San Sebastián, 23 abr (EFE).- El Retabet.es Gipuzkoa Basket se jugará este domingo la que probablemente sea su última oportunidad de reengancharse a la Liga ante el CAI Zaragoza, con las novedades del americano Taquan Dean y del pivot Urko Otegui para reforzar sus escasas opciones de permanencia.
Dean tiene la etiqueta de "jugón", conoce el club y a muchos de sus nuevos compañeros, además de venir en buena forma porque acaba de proclamarse campeón de la liga iraní, aunque hay dudas de que él solo pueda remontar una situación extremadamente delicada.
Dean retomará una competición que dejó la pasada temporada cuando su equipo parecía salvado pero en los últimos partidos, y con un déficit en la anotación, el GBC terminaría descendiendo y siendo repescado en los despachos durante el verano.
El que no podrá jugar ante los maños es el pívot Julen Olaizola, lesionado para tres semanas, nombre que se suma a la lista de ausencias que encabezan Txemi Urtasun y Andrés Rico y que compensan los vascos con la llegada del guipuzcoano Otegui, procedente de LEB Oro, fichado el miércoles.
Los guipuzcoanos apelan a la épica, tienen que ganar prácticamente todo lo que les queda para tener opciones de permanencia y, si no vencen el domingo por la tarde, sólo tendrá que dejar pasar el tiempo para confirmar un descenso que será un hecho virtualmente.
El entrenador, Porfi Fisac, no arroja la toalla y, con el equipo cogido con pinzas y desequilibrado en sus líneas, anuncia que peleará hasta el pitido final cada partido.
El CAI Zaragoza llega con el objetivo de lograr un triunfo que le de tranquilidad ya que se enfrenta a un rival directo por la salvación que apura sus últimas opciones para evitar el descenso de categoría.
El equipo aragonés tiene cuatro triunfos de ventaja con respecto a los donostiarras, que cierran la clasificación, y dos sobre el penúltimo, el Rio Natura Monbus Obradoiro, y una victoria supondría abrir una brecha insalvable para los vascos y, como mínimo, mantener la distancia con los gallegos.
La plantilla del CAI Zaragoza es consciente de la importancia del enfrentamiento, que le acercaría un poco más a la permanencia, y espera poder sumar una victoria que al conjunto 'rojillo' siempre se le ha presentado muy cara porque solo ha sido capaz de ganar una vez, la pasada temporada, en terreno vasco.
Además, el equipo maño no está teniendo un buen comportamiento lejos de su pista ya que solo ha sido capaz de vencer en dos ocasiones lejos del pabellón Príncipe Felipe aunque, por contra, su rival tampoco está siendo demasiado solvente ante su afición ya que solo ha ganado tres partidos en casa (Manresa, Río Natura Monbus y MoraBanc Andorra).
El conjunto zaragozano espera a un rival aguerrido que tiene una de sus últimas oportunidades para seguir soñando con continuar en la elite porque una derrota le dejaría con una misión poco menos que imposible.
Por ello, el CAI tendrá la opción de jugar una baza importante con los nervios y la posible ansiedad de un rival al que solo le sirve la victoria.
Aún así el déficit del equipo de Andreu Casadevall sigue siendo la falta de concentración en muchos momentos y también de intensidad defensiva, que parece que se han convertido en un mal endémico que deberá corregir mañana si desea salir victorioso.
La buena noticia para el técnico catalán es que podrá contar con Joan Sastre, uno de sus mejores jugadores esta temporada, una vez superado una lesión de muñeca que le ha hecho perderse los últimos partidos aunque después de varias semanas de baja no estará al cien por cien físicamente.
De nuevo la nota emotiva estará en el reencuentro de Marcus Landry y Pedro Llompart con el que fuera su equipo.