Nota de club

"El Proyecto Carmen me ha dado la vida"

Teresa Ortega, una de las jugadoras de esta iniciativa de ‘Compromiso Granca’, nos habla de su experiencia a pocos días del Día Mundial contra el Cáncer de Mama

CB Gran Canaria
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Este sábado 19 de octubre es el Día Mundial contra el Cáncer de Mama. Como cada año, la Asociación Española contra el Cáncer trabaja a nivel nacional para poner de manifiesto que todavía queda mucho por hacer en labores de investigación y concienciación. Un curso más, la AECC une fuerzas con la acb, que convertirá esta próxima Jornada 4 de la Liga Endesa en una cita de color rosa con motivo de esta efeméride. Los 18 equipos de la competición concienciarán sobre el cáncer de mama y, en el caso del partido del Dreamland Gran Canaria, las grandes protagonistas serán, como no podía ser de otra forma, ellas: las jugadoras del Proyecto Carmen.

El Proyecto Carmen es una iniciativa del Club Baloncesto Gran Canaria elaborada bajo el paraguas de ‘Compromiso Granca’, y liderada por Rosi Sánchez. Tras arrancar en mayo de 2023, vive ahora su segundo curso completo de existencia de la mano de la Asociación Española contra el Cáncer. Este proyecto busca emplear el baloncesto como terapia para pacientes oncológicas.

Teresa Ortega es una de las mujeres que participan de manera activa en esta iniciativa. «A mí siempre me gustado el baloncesto, de hecho en el colegio, en mi época» dice, con una amplia sonrisa, "practicaba baloncesto". Cuando le hablaron del Proyecto Carmen, su primer pensamiento fue negativo: "Me decía que no iba a poder, pero me animé y me encanta; ahora no podría estar sin venir al Proyecto Carmen, sin venir a entrenar y ver a mis compañeras", nos cuenta.

A Teresa le detectaron un cáncer de mama en el pecho izquierdo en el 2017. "Fue un regalo de cumpleaños envenenado, porque fue en esas fechas", recuerda. "Mi mundo se derrumbó, porque mi hermana había fallecido hacía poco tiempo también de cáncer de mama". Una noticia, unos antecedentes, y un contexto que hicieron que se derrumbara por completo. Sin embargo, comenta que "cada cuerpo es diferente y cada cáncer tiene unos apellidos distintos, como me dijo mi oncólogo". Teresa explica que "fue un año y pico, casi dos años muy duros para mí", con un tratamiento que le hizo encerrarse: "Durante el tratamiento veo a gente capaz de hacer muchas cosas, pero yo no quería salir a la calle, era como si me diera vergüenza", recuerda. "Solo quería estar en mi casa, mi cuerpo no me respondía".

Ya al final del tratamiento, empezó a hacer acupuntura, y algo de yoga. Fue en ese momento "cuando me hablaron de este proyecto, y entonces volví a mi niñez", explica con brillo en los ojos. "No sabía qué clase de baloncesto se hacía; una ve los partidos, cómo se pegan", comenta, esgrimiendo las dudas a la hora de afrontar su participación en este proyecto. "Pero luego vi que era un proyecto en el que se hace ejercicio físico, que es súper importante; se sociabiliza con personas que han pasado por lo mismo que has pasado tú pero con experiencias de vida diferente". Para Teresa, "el Proyecto Carmen me ha dado la vida".

Al final, el Proyecto Carmen acaba cumpliendo con su objetivo, con la misión original de su existencia. "Venir aquí es una terapia, es ver que somos capaces de hacer cosas, y que se sale: al final del túnel se ve la luz", narra Teresa. "Hemos formado una familia: celebramos cumpleaños, vamos a desayunar, quedamos los fines de semana para ir a la playa, hacemos actividades…", enumera con ilusión en su voz. "Esto no es solo el Proyecto Carmen, sino el Proyecto «familiar» Carmen", sentencia.

"Es vital ir a los médicos correspondientes cuando tienes alguna duda de lo que te pasa", explica Teresa, que apunta también a "la autoexploración" como una práctica a realizar con rigor. "La enfermedad te asusta, te hace pensar en lo peor, y te hace no querer salir a la calle para que no te vean» admite, pero reflexiona: «¿Por qué tengo que sentir vergüenza de lo que me está pasando?. No quería dar explicaciones, pero hay que pensar siempre en positivo, hay que cuidarse y de esto se sale", explica. "El trabajo físico y una buena alimentación son muy importantes, y compartir vivencias con gente es maravilloso".