Acaba de terminar su preparación física diaria, sabe que cuando el confinamiento acabe y se vuelva a la normalidad, tanto su cuerpo como su mente deben estar preparados. Tras una ducha reparadora y antes de pasar un tiempo con sus hijos en el jardín de casa, Ryan Toolson nos atiende.
Ahora que su vida se reduce a las cuatro paredes de su hogar, cobra más sentido el viaje que ha recorrido desde su niñez hasta la actualidad. Las ciudades, los equipos, las personas… el baloncesto le ha hecho vivir un sinfín de experiencias que recopila en días donde sobra el tiempo para recordar.
La historia arranca en un pequeño pueblo a media hora de Phoenix. Allí el baloncesto abraza a Ryan Toolson dentro de una familia donde Andy Toolson y Danny Ainge facilitan la transición de una pasión infantil a un modo de vida.
“Mi madre siempre me mostraba fotos jugando al baloncesto cuando tenía dos o tres años. Cuando rompí el tablero de mi canasta pequeña seguí jugando poniéndola sobre la pared como si fuera el tablero. Parece que siempre estaba más cerca del baloncesto que de cualquier otro deporte”.
“Crecí en los 90, cuando Michael Jordan dominaba así que él fue un referente. También lo fue Steve Nash porque yo soy de Arizona y los Phoenix Suns lo seleccionaron y podía verle jugar cerca de mi casa. Además, Danny Ainge fue entrenador de los Suns yo podía estar en muchos partidos con mis primos. Creo que también por eso estaba más ilusionado por jugar al baloncesto que por jugar a otros deportes que también practicaba”.
Con fuertes creencias religiosas, Ryan cumple con una tradición mormona y tras jugar unos partidos en la universidad decide hacer un parón de dos años y viaja a Guatemala como representante de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Ese viaje le marca y le transforma.
“Fue una decisión que tomé mucho antes. Cuando era joven, tenía la idea de cubrir este reto en mi vida. Es una tradición en nuestra religión: mi padre lo hizo, mi abuelo lo hizo, mis primos mayores lo hicieron y era una cosa que quería hacer. A los 19 años, tras el primer año en la universidad, tomé la decisión de hacerlo y paré de jugar y estudiar. Hice una vida normal, me gustó y me ayudó mucho en la vida”.
“En lo deportivo no me ayudó en nada (risas). Yo paré de jugar casi dos años enteros. Normalmente nuestra regla es que paramos un día a la semana, vamos a comprar y nos preparamos para la semana siguiente. Si tenemos tiempo, podemos jugar un deporte pero en Guatemala no hay muchas canastas de baloncesto así que con los compañeros y la gente de la ciudad donde vivía jugábamos mucho a fútbol u otros deportes, pero era muy difícil jugar al baloncesto. Yo me llevé una pelota para poder jugar y cada vez que veía una canasta y mis amigos podían jugar, lo aprovechaba… pero esos momentos fueron muy pocos”.
“Esa experiencia me impactó mucho como persona. Soy de los Estados Unidos y, en comparación con la gente de Guatemala, lo tenía todo: móvil, coche, casa… Mi padre me ayudaba en todo e incluso tenía cosas que no necesitaba, pero quería y esa gente casi no tenía nada. Eso me impactó mucho y me ayudó a estar agradecido por tener las cosas pequeñas que tenemos y que no siempre agradecemos”.
Ryan Toolson reemprende sus estudios y carrera deportiva completando un exitoso ciclo universitario con la universidad de Uah Valley State. Son años donde sus hazañas en la pista como infalible anotador le hacen vislumbrar el sueño del profesionalismo.
“Creo que en los últimos 10 o 15 años ha crecido mucho el baloncesto en Utah. Han salido jugadores como Damian Lillard o Jimmer Fredette, y hay muy buenos jugadores. Las universidades más importantes son las de Brigham Young y Utah, pero hay otras. Por ejemplo, Jaycee Carroll se graduó en Utah State, situada a una hora y media o dos de donde yo estaba. Hay muchos jugadores buenos y creo que la mayoría son anotadores saliendo de bloqueos indirectos como Carroll y yo hacemos. En Utah se juega más con sistemas, se parece más al juego de Europa que al de la NBA”.
“No me gustaron mis partidos contra Jaycee porque me mató casi cada vez. En sus últimos dos años tenía un equipazo en Utah State y él estaba en una forma increíble. Una vez jugué en Utah State y esa semana fue el jugador de la semana de toda la NCAA. Metió más de 30 puntos contra nosotros y contra otro equipo en un torneo navideño. Yo intentaba seguir sus pasos, cada vez que hablaban de jugar en Europa, me hablaban de él. Fue muy fácil cuando me empezaron a hablar de Gran Canaria. Después de verle jugar con tanto éxito fue muy fácil elegir Gran Canaria y el sistema de Pedro Martinez”.
El 29 de enero de 2009 y delante de los 7.000 espectadores que acuden al Jones Convocation Center, Ryan Toolson anota 63 puntos en una actuación histórica. El escolta forma parte de un partido histórico donde su universidad vence a Chicago State después de cuatro prórrogas (121-123).
“Ese momento fue increíble. Era mi último año de la universidad y había mucha gente profesional y agentes con dudas sobre mí y si podía ser un jugador exitoso en la NBA o en Europa. Después del partido pensaron algo diferente de mi juego”.
“Empecé metiendo la primera canasta y luego todo parecía más fácil. Tuve un poco de suerte de jugar cuatro prórrogas y llegar a los 63 puntos. Empecé a tirar unos tiros incluso más difíciles porque había más presión de la defensa y me sorprendió cuando fallé. Todo se metió ese día".
“Jugué todos lo minutos los posibles ¡60! No sabemos si es un récord de la NCAA, pero pensamos qué sí. Jugué desde el primer minuto y no salí ninguna vez”.
Tras cerrar su etapa Universitaria, Ryan emprende un viaje por el baloncesto europeo que le lleva a visitar Turquía, Italia, España y Rusia.
“Izmir es el mejor sitio de Turquía. El clima es mejor que en el norte, estamos junto al mar, los aficionados son increíbles… medio locos. Para mi primer año, me ayudó mucho tener tanto éxito en esa ciudad”.
“Mi agente y yo elegimos Izmir y Pinar Karsiyaka porque entonces era un equipo pequeño, no como ahora que ha estado en Eurocup y Euroliga. Entonces era pequeño y los norteamericanos era muy importantes en el equipo. Yo sabía que iba a ser un jugador bastante importante y aproveche el momento. Había jugadores norteamericanos de universidades pequeñas y jugamos muy bien juntos. Tuvimos un año muy exitoso dentro de la historia que tenía el club”.
“Fue una experiencia extraña. Fue mi segundo año en Europa, mi mujer estuvo embarazada durante la temporada y yo me estaba chocando con el entrenador (Jasmin Repesa) que estaba allí. Me costaba mucho jugar bien y cómodo en su sistema. Además, hubo una lesión en el equipo y, por la regla de Italia de solo alinear a dos extranjeros, cuando el equipo fichó a Brian Skinner, éramos tres. Obviamente el entrenador decidió sacarme de los partidos en Liga italiana. En Eurocup podía jugar porque no existía esa regla, pero la decisión afectó a mi confianza personal. Hablé con mi agente para buscar otro equipo en Italia donde volver a jugar con más minutos en la pista, pero, desafortunadamente, no sabía que iba a ser un desastre aún mayor que en Benetton”.
“Llegué y, dos o tres partidos después, el entrenador fue despedido. Llegó un entrenador israelí que venía de Grecia justo en el momento en el que nació mi hijo. Yo hablé con él para estar un par de días fuera y me dijo que era un hombre de familia, que lo entendía y que volviera cuando estuviera listo. Cuando regresé había otro jugador en mi sitio. Era un jugador que había estado ya con él en Grecia al inicio de la liga. Me dijo que necesitaba de un jugador que conociera muy bien su sistema y de nuevo, por las reglas de la liga, estuve fuera de los partidos, con ropa de calle. Además, fue el momento del lockout en la NBA y me dio mucho miedo porque estaba teniendo un año irregular y feo, y pensé que vendrían jugadores mejores que yo en Europa”.
Consolidada su carrera en Europa, Ryan aterriza en España donde logra hacer historia en Herbalife Gran Canaria al alcanzar las semifinales de la Copa del Rey y liga ACB por primera vez en Europa. Un año más tarde viaja a Málaga donde vuelve a exhibirse como uno de los mejores tiradores puros del continente.
“Tuve mucha suerte porque después de Italia me fichó un equipo pequeño de Turquía, jugué muy bien y entramos en Playoff cuando normalmente peleaba por no descender. A mí no me costó nada fichar por el Gran Canaria. Hablé con Jaycee Carroll antes de fichar y me dijo que si tenía una oportunidad de jugar allí, que lo hiciera porque el sistema de Pedro Martínez es muy bueno para tiradores como somos nosotros. Sabía que me haría mejor jugador”.
“Su sistema es perfecto para anotadores, sus equipos entrenan bien y la mayoría de las cosas que intenta es buscar a jugadores como Carroll, Kuric o yo porque el sistema ayuda a abrir el campo y encontrar tiradores. Fue exactamente así: un sistema rápido, con jugadores que no fueron celosos de buscar sus tiros... fue increíble. Nos hicimos amigos, cenábamos cada semana y no era por obligación, nos gustaba cenar juntos y tuvimos un año exitoso. Creo que en esos momentos fue el año más exitoso del club”.
“Fue una etapa increíble porque jugamos como la ciudad quería y nacieron mis gemelas. Además, el primer año nos hicimos amigos de los compañeros y, como en Málaga es una ciudad con muchos extranjeros, nos hicimos amigos de gente en Benalmádena con la que todavía mantenemos el contacto. El equipo y los amigos que hicimos no lo olvidaré. Creo que es el sitio donde tengo mejores recuerdos de mi carrera”.
“Recuerdo un partido de Euroliga jugando contra Efes Pilsen donde empecé jugando muy bien, Joan Plaza me dejó jugar más de lo normal y al final, con empate, pude lanzar un triple para ganar en el último seguro. Fue un momento especial. En esos años entramos dos veces en Playoff y jugamos un quinto partido contra el Barça. Nos quedamos a pocos segundos de entrar en la Final Four. Entonces Juan Carlos Navarro hizo de Juan Carlos Navarro y metió un triplazo para ganar”.
Y del calor de la Costa del sol a la fría Rusia. Ryan Toolson cambió de estilo de vida y de competición, pero manteniendo si fiabilidad anotadora (en sus dos temporadas promedio más de un 50% en triples y casi 19 puntos en Eurocup).
“Tomé muchas pastillas de vitamina D ¡Uff, fue un cambio de blanco a negro! Del tipo de gente, del sol, del tipo de baloncesto… Por suerte no me costó mucho porque como en Turquía los extranjeros son muy importante y el primer mes fue jugador del mes en la VTB y eso me ayudó a mantener la confianza ese año. Además, acabamos terceros de la liga, la mejor clasificación del club. También fue finalista para el MVP de la temporada, aunque Nando de Colo se lo llevó merecidamente”.
“Era extraño el primer año porque normalmente los buenos equipos de Rusia no jugamos la Copa de Rusia, pero el club quería ganar un título porque era el primer año después de comprar el club de Triumph y quería un título inmediatamente. En la copa rusa solo pueden jugar los jugadores rusos así que, de vez en cuando, llegábamos al pabellón y no había ningún jugador ruso, y nosotros no teníamos notica de ello. Fue mala suerte llegar a las eliminatorias de la Copa y las eliminatorias de la Eurocup. No estábamos en buena forma y nos ganaron fácilmente. Tampoco se ganó la Copa, se llegó a al final, pero perdieron contra el anfitrión de la Final Four”.
Y así el viaje llega a la actualidad. En Manresa vuelve a disfrutar del clima, de la gente y del baloncesto en España. Es uno de los líderes del BAXI Manresa y un referente de la Liga Endesa donde ha conseguido pasar a la historia esta misma temporada.
“Yo puse en mi contrato que podía vivir en Barcelona porque no conocía la ciudad. Cuando jugaba contra Manresa solo iba del pabellón al hotel y no la conocía, pero el club nos llevó a visitar la ciudad y nos dimos cuenta que era mejor que vivir en Barcleona. Tenemos todo lo que necesitamos y, si quisiéramos más, Barcelona está a 40 minutos en coche. Vivimos muy bien, estamos encantados con la ciudad, con el clima… es una ciudad de baloncesto, no de fútbol como suele suceder en Europa y mis hijos están hablando catalán y castellano. Se sienten muy cómodos aquí en Manresa”.
“Tenemos que bajar la cabeza como un toro y tirar para adelante: a veces hay lesiones, a veces hay enfermedades, a veces hay pandemias… pero es parte de la vida y del deporte, y tenemos que estar preparados. Ahora es extraño lo que está pasando en el mundo entero, pero tienes que seguir preparándote para la temporada porque seguirá. Yo estaba un poco lesionado cuando llegó el parón y por eso tengo muchas ganas de volver a la pista con mis compañeros”.
“¡uuff! (recuerda su canasta ganadora frente a Valencia Basket) en ese momento estuvimos en cada partido casi… casi ganado o casi perdido y con suerte ganamos seis partidos de siete. La semana anterior jugamos en Badalona y, perdiendo de dos, tuve un tiro de tres que fallé. Por suerte a la semana siguiente, y con empate, tuve el mismo tiro desde la esquina. Quería meterlo no solo por mí, sino también para los aficionados. Ganar dos veces seguidas a Valencia no es fácil y no sé cuántas veces lo ha conseguido el club. ¡Qué alegría tuvimos de terminar la semana y comenzar la Navidad ganando! Fue cherry on top (la cereza sobre el helado)”.
En víspera de Reyes de este año, Ryan Toolson vivió un partido agridulce. Ese día en Vitoria volvió a ser determinante en el triunfo de su equipo, pero un fallo en los instantes finales cortó su racha historia de tiros libres en 70 anotados consecutivamente.
“Yo no sé qué pasó... pueden ser varias coses. Puede ser que me llegó la presión del récord, o la presión del partido… o solo, quizá, tocó fallar, aunque no fue el mejor momento para fallar después de 70 seguidos. Mis compañeros me dijeron que quizá empecé mi sistema de tirar un poco rápido. Yo intenté hacerlo de la misma forma. Por suerte, tengo el récord aunque sea compartido y, sobre todo, ganamos el partido”.
Son muchos los países y las ciudades visitadas en su dilatada carrera, pero siempre hay lugares que conocer en este planeta. Por eso, y aprovechando el momento de reflexión, más de uno piensa en cuáles serán sus próximas vacaciones o qué ciudad le gustaría visitar. Ryan, también tiene su destino.
“Antes de retirarme, quizá durante una ventana FIBA, me gustaría irme a Tailandia. Sería invierno aquí, pero allí el clima sería buenismo. Tengo muchos compañeros de baloncesto y de la vida que me dicen que es un viaje que hay que hacer en la vida. Mientras esté más cerca en comparación que en Estados Unidos, me gustaría visitar Tailandia”.