- Fiesta por todo lo alto en Málaga. Esteller levantó los brazos, Okulaja salió corriendo con el balón y el brazo en alto, Ivanovic se apresuró a abrazar y felicitar a su amigo Maljkovic, Ángel Fernández Noriega hizo ostensibles gestos de felicidad, algunos aficionados incluso invadieron la cancha, la plantilla manteó a un veterano y popular aficionado... el Martín Carpena estalló de alegría con el final del partido, celebrando el triunfo como si se tratase de un título y no una clasificación para semifinales. Fue el estallido de una alegría contenida desde hace un año, cuando se perdió la final liguera.
- Tensión, nervios y protestas. Si el estallido final de alegría fue más propio de una final que de un partido de cuartos de final, sucedió lo mismo en el transcurso. Hubo mucha tensión y nervios, también protestas a los árbitros, que tuvieron un difícil trabajo y cumplieron bien, y errores. Pérdidas 'tontas', muchos fallos en el tiro, incluso en los tiros libres. Nunca se sabrá si fue debido un mal día o a la tensión del momento, pero siempre quedará la duda sobre, por ejemplo, los tiros libres de Wolkowyski: 77% en la temporada, 1/7 esta noche
- El rebote ofensivo, decisivo. Al Unicaja le tembló la mano, acabando el encuentro con un paupérrimo 34,4% en tiros de campo y 60,9% en tiros libres, lo que en condiciones normales le debería haber costado el triunfo. Sin embargo, cargó con fuerza y eficacia el rebote ofensivo (vitales Kornegay y Okulaja), capturando hasta 24 rechaces en el aro del Tau Cerámica, los mismos que el propio equipo vitoriano. Esto no sólo propició 18 puntos en segundas opciones para el Unicaja (un 29% de los 62 que anotó) sino que evitó que el Tau Cerámica pudiese correr y coger desprevenida a la defensa cajista, lo que a tenor de las primeras posesiones parecía la táctica inicial del equipo vitoriano.
- Foirest, calma en la tempestad. Muchas veces se ha acusado a Laurent Foirest de ser excesivamente frío, pero este lunes esa cualidad le hizo aislarse de la tensión del partido y convertirse en su dominador. El escolta francés se hizo con los mandos del Tau Cerámica cuando tenía el partido más complicado, escogiendo muy buenas opciones de tiro en ataque (suyas y, sobre todo, para sus compañeros), colaborando en el rebote y defendiendo con su habitual intensidad y acierto. Acabó con 7 puntos, 5 rebotes, 4 asistencias, 3 recuperaciones y 18 de valoración, pero el fallo en el triple en la última jugada del encuentro fue un cruel final para su excelente partido.
- El carácter de Sonko, Okulaja y Gurovic. Estos tres jugadores fueron los que mejor sobrellevaron en el Unicaja la presión del quinto partido. Jugaron con garra y carácter, dando confianza y optimismo a sus compañeros y al público con sus acciones. El escolta francés completó su extraordinaria serie con 12 puntos, 4 rebotes y 2 asistencias, además de un espectacular mate que levantó a todo el pabellón. Okulaja fue un derroche de entrega y oportunismo, tanto en el rebote como en las recuperaciones e incluso con un soberbio pase a Bullock en la acción decisiva del partido. Y Gurovic, como siempre, volvió a sacar a relucir su carácter ganador, su genio y su 'pillería' para ganarle claramente la partida a Nocioni y ser el jugador más valorado del encuentro.
- Menos rotaciones. Se llegó al partido decisivo y ambos técnicos redujeron las rotaciones. Maljkovic limitó su extensa plantilla a nueve jugadores utilizados, prescindiendo de Cabezas y Berni Rodríguez (muy acertado en el cuarto partido), e incluso contando muy poco (5:47) con Reggie Slater, cuyo protagonismo ha ido decreciendo con el paso de los partidos. Por su parte, Dusko Ivanovic utilizó sólo a ocho hombres, no dando minutos ni a Thierry Gadou ni a Sergi Vidal, que había jugado 19 en el cuarto encuentro.
- Máxima igualdad. Antes del inicio de la eliminatoria, e incluso durante su transcurso, los protagonistas hablaron de igualdad máxima, cinco partidos y hasta la posibilidad de que la serie acabase en la prórroga. Y no sólo se resolvió la eliminatoria en el quinto encuentro y por un solo punto, sino que los dos equipos acabaron su batalla con la misma cantidad de puntos: 384 (76,8 de media). Lo dicho, total igualdad.
Pablo Malo de Molina
ACB.COM