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El Unicaja y el Gran Canaria Grupo Dunas miden sus posibilidades

El Unicaja intentará afianzar su progresión y aspiraciones a los cuatro primeros puestos, pero el Gran Canaria Dunas viaja a por todas

El Unicaja intentará hacerse fuerte en casa y poner tierra de por medio con un rival directo
© El Unicaja intentará hacerse fuerte en casa y poner tierra de por medio con un rival directo
  

Málaga, 24 feb. 2007 (EFE).- El Unicaja tiene mañana una buena ocasión de refrendar la racha positiva que le ha llevado a ganar cinco partidos consecutivos –excepción hecha de la Copa del Rey-, y para ello se medirá en el Palacio Martín Carpena a un fuerte Gran Canaria Grupo Dunas que está en la clasificación de la ACB a tan sólo una victoria del equipo malagueño.

El Unicaja ha vencido en la ACB al Bruesa GBC a domicilio y al Real Madrid como local, y en la Euroliga logró doblegar al Partizan de Belgrado, Benetton italiano y al Aris griego, lo que le ha puesto bien la clasificación para los cuartos de final del torneo continental.

En la competición nacional, el objetivo es acabar la fase regular de la Liga entre los cuatro primeros de la tabla y es el DKV Joventut el que ocupa ese lugar con un triunfo más que la formación andaluza, por lo que la meta está al alcance.

El partido de mañana entre el Unicaja y el Gran Canaria Grupo Dunas será el vigésimo octavo entre estos dos conjuntos en la ACB, con un balance favorable a los malagueños de dieciocho victorias.

En los encuentros disputados en el Martín Carpena el conjunto cajista ha ganado once veces por sólo dos de los canarios, la última en la temporada 1999-2000.

El técnico italiano Sergio Scariolo puede contar con toda la plantilla, incluido el pívot puertorriqueño Daniel Santiago, quien recibió un golpe en el hombro derecho durante el entrenamiento de ayer.

El escolta Berni Rodríguez ha señalado que el Gran Canaria Grupo Dunas tiene "un gran nivel defensivo" y que por ello "pondrán las cosas difíciles en el ataque".

Rodríguez auguró un partido "duro y complicado" porque el Gran Canaria Grupo Dunas "juega muy serio y nunca dan el encuentro por perdido" y además recordó que el Unicaja siempre ha "tenido problemas con este equipo".

El escolta malagueño insistió en que su equipo "debe estar muy atento y ser muy duros en defensa".

El Gran Canaria Grupo Dunas buscará mañana la sorpresa en Málaga ante el Unicaja sin su buque insignia, el pívot senegalés Sitapha Savané, quien no se ha recuperado del esguince de su tobillo izquierdo que sufrió hace una semana en Murcia.

Savané, quien ya se perdió un mes y medio de competición por una lesión similar en su tobillo derecho, intentó forzar sus opciones de participación en el entrenamiento de hoy, pero tuvo que retirarse nuevamente a los vestuarios.

Aunque en un principio viajará con sus compañeros, el equipo amarillo ha planificado el encuentro con los malacitanos con los restantes jugadores interiores y el estadounidense Jackson Vroman volverá a tener máximo protagonismo con el húngaro Kornel David.

El resto de la plantilla está en perfectas condiciones y con ánimos de protagonizar una proeza en tierras andaluzas para seguir entre los ocho primeros clasificados de la fase regular -ahora el Gran Canaria es séptimo- y, de paso, igualar a doce victorias con el Unicaja.

Salva Maldonado, entrenador del Grupo Dunas, aseguró que un triunfo de sus pupilos precisaría "rendir muy bien durante los cuarenta minutos, con nuestra mejor defensa, como hicimos ante el Barcelona, y un ataque clarividente".

Tras recordar que históricamente Málaga "no se nos ha dado bien", con solo dos victorias en trece partidos, la última en abril de 2000, Maldonado apeló por "la determinación, moral, sed de triunfo, jugar con mucho físico, disimular los puntos débiles y realizar una ofensiva inteligente".

"La plantilla está con buen ánimo y, aún consciente de la dificultad, sabe que si hace un buen partido tendrá opciones para ganar", subrayó.

Maldonado elogió la reacción de su rival –"como en la última campaña va de menos a más"-, así como la profundidad de un banquillo que "nunca se pone nervioso, sabe jugar con el tiempo del partido y, si se pone ocho arriba, es mejor recoger e irse a casa".