ganar varias veces el partido ante un rival incansable, pero con la suficiente paciencia como para rematar una faena forjada desde el primer minuto, el Real Madrid se adelanta en la serie frente al Bizkaia Bilbao Basket, al ganar por 78-67 un partido con varias caras.
La electricidad de Sergio Llull se impuso en un primer acto con aroma a concurso de triples (18-15), mientras que el buen segundo periodo del Bizkaia Bilbao Basket fue contrarrestado con dos minutos explosivos del Real Madrid que le valieron para irse con 8 de ventaja al descanso: 37-29.
Los de Molin encontraron su mejor versión tras pasar por vestuarios, llegando a dominar el encuentro por 12 (55-43, min.28), pero el cuadro visitante, todo orgullo, logró llegar con opciones a un último periodo en el que incluso llegó a ponerse a 2 (61-59) a falta de seis minutos para el final. En ese momento, el acierto en ataque de un Real Madrid guiado por Tomic, el acierto exterior de Tucker y la guinda de Llull a su propia exhibición, anularon cualquier atisbo de sorpresa.
La electricidad es de Llull
Justo antes de comenzar, Katsikaris miraba al frente, ilusionado, consciente de que la palabra historia era lo único seguro que tenía en su mano su Bizkaia Bilbao Basket en las siguientes dos horas. Estaban en unas semifinales por primera vez en la historia. Curiosa paradoja la del novato que llega cargado de viejos conocidos. Mumbrú, Fisher, Hernández-Sonseca, Hervelle ¿seguro que estos se estrenan en unas semifinales?, se preguntaba con sorna la parroquia blanca.
El Real Madrid, consciente de que a un pulso de ilusión tendría la de perder, quiso dar primero a base de sobriedad, respondiendo la canasta inicial de Mavroeidis con un 6-0 de parcial, moviendo con acierto el balón y jugando con la paciencia de su oponente. Empero, un triple de Mumbrú y cinco puntos consecutivos de Banic dejaban claro, desde muy pronto, que en las batallas por la historia, los brazos no se bajan jamás (9-10, min.5).
Cada equipo sufría su cruz. El Real Madrid no sabía encontrar a sus pívots por la excelente defensa interior del Bizkaia BB, abusando del tiro exterior (3/10 en el triple en el primer periodo, por un 3/3 en la zona), mientras que los visitantes no lo veían claro en ataque y acusaban tener una rotación menos profunda que su rival. A falta de brillantez, electricidad, con un duelo entre Llull y Jackson, mitad acelerados y mitad genios, que marcaba el ritmo del encuentro. Sergio ganaría el primer round. Y el combate... por K.O. técnico.
El balear, a base de velocidad, penetraciones alocadas y una intensidad muy por encima de rivales y compañeros, le dio otra imagen al Real Madrid, que tras un triple suyo, en su octavo punto del periodo, amenazaba con romper antes de terminar el cuarto (18-13). Solo era un espejismo.
Dominio negro, despegue blanco
Dos tiros libres de Fisher justo antes del bocinazo final y un triple de Vasileiadis en el primer balón del segundo acto que le llegó a sus manos nivelaron el partido a las primeras de cambio (18-18, m.11). Aquí no había pasado nada. El Bizkaia Bilbao Basket seguía asfixiando en la pintura a su rival y, ahora sí, parecía adueñarse al completo del ritmo del partido, que corría a su más puro antojo.
Mumbrú y Jackson adelantaban un par de veces más al cuadro vasco (23-24, min.15), si bien los de Katsikaris se quedaban con la sensación de que, evitando varias tontas pérdidas de balón, el golpe de estado al encuentro hubiera sido más real que simbólico. Suárez, que parecía invisible a un lado de la pista, acumulaba ya 5 recuperaciones y volvía a adelantar a los suyos con una canasta tras rebote cargada de rabia. A continuación, Mirotic amenazaba con el despegue de su equipo tras un triple, si bien los bilbaínos, a base de defensa y tiros libres, aguantaron unos minutos más (29-27, min.18).
Sin embargo, el conjunto de casa se adueñó en los últimos minutos del rebote y, con un Sergio Rodríguez especialmente descarado en los compases finales del periodo, le dio un duro golpe a su rival antes de irse a vestuarios. Tomic se fabricaba una canasta él solito, Rodríguez se inventaba una asistencia con aroma a su etapa más dorada para que Llull se reencontrase con el aro y el propio Tomic completaba su exhibición en la zona para completar el 14-5 de parcial e irse al descanso con una ventaja de 8 puntos: 37-29. Demasiado castigo para un Bizkaia BB cuyo único pecado fue desconectar durante minuto y medio.
Misma historia, papeles cambiados
¿Dónde estabas, Aaron? El norteamericano del Bizkaia Bilbao Basket no estrenó su casillero de puntos hasta la primera jugada del tercer cuarto. Tampoco es que se asustase el Real Madrid con el aviso inicial de su oponente. Un triple de Suárez y, a continuación, un tiro libre de Felipe Reyes, establecían la máxima en el luminoso para los de Molin (43-33, min.23), que con una colchón de doble dígito, parecían muy cómodos en pista.
Tres acciones positivas seguidas del Bizkaia Bilbao Basket encendían las alarmas en la Caja Mágica (45-39, m.25), aunque cuando justo tras fallar una posesión para ponerse a 4, Llull corría como un poseso para anotar en lo que dura un pestañeo. 47-39 (min.26) y una bofetada en la moral de su rival, que seguía sin rendirse.
Ni siquiera cuando Llull, en un tiro a lo Rudy Fernández, cayendo para atrás y con la posesión agonizando, anotaba desde más allá de 6,75. Tampoco cuando, en la siguiente jugada, Tucker se atrevía con otro triple para poner la remontada cada vez más difícil (55-43, min.28). Nunca. Jamás. No había sitio para la rendición. Hoy no.
Hervelle, a base más de casta y ganas que de inspiración, se estrenaba en el partido palmeando un tiro y, segundos más tarde, Vasileiadis transformaba la bandera blanca por hacha de guerra con un triple que dejaría abierto el último cuarto: 56-48. Cómo no iba a haber emoción en un partido así.
Vasileiadis asusta, Tomic remata
Sensación de déjá vu, con un guión similar aunque con los papeles cambiados. Si en la primera parte el Real Madrid no podía creerse irse con tanta ventaja tras la gran puesta en escena bilbaína, la canasta inicial de Banic, que dejaba al Bizkaia BB a 6, hacía estéril un tercer cuarto donde se juntaron los mejores minutos blancos hasta el momento.
Más tarde, el propio Marko, omnipresente, completaba una jugada perfecta tras antideportiva al Real Madrid, con un enceste que le valía a los suyos colocarse a solo 4 (58-54, m.33). Tucker volvía a encestar un triple, replicado muy pronto por la pareja griega del Bizkaia Bilbao Basket. Mavroeidis mantenía las constantes vitales visitantes y Vasileiadis, el irregular, el delicioso, el que se crece como ninguno cuando el balón más quema, acertaba con otra canasta para incendiar al partido: 61-59 (min.34).
La Ley de Kostas amenazaba con imponerse. Como en cuartos de final, como en aquella exhibición descomunal de Copa en la que hizo temblar al Caja Laboral, como cuando le podía gritar a todos que no había un anotador como él de su edad en el mundo, tras coronarse como máximo anotador de un Mundial Junior.
Sin embargo, y que vivan las perogrulladas, las remontadas son papel mojado si nunca te pones por delante tu rival y el Bizkaia BB acabó acusando el vértigo de una situación que hubiese firmado antes de comenzar el encuentro, descuidando su defensa y dejando volar a un Tomic con las alas más grandes a medida que iban pasando los minutos.
Dos canastas consecutivas del croata apagaban las luces de emergencia y el tercer triple de Tucker, a cada cual más simbólico, a cada cuál más importante y en un punto más álgido del choque, ponía por fin el partido en bandeja para los de casa (71-61, min.37).
La Caja Mágica rugía. Y suspiraba, por fin suspiraba, tras ver a su equipo obligado a ganar varias veces un mismo partido al correoso Bizkaia BB para poner el 1-0 en la serie, celebrado más en la grada tras el mate final del irreductible Sergio Llull, cuyo cántico de guerra inundó una Caja Mágica que está un pasito más cerca de su sueño de final. Con un Bizkaia Bilbao Basket tan serio, tan consciente de lo magno de su reto, el camino no será fácil. ¿Acaso lo fue este viernes?