Redacción, 5 Ene. 2017.- Pocos peros que poner a los seis años que pasó Stephane Risacher en España, cuatro en Málaga y dos en Murcia. Llegó ya con 30, siendo un jugador maduro que ya no era tan explosivo como en el inicio de su carrera, pero realmente sabía moverse sobre la pista y trabajar para sí mismo, pero también para sus compañeros. Una pieza muy práctica siempre, al tiempo que con toda esa imprevisible elegancia que da ser zurdo, en dos perfiles de equipos distintos: el 'grande' y el aspirante a la permanencia.
Siempre se le vio a gusto en España, sobre todo en Málaga y con su afición. "Nunca en mi vida había visto algo así. Grecia es algo especial, la gente vive los partidos muy intensamente, pero lo de la afición de Málaga es realmente increíble. Su apoyo nos hace jugar cada partido con una especial motivación. Quizá lo único parecido que he visto en mi carrera lo viví en Pau, con una afición espectacular, aunque no creo que ninguna pueda compararse a la de Unicaja", comentaba.
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