Crónica

La gloria múltiple del campeón múltiple (73-69)

¡El Barça Regal es el campeón de la Liga Endesa 2011-12! Los blaugrana fueron superiores en un enorme quinto partido, ganando por 73-69 a un Real Madrid que murió con las botas puestas. Vázquez (16 puntos), Mickeal (17) y un decisivo Lorbek (10), vitales. El esloveno es el MVP Orange

Juan Carlos Navarro levanta el trofeo y lo muestra a sus compañeros (Foto ACB Photo)
© Juan Carlos Navarro levanta el trofeo y lo muestra a sus compañeros (Foto ACB Photo)
  




Barcelona, 16 Jun. 2012.- A un campeón no hace falta enseñarle a ganar. Ni a abrir un nuevo capítulo de la serie el corazón del campeón. El Campeón de la Liga Endesa 2011-12. Sobreponerse a un duro golpe como la abultada derrota del tercer partido para ganar dos encuentros consecutivos, revalidar el título, cerrar la final plebiscitaria entre estilos de juego, ahuyentar el cambio de ciclo y decirle a los jóvenes que esperen. Que la Copa del Rey no rompe hegemonías. Y que los mayores todavía no son viejos. Porque saben ganar. Porque, desde un afortunado triple a tablero desde diez metros en el último segundo del primer partido hasta levantar la copa hay muchos instantes, muchas emociones, muchas fórmulas. Y se juega con todas ellas.


El Barça Regal volvió a colapsar el ataque madridista con múltiples variantes defensivas. El Real Madrid se apuntó al carro de las alternativas, del desconcierto. Pero ahí nació condenado. Y eso que remó hasta en tres buenos momentos para llevarse el título en cancha rival. Pero ahí estaba primero Fran Vázquez, con un partido colosal (16 puntos, 8 rebotes, 4 tapones) para frenar al rival y lanzar a los suyos. También Pete Mickeal (17 puntos) para colocar el corazón que bombea sangre limpia a todo el equipo. Y Erazem Lorbek, ese genio tranquilo, para poner la puntilla final y llevarse el MVP Orange en una serie de MVP.


Primeros cambios

En una serie impredecible, de múltiples cambios y variantes inesperadas, se analiza ya antes de empezar. Boniface Ndong, aunque con protección en su rodilla izquierda y a otro ritmo, calentaba con el resto de sus compañeros. Un extra de rotación puntual para el mermado juego interior azulgrana, aunque terminaría jugando tres minutos. En el otro lado, el Real Madrid revolucionaba el quinteto inicial dando entrada a Jaycee Carroll (eterno suplente) y Nikola Mirotic, esperable en la intención madridista de detener el tormento que venía suponiendo Lorbek.

Y, semilibrado, Lorbek erraba el triple que suponía el primer lanzamiento del partido, encadenándose varios errores por ambos equipos. Entre el desatino, llegó la segunda personal de Juan Carlos Navarro, jugados 1:37. De nuevo, el Barça Regal debía enviar al banquillo a uno de sus hombres importantes nada más empezar el encuentro.

El Real Madrid no quería toparse con posibles alternativas defensivas del Barça Regal y, aprovechando los constantes errores ofensivos culés, forzaba transiciones lo más rápidas posible, para jugar ya desde el inicio del ataque contra la defensa más deformada posible. Si luego el ataque lo obligaba, Carroll se extenuaba cortando por línea de fondo para poder recibir abierto. Continua obsesión de la defensa culé, corría sin éxito, y las dos primeras canastas de los blancos llegaban tras rebote ofensivo y, la tercera (4-6), con Carlos Suárez posteando a Mickeal, que también le buscaba en el otro aro.

Foto ACB Photo
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Jugando al desconcierto (y consiguiéndolo)

Continuaban los juegos defensivos y el Madrid se colocaba en zona 2-3 por una defensa. El Barça Regal también lo había planteado en la primera jugada del partido y luego había mostrado una caja+1 sobre Carroll. Alternativas defensivas que en ocasiones no pasaban de mera forma –sin apenas fondo–. Jugando al desconcierto, en una tónica que se mantendría durante toda la primera mitad.

Las expectativas, los temores, el a ver qué pasa y el desacierto marcaban los primeros compases del encuentro, cuando Joe Ingles sacaba ventaja de Martynas Pocius en un par de ataques para poner a los suyos por delante (9-8). Y el pabellón se ponía por primera vez en pie con el 14-10, cuando dos hombres que no habían respondido a lo que se esperaba en los dos partidos de la serie en este escenario: CJ Wallace clavó un triple y Chuck Eidson anotó un tiro exterior. Recuperar hombres que parecían fuera (sobre todo Eidson, que disputó 4 segundos en el cuarto encuentro) era la mejor noticia para un Barça Regal que tenía a Navarro con problemas de faltas y a Lorbek incómodo (incomodado, mejor dicho).

Como lo estaba el Real Madrid, al que le costaba horrores no solo anotar, sino encontrar situaciones que le llevasen hacia el aro. En esas, una individual de Sergio Llull era la única respuesta, rápidamente neutralizada por Fran Vázquez, que aprovechó un despiste defensivo de los blancos.

Terminaba el cuarto con 16-12 y una innegable sensación azulgrana, mucho más cómodo. Y con más posibilidades que en el cuarto duelo. Si allí habían anotado seis jugadores culés, al término de este primer periodo ya eran siete los que lo habían hecho.


Color azulgrana rodeando un oasis madridista

El Barça Regal buscaba poner tierra de por medio. Y en menos de tres minutos volvía a hacer levantar a su pabellón con ocho puntos (Ingles y Víctor Sada), que obligaban a Pablo Laso al tiempo muerto (24-16). Con Carroll defendido hasta el punto de no poder recibir, parecía que el ataque madridista se desmoronaba. Las pautas de ataque no podían seguirse ordenadamente y de ahí se pasaba al colapso. Uno, pero, del que se recuperó rápidamente, con un parcial de 0-8, en tres jugadas significativas: primero el hambre de canasta de Carroll cuando por fin conseguía recibir (tras saque de fondo), luego un Mirotic que no rehuía el duelo y le ganaba un 1x1 a Lorbek y finalmente un 2+1 de Sergio Rodríguez acabando un contraataque. Volvía el empate al marcador (24-24), con el Real Madrid mostrando de nuevo la zona 2-3 y devolviendo el colapso al bando rival.

Singler culminaba la remontaba con un triple y Carroll enchufaba el triple para 26-30. Los blancos pasaban por uno de esos momentos de su lujuria ofensiva, combinando velocidad y acierto para culminar en esplendor. Cerraban un parcial de 2-14 que pronto había de desaparecer. Porque nada es permanente en un partido que, como la serie, es amante del cambio. Una autocanasta de Felipe Reyes, un triple de Navarro y tres (más que) buenas acciones de Fran Vázquez ya presentaban de nuevo por delante al Barça Regal (37-32). Laso ya había puesto a los Sergios juntos en pista, pero no solucionaba los problemas de generación ofensiva, que habían vuelto a aparecer. Y, en defensa, el juego interior no contenía al Fran Vázquez más dominante de toda la serie (10 puntos y 16 de valoración al descanso).

De igual forma que en el primer cuarto, el Barça Regal llegaba al descanso por delante (39-34) y con sensaciones favorables. A juzgar por el rugido del Palau Blaugrana, mejores que esos cinco puntos de diferencia en el luminoso.


El poder de Fran

Los catalanes enfilaban la rampa, yéndose por 9 puntos (43-34) y buscando tan incisivamente el aro que ponían a su rival en bonus transcurridos poco más de dos minutos del tercer cuarto. El Barça Regal descorazonaba a los blancos con su rebote ofensivo, abría brecha con las finalizaciones de Fran Vázquez y terminaba de hundir en pozo anímico a su rival con un taponazo del gallego a Tomic. Punto de ruptura... ante el que respondían. Primero el juego interior y luego naturalizándose a la carrera. Control del rebote defensivo, galope de Llull y acierto triplista (Singler) para colocarse 46-45. Se metía de lleno en el partido valiéndose de las armas que le habían llevado hasta la Final del Playoff.

Pero el FC Barcelona Regal tiraba del poder mental necesario para atajar las acometidas rivales. Con canastas de Mickeal y Marcelinho Huertas volvía a abrir brecha (54-45). Una nueva máxima diferencia (y una nueva zona 2-3) que quitaba el ánimo a los blancos, perdidos en la circulación de balón sin rumbo fijo. Incapaces de lograr ventajas y atacar debilidades del rival, los bases blancos se limitaban a mover el balón por el exterior y jugar 1x1 que no conducían al éxito. En parte, porque Fran Vázquez había activado el modo colosal.

Foto ACB Photo
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Haciendo números de MVP, el de Chantada era factor ofensivo y defensivo. Capturando rebotes que daban nuevas opciones en ataque, barriendo del aro lo que habrían sido canastas, robando balones para salir al contraataque o, sencillamente, anotando. Fran Vázquez había abierto la brecha antes del descanso y, con la colaboración de Pete Mickeal, había devuelto la ventaja en el tercer periodo, que concluía 56-47.


La gloria

El Real Madrid debía cambiar, seguir probando para revertir la situación no solo a medias. Presentaba de nuevo la zona 1-3-1 que ya había mostrado en esta serie y durante la temporada. En ataque, la guerra llulliana insuflaba ánimo (y puntos, que con eso también se juega). El Real Madrid volvía a remar, con buenos destellos –algunos alcanzando incluso el estatus de instantes–, por tercera vez en el encuentro. Parcial de 0-6, culminado con un Mirotic que sacaba ventaja de CJ Wallace. Tiempo muerto de Xavi Pascual con 56-53 y Lorbek de nuevo en pista, respondiendo con cuatro puntos consecutivos (60-55).

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La anotación se había parado, los nervios habían aflorado y, para el Barça Regal, pasado el ecuador del cuarto, cada rebote defensivo era una pequeña porción de victoria. Y Lorbek ampliaba la ventaja con una jugada de cisne de cristal, abriendo una grieta que partía en dos. Primero, por la ventaja en el marcador (62-56). Segundo, por la belleza. Y, tercero, porque era la rendija que daba entrada a la recta final. El Palau Blaugrana así lo entendía.

Pero nadie podía hablarle a Carroll de belleza. Él sabe latigar desde 6,75 levantándose un metro desde el suelo, en una maravillosa escena de lanzamiento que ponía el partido 64-62 para entrar en el último minuto. Pero ya era Pete Mickeal el que entregaba la vida por la victoria. La canasta que hacía que ya nadie se sentara. El 66-62 al que sucedía el fallo en la penetración de Singler, el rebote defensivo azulgrana y los dos tiros libres de Lorbek. La gloria. Ah, no, todavía no. Que Carroll existe. Con un nuevo triple (16 puntos) dejaba la diferencia de nuevo en tres (68-65).

Y Pete Mickeal devolvía la gloria al Barça Regal desde el tiro libre (70-65). Pero el Real Madrid la volvía a negar desde el triple, ahoar de la mano Singler. Y Mickeal volvía a la línea para fallar el primero y anotar el 71-68. El tiro libre a fallar de Sergio Rodríguez no dio sus frutos. Y, ahora sí, la gloria era culé. Wallace: 73-69. La gloria del que ya conoce la gloria. Fin del partido. La gloria múltiple del campeón múltiple. Sada y Ingles se encaran a la grada mirando con los brazos en alto. Fran ya corta la red. Y el triple de Marcelinho Huertas que cobra más sentido que nunca en el Palau Blaugrana. Cuando ya son campeones de la Liga Endesa 2011-12.