Laviña da la victoria al Ricoh Manresa frente al Adecco Estudiantes (83-84)

Por Jorge Muñoa. Madrid, 4 noviembre 2003 (Efe).- La puesta en escena de madrileños y catalanes descubrió a dos equipos lejos del baloncesto que la ACB les va a exigir cuando la temporada avance. Los colegiales aparecieron mejor que en anteriores jornadas, pero distantes del juego que desplegaron en el arranque del campeonato. Los manresanos, ordenados y serios, tampoco dieron la sensación de ocupar la segunda plaza de la considerada mejor Liga del mundo después de la NBA.

El regreso de Carlos Jiménez imprimió mayor poder defensivo y reboteador al Adecco Estudiantes, que con el alero en pista tras seis partidos ausente enseñó las garras antes de que el Ricoh Manresa tuviera tiempo de aclimatarse al parqué de Vistalegre (15-6).

En baloncesto, pese a todo, las cosas suelen tener explicaciones lógicas. Justo cuando el Ricoh Manresa sufría la tercera personal de John Brown, a los siete minutos, surgió Juan Alberto Espil para reivindicar las virtudes de los suyos. Dos triples del italo-argentino sostuvieron al cuadro visitante y sentaron las bases de la lenta y constante aproximación que los hombres de Ricard Casas desarrollaron durante todo el segundo cuarto.

Un nuevo triple de Espil al borde de la bocina del intermedio interrumpió el choque con 38-37 en el marcador. Las dificultades estudiantiles saltaban a la vista tanto como la paulatina mejoría catalana. La continuación confirmó esa circunstancia cuando Jesús Cilla remató la remontada a tres minutos para el final del tercer cuarto (50-53).

Felipe Reyes constituía la única alternativa local con presencia ofensiva, pero el Manresa tampoco consiguió consolidar la renta obtenida y, en el último tramo del periodo, volvió a ceder el control a los madrileños (63-59).

Brown y Espil, de todas formas, guardaban pólvora para volver a levantar a los suyos; el Adecco Estudiantes, orgullo para rebelarse contra la adversidad. A falta de cinco minutos, el pundonor local ganaba, momentáneamente, a la artillería manresana (74-70). Todo iba a depender de los nervios porque el acierto había desaparecido como por arte de magia.

En esos instantes, resultado al margen, Espil ya merecía la distinción como mejor jugador de la noche. Con todo, el internacional argentino aumentó sus méritos con el triple que supuso el 78-79 al entrar en el último minuto. Nikola Loncar replicó desde la línea de tiros libres (80-79); Brown también (80-81) y, a diez segundos de la bocina, Nacho Azofra (82-81).

Albert Oliver fue el siguiente en acudir a la franja de personales. Tenía el partido en sus manos y sólo aprovechó el que daba el empate (82-82). Azofra salió en contragolpe y fue objeto de falta. También desaprovechó un lanzamiento (83-82) y, ahí, se fraguó el triunfo visitante, materializado en una entrada a la desesperada de Ferrán Laviña (83-84).

Arbitros: De la Maza, García García y Landeira. Excluyeron por personales a Llorens (m.33) y Patterson (m.36),

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