Madrid, 30 dic. 2002 (EFE).- Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, presenció el encuentro desde el palco en compañía del director general del club, Jorge Valdano, el presidente de la sección de baloncesto del Barcelona, Salvador Alemany, y su director general, Antonio Maceiras.
Juan Carlos Navarro dejó su sello personal en un derbi que esperaba muchos protagonistas pero que cayó en manos del Barcelona gracias a la constancia del internacional español, clave para entender la derrota del Real Madrid en uno de sus mejores partidos esta temporada y lo que podría suponer para la clasificación copera de los blancos.
Hacía mucho tiempo, demasiado quizás, que el madridismo no conjugaba un cóctel tan perfecto de ambición sobre el parqué y aliento desde la grada. La ocasión lo exigía y, desde luego, el rival también. Un nuevo apagón contra el Barca habría supuesto un precio altísimo para los blancos. El apagón no se produjo; por contra, el desenlace que les culmina si: la derrota.
Pero el Saporta fue, esta vez, un modelo del ambiente que debe rodear cualquier duelo entre los dos grandes. En ese clima es casi imposible desconectarse del juego. El Madrid nunca perdió la brújula, sólo la efectividad y, además, en los instantes decisivos. Entonces surgió Dejan Bodiroga y Navarro y Jasikevicius y, en resumen, la influencia de los hombres que marcan las diferencias.
Puede que la entrada en acción de los blancos obedeciese a la atmósfera, aunque también ellos aparecieron con el registro cambiado. Nada que ver con el anodino perfil visto en Bolonia, en Alicante o contra el Maccabi en el Torneo de Navidad. De hecho, la ansiada respuesta del equipo a las pasiones defensivas de su técnico quedaron mejor reflejadas que nunca hasta ahora en el primer cuarto.
La inclusión de Edu Hernández-Sonseca en el cinco inicial influyó decisivamente en la transformación local. A tres minutos para el final del periodo, con la grada volcada y la pasión desatada, el Madrid doblaba en el marcador a su más enconado antagonista (16-8) y apenas había señales de Dejan Bodiroga ni del ítalo-esloveno Gregor Fucka.
Pese a todo, el Barcelona confío en Roberto Dueñas y el lituano Sarunas Jasikevicius para no perder las formas. En todo caso, mientras los madrileños tenían claro cómo explotar el tiro exterior, uno de los aspectos más determinantes de su juego, los azulgranas regalaban la ventaja en centímetros que Fucka y Roberto Dueñas les otorgaban dentro de la zona, gracias en gran medida a Hernández-Sonseca.
Sin embargo, el relevo de Mulaomerovic por Lucas Victoriano ralentizó los movimientos ofensivos madridistas. Los espacios de los tiradores se estrecharon tanto que el Barcelona, con un poco de esto y otro poco de aquello, pero sin ningún referente de ataque evidente, pasó por delante en el marcador al cabo de quince minutos (26-27).
Había llegado el momento de la verdad para el Madrid, la hora de confirmar o desmentir si verdaderamente pisaba terreno firme. De acuerdo a la respuesta dada sobre la cancha, caminaba por el camino correcto. El regreso de Mulaomerovic y de Mumbrú, el tirador más efectivo de su equipo, permitió que la ventaja siguiera siendo para los de casa al término del segundo cuarto (43-40).
Bodiroga, que cargaba con tres faltas hacía tiempo, empezó a enseñar los maravillosos movimientos que le colocan un paso por encima de las demás estrellas europeas; Dueñas trabajó para abrirse sitio en la pintura y, por segunda vez en la noche, el Barcelona asumió el control del marcador.
Aún así, y también por duplicado, el Madrid encontró en Mulaomerovic y Mumbrú el flotador que necesitaba. En distancias cortas, sin nada definitivo y con todo pendiente de los acontecimientos, pero los blancos, al cabo de tres cuartos, seguían dominando la situación (61-59).
El pulso pedía a gritos un hombre decisivo. El primero que lo intentó fue Juan Carlos Navarro, un jugador osado por naturaleza. Un par de sus clásicas penetraciones adelantaron al cuadro barcelonista justo cuando los de casa desperdiciaban tiros libres y erraban lo que no habían perdonado hasta entonces (61-64 m.33).
Lo cierto es que el internacional español dio al Barcelona el impulso que precisaba para que, como siempre, Bodiroga se encargase de resolver en unos pocos décimas lo que otros han perseguido durante todo un choque. La eliminación de Hernández-Sonseca, al que se le señaló como personal un tapón sobre el yugoslavo con el marcador aún al alcance del Madrid (75-78) y sólo 48 segundos por jugar. La jugada añadía el único ingrediente que faltaba en el derbi: la polémica.
Imbroda: "Uno tiene sentimientos encontrados después de un partido como el de hoy"
El entrenador del Real Madrid, Javier Imbroda, se marchó del encuentro con el mal sabor de boca de la derrota sufrida, pero con la esperanza de que el juego de su equipo en el choque sirva para luchar por una plaza en la Copa del Rey en los tres partidos que quedan por delante.
"Uno tiene sentimientos encontrados después de un partido como el de hoy, con una afición volcada y un equipo que lo ha dado todo pero le ha faltado acierto en los últimos minutos. También el sentimiento de ver que el equipo cuando lo da todo puede estar hasta el final y ver a dos jugadores jóvenes como Alex y Edu (Hernández-Sonseca). Pero por otro lado está la frustración de perder, pero con esa intensidad el equipo estará arriba", señaló.
Para el melillense la concentración y la intensidad de hoy debe servir de modelo a sus jugadores. "Por el rival está claro que era un partido especial, con una motivación añadida, pero si nosotros queremos estar arriba debemos mostrar esta intensidad siempre. Ahora es inútil mirar atrás y tan sólo ver que este es el camino", afirmó.
"A falta de tres minutos se nos lesiona Mula (con una distensión en el gemelo de su pierna derecha) y es verdad que psicológicamente nosotros no andamos muy sobrados, pero espero que esto nos ayude. Sí lamento un tapón que ha puesto Edu y posiblemente no sea el mismo tratamiento que sufre dentro de la zona que el de Dueñas", se quejó sobre los instantes finales.
Imbroda adujo, igualmente, a una decisión táctica la no participación de Dragan Tarlac a lo largo de todo el encuentro. "No tenía ninguna lesión y simplemente he visto a Edu muy bien, espero que Dragan nos ayude aún así. Yo convivo con él cada día y es posible que en los partidos se sienta un poco sensación de indolencia, pero él así, es un jugador que no exterioriza y su actitud es buena", comentó.
De cara a la situación del equipo para la Copa del Rey, Imbroda tiene claro que sólo queda luchar. "Nosotros vamos a ir a por estos tres partidos que nos quedan, nos queremos centrar en el siguiente partido (Fuenlabrada) y afrontar de nuevo la tarea".
El técnico blanco reconoció que en ningún momento este panorama era el que se esperaba cuando llegó al equipo. "No puedo estar tocando las palmas, uno se siente triste sobretodo porque son muchos los golpes recibidos desde el inicio. A pesar de eso uno quiere superar todas las adversidades para poner al Real Madrid donde se corresponde y satisfacer a la afición, y cuando no lo consigues pues no te sientes bien. No es una resignación, es un momento de tristeza", declaró.
"Yo creo que sí que me siento con fuerzas, hay momentos en que uno se siente mal porque mi llegada ha sido a la carrera desde la selección, con la exigencia histórica de este club, y a veces trato de rearmarme de fuerzas y son un montón de circunstancias que uno tiene que procesar y tiene para centrarse y recuperarse", agregó al respecto.
Imbroda se mostró dispuesto a pelear por cambiar la actitud de abandono por el baloncesto que parece dar el club desde fuera. "Me he encontrado con la inquietud del presidente y el director general de que el Real Madrid vuelva a ser un referente, pero se han tenido que reestructurar los criterios para empezar una nueva etapa. En ningún momento he sentido desidia, dejadez en el club, de todas maneras yo quiero luchar para cambiar esa inercia pero no se consigue de la noche a la mañana, es una cuestión de tiempo. Lo único que lamento que no acompañan los buenos resultados", indicó.
"Reconocemos que no estamos bien y que los comentarios que puedan surgir tienen que ser aceptados porque llevan razón, no podemos decir nada cuando uno juega mal y hay que apretar los puños y los dientes y seguir trabajando. Lo que si es cierto es que antes de empezar la temporada se descartaba al Real Madrid para estar entre los mejores y nosotros todavía no hemos encontrado nuestro sitio", añadió Imbroda, que reconoció no sentir inseguridad por su cargo.
Por su parte, Alex Mumbrú, el mejor de los blancos con 21 puntos, se mostró satisfecho por la imagen dada por el equipo a pesar de no poder tener el premio del triunfo.
"Ha sido un partido difícil, muy duro y que sabíamos que iba a decidirse al final, y así ha sido. Hemos dado la cara en todo momento ante el considerado mejor equipo de la Liga y si seguimos en esta línea estaremos arriba", señaló.
"Lo importante es la victoria por encima de si uno ha hecho un buen partido o no, y hoy no ha sido así. Esperamos que al final de la Liga podamos hacer callar muchas bocas que van hablando mal de nosotros. Está claro que nosotros no estamos haciendo buenos partidos, pero ya antes de empezar la Liga se decía que no teníamos buen equipo y ahora, quizá, hemos demostrado no estar a la altura, pero la Liga acaba en junio y a ver dónde acabamos nosotros", añadió el catalán.
Pesic: "Creo que hemos tenido el control en todo momento"
Por su parte, el entrenador del FC Barcelona, Svetislav Pesic, señaló como clave en el partido la defensa de su equipo a lo largo de todo el partido que le permitió llegar con opciones a un último cuarto en el que sus estrellas, Bodiroga, Jasikevicius y Navarro, se encargaron de resolver.
"Creo que todo el partido hemos tenido el control del ritmo, especialmente en la defensa sobre Alston, hemos tenido problemas con Mulaomerovic y con Mumbrú, que ha jugado un gran partido. Hemos visto un gran nivel en defensa", declaró.
Para el técnico yugoslavo "este tipo de partidos son siempre muy igualados y necesitas jugar contraataque" para poder optar al triunfo. "Hoy lo hemos hecho y hemos logrado puntos fáciles. Nuestro planteamiento era llegar al último cuarto igualados para tener una ventaja psicológica sobre el Madrid, que necesitaba ganar el partido, y hemos ganado aunque no hemos jugado nuestro mejor último cuarto de la temporada", subrayó.
Pesic destacó el peso del trío Navarro-Bodiroga-Jasikevicius, que sumaron todos los puntos del equipo en el último cuarto. "Son tres jugadores que pueden jugar muy bien en ataque".
Finalmente, el técnico barcelonista valoró la situación del rival. "Para mí es muy difícil hablar sobre el Real Madrid. Han tenido un inicio de temporada muy complicado con lesiones, nuevo entrenador, llegada de nuevo base, y cuando fichas un nuevo base el proceso de adaptación siempre es más difícil que si es otro jugador. El Real Madrid juega con altos y bajos en su juego y es normal", concluyó.
Árbitros: Martín Bertrán, García García y Murgui. Excluyeron por personales a Hernández-Sonseca (m.40).
Incidencias: encuentro correspondiente a la decimocuarta jornada de la Liga ACB disputado en el Pabellón Raimundo Saporta ante unos 5.300 espectadores.