Madrid/Andorra, 12 Dic. 2015 (EFE).- El Movistar Estudiantes afronta la décima jornada de Liga con la casi obligación de que sea la vencida y pueda, por fin, festejar una victoria en casa y ante su afición, aunque el Morabanc Andorra, ya con cuatro victorias en su haber, no lo pondrá fácil.
Los jugadores del Estudiantes están agobiados por su escaso éxito en Liga. Una sola victoria, en Tenerife, es un pobre bagaje para un equipo preparado para sufrir pero que no esperaba estar tan mal como indica la clasificación.
"Este domingo llegará esa primera victoria que debemos a la afición. Estamos en deuda con ellos", dijo Jaime Fernández esta semana.
El base es, precisamente, la única duda del entrenador Diego Ocampo, que cuenta con todos sus hombres para el partido. Fernández también confió en poder sumar con el equipo, "jugar, juego seguro aunque sea con molestias", afirmó.
Con la llegada de Xavi Rey y Tony Mitchell el equipo ha ganado en recursos para afrontar los partidos, en dos de sus muchos puntos débiles, los rebotes y la lucha bajo los aros y en fiabilidad en la anotación exterior, pero todavía no ha encontrado la estabilidad en su juego.
Los colegiales, ahora, alternan buenos momentos de juego con fallos estrepitosos que lastran todo el trabajo y que minan la moral de unos jugadores que están ansiosos por demostrar que su valor es mucho mayor de lo que han demostrado hasta ahora.
"Hay que ser positivos. Contra el CAI Zaragoza hicimos muchas cosas bien y vimos que nuestra actitud mental es clave. No hay que ser derrotistas y sí saber lo que tenemos que hacer. No pensar en que debemos meter cada tiro, pero sí concentrarnos en cada acción", explicó Ocampo.
"Cada vez jugamos más como equipo, circulamos más rápido el balón y hay momentos en que defendemos muy bien. Pero la clave es que eso tenga continuidad. Hacemos tres acciones muy buenas y luego por lo que sea hay errores muy graves", añadió el técnico.
Contra el equipo maño se forzaron dos prórrogas y el equipo rozó con la yema de los dedos una victoria que se les resiste. Ahora en la décima jornada debe ser la vencida. El equipo está en la UVI de la clasificación y no quiere pasar a la sala de cuidados paliativos sin luchar.
El Morabanc Andorra, de salida un rival directo, está en un excelente momento de juego y con cuatro victorias, en la zona media de la tabla con opciones a todo. Nunca ganó en pista colegial (4-0), pero con un Daniel Clark, criado en el Ramiro, más que enchufado será un serio rival.
El base andorrano Thomas Schreiner, con problemas musculares en el bíceps femoral de la pierna derecha, es la única duda del equipo que dirige Joan Peñarroya, que ha ido asentando su juego en las últimas jornadas después de un inicio irregular.
Peñarroya ha advertido que, pese a la situación de Estudiantes en la clasificación, el de este domingo será un duelo muy exigente. "Jugamos contra un rival mejor de lo que dicen los resultados, nos preparamos para un partido muy difícil", explicaba para recalcar que el equipo estudiantil tiene una plantilla de calidad con gente joven pero también de experiencia.
El preparador del conjunto andorrano ha precisado que "no hay partidos después del Estudiantes", haciendo énfasis en que el equipo quiere ir paso a paso, sin especular sobre las opciones de clasificarse para la próxima Copa del Rey, ni echar cuentas sobre lo que queda de primera vuelta.
También ha opinado Peñarroya sobre la cuestión arbitral después de una semana en la que Estudiantes ha pedido un informe del arbitraje en el duelo que perdió contra el CAI (110-116), después de dos prórrogas.
"No somos un equipo con los mejores arbitrajes de la Liga cuando jugamos fuera, pero esta semana estoy súpertranquilo. Con la semana que llevan en Madrid presionando al estamento arbitral por acciones, tengan razón o no, estoy seguro que los árbitros estarán impecables", ha comentado al respecto.
Los madrileño ha ganando los cuatro partido que ha disputado, hasta ahora, contra el Andorra en su cancha. El último, la temporada pasada (58-55).