Redacción, 15 feb. 2012.- Porfirio Fisac afirmaba, antes del partido frente al Blancos de Rueda Valladolid, determinante para su clasificación copera, que el triunfo era clave no para estar en Barcelona sino para alejarse un poco más del descenso. Con esa filosofía, con esa humildad del equipo obrero que sabe de dónde viene, el Mad-Croc Fuenlabrada consiguió la gesta de sellar su pase a la Copa del Rey, regresando a la fase final del torneo transcurridos 11 años de su última presencia, en Málaga 2001.
Un año después de la canasta final de Sergio Llull, que dejó al equipo fuenlabreño, en los últimos segundos, sin opciones de estar en la Copa 2011 por el triunfo del Gran Canaria 2014 en Málaga, los de Fisac se han quitado la espina a lo grande, tras varios años rozándolo.
En la 2001-02 finalizó a una victoria de obtener el pasaporte copero y en la 2002-03, año antes del descenso, se quedó fuera por el basket-average, con un balance de 9-8. Tras su caída a la LEB y posterior ascenso a la élite, el equipo no ha dejado de tocar con las yemas de los dedos las puertas del cielo. Tan solo en la 2008-09, terminó a más de un triunfo de distancia del sueño de Copa y ni siquiera un brillante registro en la primera vuelta de 10-7, en la 2005-06, le permitió estar en el torneo, al quedarse fuera siendo 8º, porque el anfitrión iba detrás en la tabla.
Esta temporada, con un balance de 6-8 en la Jornada 14 y un calendario complicado, no parecía la más propicia para desquitarse. Cuando llegué a Fuenlabrada, ir a la Copa no entraba en los planes, reconoce Saúl Blanco. Recibíamos al líder Unicaja, íbamos a Valencia, con ellos jugándose la Copa, y luego tocaba el Blancos de Rueda Valladolid, con buena plantilla y jugándose salir de abajo. Hicimos partidos muy serios, sin tener en mente el tema de la Copa sino conseguir triunfos que nos dieran la salvación, el objetivo principal del club. En la última jornada llegamos con muchas opciones, coincidieron resultados, sacamos nuestro partido adelante y lo pudimos celebrar con la afición y el cuerpo técnico.
Saúl vuelve a encontrarse como jugador en Fuenlabrada, donde ofreció su mejor versión antes de ir a tierras andaluzas. Curiosamente, tras dos años sin lograr su objetivo en el Unicaja, podrá debutar por fin en el torneo en su retorno a la localidad madrileña. Los dos años en Málaga no pudimos ir por un mal inicio de campaña y en esta, conseguirlo y además de esa manera fue una alegría. Cuando supimos que estábamos dentro fue algo fantástico. Era un premio buscado y ansiado, que se merecen todos por el grandísimo trabajo que venían haciendo desde hacía meses. Y los premios hay que disfrutarlos.
El Mad-Croc Fuenlabrada vuelve a ser bautizado como equipo milagro, no solo por lo excelente de sus resultados pese a su modesto presupuesto, sino porque las adversidades, lejos de hundirle en la tabla, le han hecho más fuerte. Solo 3 de los 14 jugadores que podrían disputar la Copa con el equipo han participado en todas las jornadas ligueras: Ferran Laviña, Sergio Sánchez y Quino Colom. Pasó de todo. La marcha del referente y estrella Gustavo Ayón, la grave lesión de Sené, los problemas físicos del anotador Penney, los movimientos en la plantilla, la llegada y adaptación en tiempo récord de todo un nuevo juego interior (Hall-Joseph-Diouf), la ausencia de Mainoldi, y hasta las dudas por la falta de un patrocinador hasta la llegada, ya después de la primera vuelta, de Mad-Croc.
¡Y han entrado! Este año hemos tenido muchos problemas. Sin patrocinador hasta hace unos días, lesiones de 2 ó 3 semanas, lo de Ayón, la llegada de 4 jugadores nuevos, un virus que nos afectó a todos todos tocados. El buen trabajo del equipo entero día a día y del cuerpo técnico, que hace las cosas muy bien y se reinventa cada día, es la clave, así como la actitud. Si nosotros no tenemos humildad ¿entonces quién la va a tener?, apunta Saúl.
Fábrica de estrellas, el Mad-Croc Fuenlabrada parece conocer la fórmula del éxito y aplicarla en cada movimiento. Sus apuestas salen bien y, si se van, llegan otros que suplen su papel a la perfección. De Huffmann a Herrmann, de Prigioni a Calderón, de Marko Tomas a Oleson, de Blanco a Fitch, de Batista a Biombo y de Ayón a Hall. Entre otros. ¿Cuál será el siguiente? O mejor aún ¿cuál es el secreto? El alero se atreve a responder.
Cualquiera que haya venido aquí sabe que es buen sitio para jugar al baloncesto. Te sientes querido por todos, arropado, no tienes presión de los medios de comunicación. Fuenlabrada es un lugar perfecto para crecer como jugador y hacer un buen basket, confiesa.
Reinventándose año tras año y llevando por emblema la etiqueta de equipo obrero que el propio Porfi Fisac puso, el Mad-Croc quiere dar la sorpresa frente al Real Madrid y aportar aire fresco a la Copa del Rey, regalando aquello de lo que más tiene: ilusión. Estamos muy ilusionados, aunque siempre intentamos mantenernos con los pies en el suelo. Los aficionados se lo merecen, han estado siempre con nosotros. Ir a la Copa es una buena forma de darle las gracias por estar siempre en los buenos y en los malos momentos alentando al equipo, concluyó.