Barcelona, 24 Jun. 2007.- ¡El Real Madrid vuelve a reinar en la ACB! El equipo blanco culminó una temporada de ensueño con un partido perfecto, una exhibición de poderío y de carácter para asaltar el feudo del Winterthur F.C. Barcelona y proclamarse campeón por un 3-1 en la gran Final ACB.
Un campeón con muchos héroes. Para empezar, el maestro de orquesta, Joan Plaza, sobresaliente toda la temporada y de matrícula de honor en la gran Final ACB. Él indujo a sus guerreros a la lucha sin cuartel, a creer en que lo imposible era posible. Y Felipe Reyes fue su hombre de confianza, su líder en el campo de batalla. En un año antológico, ha guiado al Real Madrid a lo más alto y obtenido en justicia el MVP, Jugador con más crédito Barclaycard de la Final ACB.
En el cuarto partido, el del triunfo, Reyes fue una vez más la estrella, el pívot imparable de los dos primeros envites. Trajo por la calle de la amargura a sus defensores, uno tras otro, incapaces de frenar su caudal ofensivo y su determinación. Bien acompañado por Tunçeri, cuyos triples eran puñales directos al corazón blaugrana, y por todos los guerreros blancos, comandó a su equipo a una definitiva escapada en el segundo periodo (+16).
El inmenso partido de Reyes, el rebote ofensivo, el acierto en los triples y las variantes defensivas de un creativo Real Madrid escribieron la historia de un partido en el que el conjunto blanco llevó siempre la iniciativa y tuvo más convicción. Incluso cuando más apretaba el Winterthur F.C. Barcelona, situándose a cuatro puntos a poco más de un minuto para la conclusión, el equipo blanco tuvo fe para sentenciar con una canasta de Reyes y un triple de Raül López.
Poco se puede reprochar a la actitud de un Barça que lo intentó todo, aunque navegó contracorriente. 19 abajo en el minuto 21, no pudo sino luchar hasta el final para mejorar su suerte e intentar el milagro, imposible pese a rozar la machada (71-75 al entrar en el último minuto). Su irregular temporada acaba con título de Copa del Rey, billete para la Euroliga y subcampeonato liguero, pero la decepción del KO en casa.
Comienzo frenético
Felipe Reyes se mostraba demoledor bajo tableros, sin que Marconato pudiera frenarle, y los exteriores blancos estaban especialmente atinados en el tiro. Consecuencia: 17-24 y alarma en el Palau, que veía a los suyos de nuevo empecinados en buscar una y otra vez el triple... con éxito dispar. Un magnífico mate de Sekulic, en rebote ofensivo, completaba el recital ofensivo del primer periodo: 22-27.
El segundo cuarto dispara al Real Madrid
Charles Smith y Felipe Reyes hurgaron en la herida blaugrana en el inicio del tercer periodo: dos triples del estadounidense y dos nuevas canastas del poderoso Reyes (12 puntos ya) elevaban la renta blanca a 13 puntos (24-37, m.13)... su máxima en toda la Final ACB (el tope previo, del 2º partido, era de 11). El Barça no conseguía desatascar su ataque, pero al menos apretaba en defensa: dos minutos sin puntos
El Winterthur F.C. Barcelona, contra las cuerdas. Y más aun con un parcial 0-5 para abrir boca, con triple de Hervelle y canasta de Felipe para elevar la máxima a 19 puntos (33-52). La Final ACB tenía un color cada vez más blanco y al Barça sólo le quedaba apelar a la heroica.
El Barça lo intenta, pero no puede
Dos tiros lejanos abrieron la puerta a la esperanza culé: parcial 9-0 y el Palau Blaugrana, demasiado apagado hasta entonces, metido como nunca antes en el partido. Una defensa formidable, que convertía cada jugada en una cuestión de vida o muerte, dio una nueva tuerca a la reacción, por mucho que Tunçeri enfriase los ánimos con un triple (46-57). Roger Grimau ejercía de insospechado líder mientras Lakovic, el hombre más atinado en ataque, enfilaba el banquillo con cuatro personales y el Real Madrid salvaba la papeleta a base de tiros libres: 50-64.
Pero todavía era posible. Un triple de Kakiouzis a 2:30 levantó a los aficionados culés de sus asientos (68-73), pero Felipe Reyes respondió con una nueva canasta a 1:22 (68-75). El Barça lo intentaba a base de triples y Lakovic estrechaba el cerco a 1:10 (71-75)... pero Raül López silenciaba el Palau con un triple a 51 segundos, celebrado ya por sus compañeros como el título de liga que ya era inminente. Al final, 71-82 y alegría blanca desatada en el Palau Blaugrana.