La de árbitro, es una de las figuras más discutidas en cada jornada, pero también una fundamental para el buen desarrollo de cada encuentro. Luis Miguel Castillo (Murcia, 1980) comenzó su carrera como colegiado siendo todavía un adolescente y, 30 años después, mantiene la misma ilusión de entonces.
Este domingo, con la disputa de la Jornada 6, Castillo dirigirá su partido 500 en la élite del baloncesto español, convirtiéndose en el octavo árbitro en activo en alcanzar esta cifra tan elevada. “Llegar a esa cifra para mí es sinónimo de orgullo, porque significa llevar muchas temporadas en una competición tan importante como la Liga Endesa”, afirma el colegiado, quien además asegura que ”personalmente, supone mucha dedicación al arbitraje y mucho apoyo por parte de la familia y los que me rodean. Sin ellos no habría sido posible y por eso considero que son parte importante en estos 500 partidos”.
El silbato se convirtió en su compañero en la temporada 1995-96, cuando animado por su hermano decidió dedicarse al arbitraje. “Hice el curso de árbitros con 15 años, es decir hace 30 temporadas, y todo empezó gracias a mi hermano, que era árbitro de baloncesto y fue el que me introdujo en este mundo y el que me animó a seguir este camino”, recuerda.
¿Y cómo un chaval de tan sólo 15 años se decanta por una profesión que muchas veces no recibe el reconocimiento que se merece? “Me atrajo poder estar conectado al baloncesto desde otro punto de vista. Me resultó muy atractivo desde el primer momento y me permitió mantener ese espíritu de superación que en todo deporte se debe tener. Eso es lo que me enganchó al arbitraje desde que comencé hasta el día de hoy”.
”Cuando empiezas en esto no te imaginas hasta dónde puedes llegar”, señala un Luis Miguel Castillo que mantiene en la actualidad aquella misma ilusión que le llevó a adentrarse en el mundo del arbitraje. ”Es un camino muy largo, pero un camino lleno de ilusiones y de aprendizajes muy importantes, tanto a nivel deportivo como personal, ya que mi vida gira en torno al baloncesto y sobre todo al arbitraje”
El deporte de la canasta ha marcado su vida, tanto dentro como fuera de la pista. “Se conocen miles de personas con las que sigues teniendo contacto a lo largo de los años y algunas de ellas llegan a ser tus mejores amigos. En mi caso particular, gracias al arbitraje conocí a la que hoy es mi mujer”, señala.
Cuestionado sobre esas personas que han sido importantes a lo largo de su ya extensa trayectoria, Luis Miguel Castillo reconoce que “son tantos los compañeros y tantas las personas que puedes llegar a conocer, tanto de mi círculo más cercano como las que conoces en un momento concreto, que no sería justo nombrar a nadie. Pero, evidentemente, son muchísimas”.
“Creo que cada persona con la que estás cerca te aporta algo diferente y te hace crecer y mejorar como deportista y como persona. Por eso no sería justo nombrar a nadie”, insiste. “Son muchos los que han influido en mí y estoy seguro que ellos saben quiénes son. Por eso aprovecho desde aquí y les agradezco que me hayan acompañado en estos 500 partidos y cada día, después de 19 temporadas en acb y 30 como árbitro”.
30 años y 500 partidos dan para mucho. Recuerdos imborrables que, sin embargo, no han hecho que olvide aquel partido de debut, que sigue siendo para él uno de los más importantes de su carrera.
“Sin duda me quedaría con el primero, porque entiendo que cuando saltas a la pista para arbitrar el primer partido de la Liga Endesa es la culminación de un sueño alcanzado. Evidentemente, cuando empiezas no te lo planteas, pero según vas quemando etapas y vas creciendo y progresando en este mundo lo recuerdas con mucho cariño. Recuerdo aquellos nervios de verte ahí a punto de debutar y comprobar que el sueño se cumple”, declara.
Y, si algo ha podido comprobar a lo largo del tiempo es lo mucho que ha cambiado el baloncesto y cómo ha tenido que evolucionar también el trabajo del colectivo arbitral.
“El baloncesto ha cambiado mucho, ha evolucionado y nosotros no nos podemos quedar atrás en esa evolución”, incide. “Tenemos que seguir creciendo al mismo ritmo que lo hacen los jugadores y los entrenadores. Además, ahora más que nunca, tenemos que transmitir serenidad y seguridad en lo que estamos haciendo, preparando muy bien los partidos para saber qué nos podemos encontrar en cada situación”.
Es habitual que los deportistas se vayan marcando retos y objetivos. Sin embargo, Luis Miguel Castillo prefiere vivir el día a día. “No soy una persona que me guste mucho pensar en el futuro. Me gusta más mirar partido a partido, disfrutar del que toca en cada momento y creo que cuando consigo eso, lo demás viene solo. Cuando empecé en el arbitraje no pensé en llegar a los 500 partidos y esta próxima jornada voy a cumplirlos. Como digo, me gusta más ir partido a partido, trabajar bien el partido de cada jornada y después ir a por el siguiente”.
Lo que tiene claro es que, para él, “lo más importante es poder superarte en cada partido, mejorar y trabajar en los errores que hayas podido cometer, siendo ese el camino que cada temporada debemos seguir. Y si eso va en la línea correcta, lo demás va viniendo. Esa es la dinámica que he aplicado desde que empecé en el arbitraje y es la que voy a seguir aplicando en los próximos años”, concluye.