La Laguna (Tenerife), 13 mar. 2004 (EFE).- Había muchísima frialdad en el pabellón, tanto en las gradas como en la cancha y daba la impresión de que todos tenían la mente puesta en otro lado (y eso se notó cuando con 7:44 para el final del primer cuarto el resultado reflejaba tan sólo un tanteo de 1-3).
A los cinco minutos los visitantes ya ganaban por 11 puntos (1-12), mientras los locales seguían sin entrar en el partido. Así los manresanos ganaban en todo a los tinerfeños: tiro, rebotes, tanto en defensa como en ataque, ante un equipo perdido que seguía encajando puntos en contra.
Los locales corrían más que el balón y seguían sin el mono de trabajo, metiendo solo desde el tiro libre ante el "mosqueo" de Iván Déniz, que solicitó su primer tiempo muerto en las postrimerías del cuarto y que sirvió para rebajar las distancias en el marcador.
Los aficionados mostraron su preferencia cuando este cuarto concluyó y espontáneamente se levantaron para ovacionar a Paco García y con ligeros gritos de "fuera, fuera" hacia el palco.
El segundo cuarto fue un calco del primero, el equipo local seguía perdido en la cancha mientras los visitantes mantenían sin demasiados apuros las diferencias en el marcador cuando llegaba la mitad de dicho periodo (24-33), y la tercera falta personal de Hopkins, era otro serio problema para los "chicharreros".
Cuando finalizaba el tiempo, Ricard Casas pedía tiempo muerto con las rotaciones de los visitantes funcionando mejor que las locales, que pese a ello lograban reducir las diferencias en el marcador, poniéndolas el "torito" Leo Paladino y David Gil a 3 puntos (36-39) y, por primera vez, con la grada se volcó, alegría que se terminó cuando los visitantes lograron otro parcial de 0-8.
El tercer cuarto volvía a ser algo insulso en cuanto al juego y tras 3 minutos los tanteos eran "casi ridículos" (38-51), hasta que de nuevo el tiro exterior de Manresa alejada de nuevo a los visitantes en el marcador, 46-59.
Con el técnico local desesperado y el grupo de jugadores divididos, la sensación fue de que cada uno pretendía guerrear por su lado, y el equipo, lejos de ser el de otros partidos, parecía dar por finalizada la temporada, y la papeleta que afrontaba el cuatro técnico era importante, se debutaba con una pobre impresión.
Al final del cuarto la diferencia ya era de 25 puntos (50-75), la máxima del partido, pero quizás lo grave era ver a los jugadores fuera del partido, al banquillo sin ideas y a la grada sólo mirando al palco.
El último cuarto se presentaba como la descomposición del equipo y la sensación de haber tirado toda la temporada y con la mirada fija en el palco, todos, esperaban el pitido final, ya no importaba ni el juego ni el resultado, querían señalar su impotencia y su decepción en la figura del presidente.
El partido ya sólo tuvo un color, el rojo manresano, que parecía un equipo "galáctico", los guarismos seguían aumentando y a los locales no importaba nada de lo que sucedía, perdían por 23 puntos y la grada empezaba a sacar pancartas contra el consejo y su presidente hasta que el choque finalizó con 27 puntos de diferencia.
71. Unelco Tenerife (16+20+14+21): Corrales, Yañez (11), Savane (11), Iván Rodríguez, Hopkins (16) -inicial-; Gil (5), Guillén (15), Sánchez, Robles (5) y Paladino (8). Entrenador: Iván Déniz O´Donell
98. Ricoh Manresa (23+24+28+23): Oliver (11), Laviña (22), Brown (10), Cilla, Williams (18) -inicial-; Martínez, Cisteró (6), Espil (20), Llorens (8) y Singla (3). Entrenador: Ricard Casas.
Arbitros: García, Llamazares y Sacristán. Sin eliminados.
Incidencias: Partido correspondiente a la vigésima séptima jornada de la ACB, disputado en el pabellón Santiago Martín de La Laguna, al que acudieron unos 3.800 espectadores. Los dos equipos, junto al trío arbitral que mostraban crespones negros, guardaron un minuto de silencio por los acontecimientos del pasado jueves en Madrid. También algunos jugadores locales tenían escrito en sus calcetines un nombre propio, "PACO", en referencia a Francisco García, anterior entrenador.