Dejando atrás una temporada adversa y un debut ligero que revivió dudas del pasado, Valencia Basket ha logrado encadenar cinco victorias consecutivas que no sólo destierran la imagen del pasado, sino que hacen reavivar las ilusiones en una afición que comienza a disfrutar con el nuevo ADN del equipo.
El conjunto taronja parece haber encontrado la regularidad perdida y actualmente tiene abierta la mejor racha de victorias desde los 12 triunfos conseguidos entre diciembre de 2020 y febrero de 2021.
Valencia Basket (5-1) ha sumado dos victorias más que las obtenidas hace un año a estas alturas de campeonato. Un dato, ya de por sí muy positivo que se refuerza con la sensación de estar ante un equipo muy sólido.
Para Chris Jones, base del equipo, la realidad de esta temporada es que “somos un nuevo equipo que está luchando duro y creciendo día a día. Los entrenadores nos están poniendo en buena posición para hacerlo bien y a los jugadores nos gusta jugar los unos con los otros. Todo está fluyendo positivamente y espero que podamos seguir siendo mejores”.
Los cambios efectuados en verano van en el buen camino y en opinión de Jones “creo que hay más espíritu de lucha en nosotros. Ha llegado gente nueva queriendo demostrar lo que valen y creo que nuestro vínculo es diferente. Simplemente estamos trabajando duro, queremos hacer lo correcto, lo que se nos dice y creo que eso es lo más importante para nosotros, pasar la pelota e intentando ser mejores”.
La sobriedad taronja sobre todo se está dejando ver atrás, siendo la segunda mejor defensa de la liga al encajar 78 puntos por partido, además de ser el equipo que más balones recupera (11,6) junto a UCAM Murcia y el que más tapones coloca (5,3).
Es evidente que la estructura de equipo ha virado apostando más por el físico y por hacer vale más que nunca el emblema del club, la Cultura del Esfuerzo. “A mí personalmente es una de las cosas que más quería mejorar. Es más fácil defender cuando tienes grandes compañeros detrás de ti, ayudándote y cubriendo tus fallos o arriesgando más de la cuenta. Queremos ayudarnos los unos a los otros, no queremos dejar a nadie sólo”, señala el base. Jones tiene claro que los grandes equipos se construyen desde atrás y por eso asegura que “lo más importante es nuestra defensa porque el ataque llegará”.
El nuevo proyecto está consolidándose, pero Jones es optimista con las posibilidades del grupo y piensa que “si seguimos creciendo y jugamos juntos podemos hacer que las cosas funcionen y, ya sabes, el cielo es el límite. Vamos a hacer todo lo posible para luchar por la Copa del Rey y los Playoffs”.
De lo colectivo a lo individual, es evidente que una de las claves del buen momento del conjunto valenciano está en el buen hacer de Chris Jones, un jugador de cocción lenta en el baloncesto que ha sabido labrarse su propio camino sin la urgencia de la necesidad o la ansiedad de los grandes focos.
Tras no ser elegido en el draft, Jones cogió una de las rutas más extrañas que han llevado a la elite profesional y su primer destino fue el Tuv Ajmag de Mongolia. Allí no tardó en despuntar y fue pasando estaciones de paso (Suiza, Bélgica, Turquía, Israel, Francia) hasta alcanzar de pleno derecho el estatus de estrella en Europa. Para Jones nunca existieron dudas: “tienes que ir donde te quieren. Está claro que cuando eres un niño creces deseando jugar en la NBA, pero en mi caso eso es algo que no daba de comer a mi familia. He tenido la gran oportunidad de ir incrementando mi nivel de juego en cada equipo y eso hace que las cosas sean más fáciles cuando estás en pista”.
A sus 30 años, Jones disfruta del reconocimiento del gran público siendo una de las estrellas de la Liga Endesa, aunque reconoce que para llegar ahí “te tienes que sentir cómodo. Cómodo con los entrenadores, aficionados, compañeros… Ellos han creído en mí y eso hace que sea más fácil para mí jugar, no pensar tanto. Simplemente salir a jugar, ser libre”.
Esa libertad hace que Jones sea el go to guy de este Valencia Basket, el jugador al que, por talento, jerarquía y personalidad, el equipo busca para resolver las situaciones complejas o los balones calientes tal y como demostró el año pasado en Euroliga y Liga Endesa.
Esa presión no pesa sobre los hombros del base taronja, es más parece sentirse con el rol de jugador referencia. “Podría decirse que sí. Claro que me gustaría serlo. Sé con certeza que cuando un entrenador me llama, estoy allí y aparezco. Así que si es así como quieres llamarlo, sí, asumiré ese rol”.
Un hombre de balones calientes que, además, sorprende que desde su posición de base disfrute pisando la pintura y jugando en el poste bajo. Algo puede parecer poco ortodoxo, pero que para él es lo más natural desde sus años de formación. “Es una cosa que hacía desde el instituto, mi entrenador me dio la oportunidad de ponerlo en práctica y durante mi carrera todos los entrenadores han sabido que puedo jugar en el poste bajo y que eso me permite sumar puntos fáciles cuando juego contra bases más pequeños… Y debo decir que me gusta”.
Ya sea con triples o posteando, la realidad es que Chris Jones es el segundo jugador que más puntos anota (13), el tercero en valoración (12,3), pero, sobre todo, es el jugador que más minutos juega (23:22) en este Valencia Basket.
Ya no se trata simplemente de que sea un referente ofensivo o el director de juego, su influencia lo convierte en un líder dentro del vestuario. “Es mi trabajo. Soy el base. Forma parte de mi rol: ayudar a los compañeros, hacer lo que el equipo necesite… ejercer ese liderazgo es fácil para mí”.
Después de muchos viajes, parece que Chris Jones, además, ha encontrado un lugar donde echar raíces y antes del verano renovó para las tres próximas temporadas. Sin duda, una apuesta fuerte por ambas partes que Jones explica con claridad: “¿Por qué renové? Me encanta Valencia. Los aficionados, los entrenadores… todo es muy familiar. Todos sabían que yo quería estar aquí, mi familia adora estar aquí, con lo que fue una decisión fácil”. La identificación con el club es tal que no hace mucho tiempo incluso aseguró que su intención es retirarse en Valencia “ese es el plan… Así que, mientras aquí me quieran, aquí estaré”, concluye el jugador.