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Y tú... ¿qué ritual tienes?

¿Cuál es el precio del éxito? ¿Salir en la presentación con la boca llena de agua? ¿Rezar? ¿Repetirte una canción antes de salir a la cancha o desatarte los cordones cuando las cosas vayan mal? ¿O, simplemente, tomarte un café con leche? No te pierdas las manías y los rituales más curiosos de la ACB... ¡hay de todo!

El ritual de LeBron, todo un clásico (Foto EFE)
© El ritual de LeBron, todo un clásico (Foto EFE)
  

Redacción, 10 Mar. 2010.- "Cuando crees en cosas que no comprendes, entonces sufres... la superstición no es el camino". El pegadizo estribillo del mítico 'Superstition' de Stevie Wonder no caló demasiado hondo en los jugadores ACB.

En el basket, como en la propia vida, se dan las manías más raras imaginables buscando un guiño de la suerte. "Si algo sale bien, para qué cambiarlo" suele ser la máxima. En España no hay polvos mágicos al aire con el sello de Lebron antes del salto inicial, ni hay -o no tenemos constancia- jugadores que llevan sus manías al extremo de Jason Terry -que duerme la noche previa de cada partido con los pantalones de su próximo rival- o Arenas, que antes de cada choque conduce por el mismo carril, aparca en idéntico sitio, no cambia el orden de las canciones que escucha, sólo entrena con un balón y justo antes de arrancar tira desde media cancha.

Sin embargo, a lo largo de estos años hemos podido observar manías de lo más curiosas, desde los paseos solitarios de Bennett justo antes de comenzar el partido, para meditar unos segundos sólo con la pared del vestuario como testigo hasta las palabras mágicas de Jorge Garbajosa antes de lanzar un tiro libre, que dieron tanto que hablar. Centrémonos hoy en los rituales de los jugadores previos a un partido y, siempre en clave desenfadada y de humor, clasifiquemos a los profesionales ACB según sus manías antes del encuentro.

El 'cascos'

Son amantes incondicionales de la música. En los tiempos muertos no descansan, escuchan y disfrutan. Del hotel al pabellón sin quitarse los auriculares... y porque no está permitido jugar con ellos. Les concentra, les evade, les relaja. Varios jugadores ACB reconocen que es primordial para ellos escuchar música antes de un encuentro, como es el caso de Brian Chase o Gerald Fitch. Otros dos jugadores se atreven a ponerle nombre y apellidos a esas canciones. Alan Voskuil, actualmente en el Ávila cedido por el Ayuda en acción Fuenlabrada, se motiva escuchando "Alone I break", de Korn, mientras que Juan Dixon, apartado por el Unicaja a la espera de los resultados de una segunda prueba para contrastar su positivo en Grecia, se ponía al máximo de sonido el "You don't Know" de Jay Z, repitiéndo tres veces a sí mismo, cuando la canción acababa, un "I will not lose" ("Yo no perderé") que ha tomado como lema.

Rogerl Powell rezaba por él y su equipo
© Rogerl Powell rezaba por él y su equipo
El 'religioso'

Mucho más pausado. Es el que menos ruido hace en el vestuario, aquel que parece más concentrado, perdido en una conexión casi mística y trascendental antes de cada duelo. A este grupo pertenece Antwain Barbour, otro 'cascos' confeso, y Melvin Sanders, que también reconoce rezar antes de cada partido. Aunque el verdadero crack del grupo siempre será, aunque ya no esté en ACB, el ex del CB Murcia Roger Powell, cargado de fe y sin pedir que le salgan las cosas bien únicamente a él. "Antes de los partidos suelo orar, para pedirle a Dios que me dé la fuerza que necesito para el partido y la capacidad para jugar bien. Yo intento apoyar, en este sentido, a todos mis compañeros también".

El 'tirador'

Quién no ha escuchado las historias sobre los madrugones de Petrovic para ir al pabellón, aún cerrado porque ni la persona con las llaves para abrirlo estaba despierta, a lanzar como un poseso para perfeccionar su tiro. Pues otros no hacen tanto ruido ni tendrán anécdotas tan curiosas, pero también tiran lo suyo. Para ellos, no hay más superstición que una serie de manías en la rueda de calentamiento. Pere Tomàs se decanta por hacer siempre las mismas entradas a canasta, mientras que Felipe Reyes reconoce "salir a tirar un rato antes" y San Miguel confiesa que su rutina de tiro comienza una hora y media antes del encuentro.

El 'diestro'

Les encantaría subir una pequeña escalerilla desde vestuarios para acceder al campo, besar el escudo sobre el césped y presignarse a continuación sin frenar la carrera. Pero como les tocó ser estrellas del basket y no del fútbol se conforman con tener mucho cuidado de no entrar en la pista con el piez izquierdo. A este moda se apuntan James Augustine y Ricky Rubio, que siempre ponen primero el pie derecho en la pista.

Aunque esta manía no es nada con algunas anécdotas que contaba Fede Van Lacke en Solobasket: "Sin ir más lejos, un ex compañero de equipo (no diré nombres para preservar el anonimato y posible estrangulamiento al revelar dicha información) tenía la extraña manía de no pisar ninguna línea cuando entraba en calor. Esto dicho así suena sencillo, siempre y cuando el campo no tenga dibujadas las líneas de la cancha de vóley, las de balonmano, las de fútbol sala etc... Más que entrar en calor, parecía que estaba en un campo minado y, al final, terminaba calentando en el circulo central….¡como perro buscándose la cola!" Investigaremos para ponerle nombre al amante de las películas del Vietnam.

El líder, el más supersticioso
Rubio y Navarro también tienen sus manías (ACB Photo)
© Rubio y Navarro también tienen sus manías (ACB Photo)
Uno de los casos más curiosos es es del Regal FC Barcelona. Entre los que han confesado sus manías, se encuentra Ricky Rubio, un diestro de pro. Además, Fran Vázquez reza y entra en la cancha saltando tres veces, Navarro da un buen sorbo de agua fría antes del partido y se pone a hacer ejercicios de calentamiento semi-agachado detrás del círculo central tras saludar a los árbitros, mientras que Pete Mickeal siempre dibuja con los dedos su dorsal, el 33, en el aire.

Por si faltaba algo, la plantilla se une para efectuar un ritual colectivo. Y es que hasta para salir del vestuario hay un orden definido, de Roger Grimau, el primero, a Jaka Lakovic, el último. A ver si van a ser líderes por la acumulación de rituales y no, como creíamos todos, por su descomunal talento. Les saldrán imitadores.

El 'polifacético'

Amantes de las manías, pónganse en pie. Y es que aquí vienen tres de los cracks de la liga en este particular ranking. Ellos no se conforman con algún gesto en concreto para buscar la suerte, sino que repiten todos los rituales posibles partido a partido para lograr el éxito. Entre ellos, 'Sweet Lou' es el rey. Louis Bullock no le quiere poner número a sus supersticiones ("Muchas"), aunque sí que confiesa cuál es la primera en su ranking: "La más importante es que no choco nunca con la mano derecha". Sin más. En días de partido... sólo se le puede tocar a Bullock la mano izquierda.

Claro que su compañero Jorge Garbajosa tampoco se queda atrás, llamando poderosamente la atención de sus compañeros. El propio Manolo Rubia, delagado de Unicaja, afirmó que no había visto nada igual en cuanto a supersticiones, aunque, en su opinión, "una de las cosas más curiosas que vi en sus años de Málaga es que él siempre entra a la pista, cuando le presentan, con la boca llena de agua". No obstante, el de Torrejón avisa. "Tengo muchas manías... pero me estoy quitando".

Garbajosa, polifacético
© Garbajosa, polifacético
El tercero de los cracks polifacéticos también tiene pasado madridista -a ver quién es el listo que se atreve a romper un espejo en Vistalegre-, un Pablo Aguilar que se quedó tan pancho cuando en el TÚentrevistas de ACB.COM un aficionado le preguntó por esta cuestión: "En cuanto a mi ritual, prepárate que soy muy maniático. Cuando jugamos fuera, desde que salgo de la habitación llevo los cascos puestos con la música necesaria para animarme, salgo el último del autobús, me vendo si puedo el último, gomina siempre antes de salir a la cancha, las zapatillas me las ato siempre en el banquillo, durante la rueda siempre hago las mismas finalizaciones... y eso es sólo el principio. En casa, además, duermo siesta siempre a la misma hora. En fin, traigo de cabeza a mi familia", comentó entre risas, uniendo, en 2,03 metros de altura, casi todas las manías que pueden verse hoy en la ACB. Y cuidado, que no le van mal las cosas...

Y, por último, no olvidemos a Kaloyan Ivanov, que además de obligarse a una ducha antes del partido, se toma un Red-Bull antes de jugar: "No sé si me ayuda realmente o es una costumbre. Todos tenemos nuestras manías. Cuando me lo olvido... me siento mal y siempre consigo que alguien me traiga uno".

El 'banquillero'

Para que nos vamos a engañar, no están acostumbrados a sentarse nunca en el banquillo. Titulares indiscutibles a lo largo de sus años ACB, para una vez que pillan el banco, lo hacen con ansia y deseo. Como Aguilar, Tiago Splitter reconoce que su único ritual es atarse las zapatillas siempre en el banquillo. Y total.. ¿para qué lo iba a hacer en otra parte? Más rara era la manía de Gurovic, que, siempre desde el banquillo, desabrochaba y volvía a abrochar sus zapatillas cuando las cosas no le iban bien. Por su parte, sin ser exactamente un 'banquillero', porque también lo hace desde la misma grada, Shammond Williams confiesa que cuando juega a domicilio le gusta "sentarse mientras calienta el equipo rival, para observar cómo tiran sus jugadores".

Andy Panko, mejor sin nervios (Foto Aitor Bouzo / enCancha)
© Andy Panko, mejor sin nervios (Foto Aitor Bouzo / enCancha)
El 'lúdico'

¿Sirve de algo el estrés? ¿Te hace estar más concentrado? ¿Te mete más en el partido? ¿No a ninguna de las preguntas anteriores? ¡Pues que se vayan al diablo los nervios! El lúdico prefiere tomárselo con calma antes de cada choque, para despejar la mente y rendir después más en la cancha. Esa rutina de relajación total la sigue Diego García: "Soy bastante tranquilo y mi ritual es hacer un día normal en casa. Me divierto mucho pero es una diversión con responsabilidad. No estoy tenso... cuando lo estás es cuando más te equivocas".

Diego aún no lo sabe, pero su alma gemela juega para el Lagun Aro y se llama Andy Panko: "Antes de los partidos me relajo haciendo trabajos de casa o jugando con mi hijo Román", cuenta un jugador que incluso se permite como costumbre antes de cada encuentro tomarse un café con leche. ¡Como en familia!

El 'gastronómico'

Metódicos como nadie. Si comiendo pollo o macarrones me siento cómodo en la pista, ni se me ocurre cambiar el menú el resto de mi carrera vaya a ser que me siente mal. Así, Sergio Llull cuenta que su único ritual antes de un choque es "tratar de comer siempre lo mismo", mientra que Van Lacke, más que una manía, tiene una rutina prolongada los días de partido: "Intento comer la misma comida de siempre, echar las mismas horas de siesta y hasta escuchar la misma música". Como se le ocurra ir, a lo Arenas, por el mismo carril todos los días, nos empezaremos a asustar. De momento tampoco tiene quejas de esa rutina el MVP del mes de enero.

Y más...

Con permiso de Aguilar, que parece abarcar todos los supersticiones posibles antes de un choque, hay jugadores con rituales muy concretos que sólo usan ellos. Así pues, nos encontramos la figura del 'ordenado', Brian Cusworth, que coloca debidamente su ropa antes de cada partido. También están los 'precavidos', como Berni Rodríguez, cuya única manía es comprobar antes de cada encuentro que lleva su camiseta con su número.

Hay algunos que dejaron el club del lúdico para ir más allá y formar el club del dormilón, como un Domen Lorbek que se echa una cabezadita antes de cada choque. También destaca la figura del 'sensible', como un Jordi Grimau, incapaz de jugar si antes ha usado la camiseta del partido en el entrenamiento, no ha besado la pelota y anotado justo antes de la presentación, la del 'coqueto', con un Triguero cuya único vicio es peinarse, y hasta del 'cariñoso', como Jaycee Carroll, cuyo ritual es el más goloso de todos: besar a su esposa antes del encuentro.

Mario ha visto de todo en un vestuario (ACB Photo / Surrallés)
© Mario ha visto de todo en un vestuario (ACB Photo / Surrallés)
No se libra nadie. Ni los propios entrenadores. Entre ellos, Jaume Ponsarnau confiesa que su rutina está "coordinada con el calentamiento del equipo, contemplando el momento de hacer el nudo de la corbata. Además, antes era el último en bajar del bus, pero tengo ahora jugadores que se recrean y tardan demasiado, ya no me espero". Contra la figura del 'tardón', parece emerger con fuerza la del 'puntual'. Es el caso de Mario Fernández, que se esmera por ser el primero en llegar a vestuario.

También en este confesionario hay hueco para los que reconocen que tienen hábitos sin querer detallarlos. De esta forma, Printezis cuenta que antes de cada partido se dice a sí mismo unas palabras, sin concretar cuáles y Chris Moss, el más misterioso de todos, reconoce ser adicto a un ritual... "pero es secreto". Y es que esa es, en definitiva, la gracia del asunto, ya que si de por sí sorprenden la gran cantidad y variedad de rituales "confesables"... ¿cómo serán los secretos?

'Super-Mario', en su blog del AS, sin ponerle nombre a algunas de las más llamativas, sí que relató su sorpresa por compartir vestuario con un norteamericano que necesitaba ducharse antes de cada partido para sentirse "libre de impurezas", la de otro ex compañero que se tenía que lavar compulsivamente los dientes antes del choque y en el descanso o la de otro jugador internacional que, en día de encuentro, hacía "a mil por hora" cualquier actividad. "Levantarse, caminar, cambiarse de ropa, vendarse los tobillos, zapatillas, salir a calentar... así, alertaba y dotaba al cuerpo de la mayor explosividad para el encuentro. Todo un show. En cinco minutos, cambiado, vendado y calentando".

Para todos los gustos. Norel refleja la visión de los más escépticos con un lapidario "Si tengo un ritual y pierdo el partido, entonces no sirve para nada", mientras que otros, aún sin sentirse supersticiosos, seguirán prolongando esa vorágine ritualista con piel de liturgia sagrada. Todo sea por un triunfo, claro. Y tú... ¿qué ritual tienes?