Por Jorge Muñoa. Madrid, 26 ene. 2005 (EFE).- El liderato de la Liga ACB ha dejado de ser cosa de uno para convertirse en un asunto compartido entre el Real Madrid y el TAU Cerámica, con prioridad para los capitalinos por razones de puntos y coeficientes, pero con sucursal abierta en el Buesa Arena, cuyo titular logró anotarse la segunda victoria visitante de la temporada española en Vistalegre.
El bloqueo, que azotó a los blancos el miércoles contra el Efes Pilsen turco, que sólo encajó siete puntos en el último cuarto, se prolongó hasta situar al cuadro vitoriano como nuevo líder muy pronto.
El TAU logró igualar los catorce puntos de diferencia que consiguió el Madrid en el Buesa Arena al término del primer corte (10-24) y, poco después, los superaba con gran autoridad (16-35).
El balance numérico daba cuenta de las tremendas dificultades locales. Los hombres del serbio Bozidar Maljkovic sólo habían sido capaces de anotar dos canastas en juego, habían desperdiciado un buen puñado de tiros libres y el TAU sacaba petróleo de los rebotes largos y del juego de transición. Los vascos dominaban a lo largo y ancho de la pista, sin discusión, de manera hegemónica.
Maljkovic reflejaba la preocupación en el gesto. A los blancos no les salía nada, ni siquiera el implacable defensor que lleva dentro el francés Moustapha Sonko podía con el lituano Arvidas Macijauskas. Los madrileños caían en picado ante la atenta mirada de Isiah Thomas, el legendario ex base de la NBA, que también ha venido a Europa de pesca.
El estadounidense Louis Bullock y Alberto Herreros salieron al parqué en busca de canastas, pero la lata del TAU tampoco se abrió. Los alaveses caminaban con paso firme a la cima de la Liga y, de paso, dejaban un recado con vistas a la Copa del Rey donde ambos equipos pueden encontrarse en semifinales si superan la primera eliminatoria.
Maljkovic encontró por fin el revulsivo en el pundonor de un hombre mucho menos anotador que Bullock y Herreros, menos dotado para la defensa que Sonko y más tosco en el plano técnico que los mascarones de proa del cuadro blanco. Eso sí, con un corazón y una ambición que mueve montañas y aúna voluntades.
Axel Hervelle despertó al Madrid. El belga fue el artífice de la resurrección madridista y, a pesar de la cómoda ventaja que el TAU mantenía al descanso (32-41), el sucesor de Eric Struelens impregnó su carácter a un equipo que necesitaba precisamente eso, cambiar de actitud, recobrar lo que Clifford Luyk denomina los ojos del tigre.
La reacción comenzó por la constante pelea de Hervelle en el rebote, defensivo y ofensivo. Siguió por el afianzamiento de Elmer Bennett en la dirección y acabó en la reaparición de ese Madrid que sabe manejar el 'tempo', que sabe desenvolverse en los ataques posicionales con la efectividad del perímetro y, sobre todo, con ese Madrid que pone el alma en la defensa.
El partido cobró otro aspecto. Bajó el ritmo, aumentaron los ataques largos y los locales, que no habían visto una sola ventaja favorable, lograron rebasar al equipo de Ivanovic por primera vez en toda la tarde a falta de un minuto para el final del tercer cuarto. El germano-croata Mario Stojic situó el 53-52 que bendecía la escalada en la culminación de un contragolpe eléctrico.
Faltaba por dirimir la identidad del vencedor. En ese debate participaba de pleno derecho el equipo vitoriano y lo ganó con una tanda final de argumentos propios y ajenos. Los propios los aportaron José Manuel Calderón, cuya dimensión como jugador pasea por cotas muy altas, la efectividad de Macijauskas y la consistencia colectiva. Los ajenos surgieron de la mala suerte blanca en algunos lances y de la mala gestión de una serie de posesiones clave. Ahora, el liderato reside en Madrid, pero con un pie en Vitoria.
69 - Real Madrid (10+22+21+16): Bennett (15), Sonko (2), Gelabale (8), Fotsis (5), Burke (10) -cinco inicial-, Bullock (4), Herreros (5), Hervelle (11), Bueno (-), Stojic (2) y Reyes (4).
74 - TAU Cerámica (24+17+11+22): Calderon (21), Hansen (7), Macijauskas (13), Betts (-), David (16) -cinco inicial-, Scola (10), Vidal (3), Splitter (4), Conley (-) y Prigioni (-).
Arbitros: García Ortiz, Alzuria y García González. Excluyeron por personales a Scola (m.40).
Incidencias: encuentro correspondiente a la vigésima jornada de la primera fase de la Liga ACB 2004-05 disputado en el Palacio Vistalegre ante unos 13.000 espectadores.