Redacción, 09 Jun. 2015.- ¡Vaya partidazo! Enmarcado en un ambiente excepcional y adornado por 45 minutos de brillante baloncesto el Real Madrid doblegó a Valencia Basket con un triple final de Sergio Llull (100-103).
El base de mahón había tenido una noche desacertada en el tiempo reglamentario (cuatro puntos con 1/7 en tiros de campo) pero anotó ocho puntos y, sobre todo, su triple final le encumbraron en el gran protagonista final de una noche que hace más grande la Liga Endesa y el baloncesto.
El conjunto taronja fue recibido como se esperaba bien su muestra de orgullo y carácter y, de inicio, los 9.000 espectadores elevaron el calor ambiental con el apoyo a su afición. Eso no intimidó al MVP Orange y Felipe Reyes tomó el control del encuentro con un inicio espectacular.... que tuvo continuidad en el final del mismo
Con gran acierto desde el triple e intimidando con dos tapones, Felipe lanzó al Real Madrid en el encuentro. La defensa blanca, además, bloqueaba las líneas ofensivas del adversario y redoblaba la sensación de dominio.
El Real Madrid se llegó a ver 11 arriba, pero entonces el orgullo taronja resurgió. Sin acierto triplista (31% al descanso) y con desventaja en el rebote (el Real Madrid llegó a capturar hasta 10 rechaces en ataque), Valencia Basket se entregó al otro baloncesto. El de la emotividad, el de luchar cada balón y espesar la deliciosa salsa que saboreaba el Real Madrid.
Entre Pablo Aguilar y Bojan Dubljevic levantaron el ánimo local llegando a poner por delante a Valencia Basket al descanso. Del 15-26 se pasó al 34 a 33 que colocó espectacularmente Sam Van Rossom. El partido había cambiado y se zambullía de pleno en una dinámica de mucha lucha y emoción.
El tercer cuarto fue el de los nombre propios, con Rudy Fernández y Andrés Nocioni (autor de siete puntos consecutivos) poniendo por delante a los suyos y Sam Van Rossom y Guillem Vives reconduciendo el partido hacia un nuevo escenario donde Valencia Basket alargó su ventaja hasta una máxima de seis puntos.
Con 70-64 el Real Madrid tenía que recurrir a la heroica para voltear una situación que llegó a ser incluso peor estando 10 abajo. Pero entonces tiró de carácter a través de sus pívots y si primero entró en escena Slaughter, luego Reyes con ocho tiros libres seguidos neutralizó la ventaja de un rival que, además, se chocó de pleno con la trampa zonal de Pablo Laso.
En un final épico dos décimas de segundo alejó a Luke Harangody de ser el héroe de la noche y a Valencia Basket de verse a un triunfo de la final. Su canasta estaba fuera de tiempo y la prórroga le dio la espalda por apareció un último nombre... el de las gestas blancas y las canastas finales. Sergio Llull apareció y ganó el partido con su triple.
El Real Madrid toma el control a base de triples
Felipe Reyes quiso desterrar la ansiedad y desacierto triplista con su primer acierto apenas habían pasado 30 segundos y el gran capitán ponía el 5-0 en el marcador dando señales de que nada de lo visto el domingo iba a suceder... o eso era su intención.
El partido era un duelo triplista... de pívots y si Felipe encadenaba dos, Valencia Basket acabó sus tres primeros ataques con triples de Luke Harangody. El partido empezó loco y un dos más uno de Rafa Martínez hizo que estallara la fonteta mientras desde la banda Carles Duran pedía calma a los suyos para gestionar esas emociones iniciales.
Los aciertos ofensivos de uno y otro equipo justificaban el nivel de intensidad y aceleración por más que los técnicos hubieran preferido vivir con algo más de pausa unos minutos iniciales donde Felipe Reyes marcaba la diferencia en el marcador con su actividad en ambos tableros y efectividad anotadora (12 puntos, dos rebotes y dos tapones en el primer cuarto).
Luke Harangody seguía siendo la Némesis ofensiva en Valencia Basket, pero el hecho de no encontrar el aro en posiciones cercanas hacía que sus porcentajes fueran inferiores a los madridistas y fuera a remolque en el marcador. La tela de araña planteada por Pablo Laso evitó las penetraciones taronja y un 2+1 al contraataque de Gustavo Ayón acabó por provocar cambios en los locales. El control del rebote permitía correr a los blanco y eso preocupaba en Valencia Basket.
Había que cambiar el rumbo de un partido que desde el principio tenía el frenético ritmo que siempre gustó al Real Madrid. Lo hizo Bojan Dubljevic cuando, a tres minutos para el final de cuarto anotó la primera canasta interior de Valencia Basket... justo momento después de verse doblado en el marcador por el Real Madrid (12-20).
Tanto como el pívot montenegrino como Nemanja Nedovic insuflaron aire nuevo al ataque pero los triples de Rivers y Llull ahogaban con su efectividad (anotó cinco de los primeros ocho triples) cualquier intentó de aproximación taronja. La cosa iba de triples y si el Real Madrid seguía viviendo por encima de los 10 puntos de ventaja, Guillem Vives respondía con sus primeros tres puntos (18-26) antes de que se cerrara el primer cuarto.
El orgullo taronja sacude el encuentro
El duelo se reanudó donde quedó aparcado y, viviendo desde el triple, el Valencia Basket se aproximó al menos cinco antes de que Nocioni fallara su intento de réplica e hiciera algo más mortales los porcentajes anotadores del Real Madrid. Por calcar inicios, en el segundo cuarto también hubo un jugador que anotó cinco puntos seguidos. Si en el inicio ese fue Reyes, en el segundo lo hizo otro cuatro, Pablo Aguilar (23-26).
Pero para Valencia Basket seguía existiendo el problema del rebote. Si cerró los primeros 10 minutos con seis rechaces menos (7-13), el Real Madrid protagonizó un ataque eterno con hasta cuatro ataques que, eso sí no encontró el acierto final. De la sinfonía anotadora del arranque se pasó al heavy metal del rebote y la faltas. Seis en poco más de dos minutos constató el aumento de la intensidad en ambos bandos y lo difícil que sería la labor arbitral en la noche valenciana.
En ese ambiente revolucionario y de protesta valencia Basket se manejó mejor e incluso pudo redondear su parcial colocándose por delante, pero un error de Lucic lo impidió y acto seguido Maciunis cortó al sequía blanca del momento. El agobio había pasado y un 2+1 de Slaughter volvía a marcar diferencias en el electrónico (25-31).
Quizá por verse tan cerca de cumplir su objetivo y no alcanzarlo, Valencia Basket perdió el rumbo y volvió a porfiar su suerte al acierto triplista. La racha había pasado y había que abordar el ataque con más paciencia y meter balones a Dubljevic. Eso lo vio Van Rossom y el pívot hizo bueno su pase para reavivar las hostilidades deportivas.
Dubljevic ya demostró ser en el segundo partido una mina ofensiva en la pintura y otra canasta suya puso en disposición de los suyo el completar la remontada. Dubi no falló desde la personal y tras el mal arranque, Valencia Basket empató el partido a 31.
Habría que esperar un poco más para que, por fin la misión se cumpliría y qué manera de cumplirse. Espectacular el mate de Van Rossom aprovechando el despiste de Mejri. El póster de algún aficionado taronja ya tenía la mejor foto... la misma que ponía arriba a Valencia Basket y obligó a Pablo laso a pedir un tiempo muerto y gestionar la nueva situación (34-33).
Algo pasaba por las cabezas blancas pues llegaron a fallar doblemente un contraataque. Llull por exceso de velocidad y Mejri por defecto de salto, pero el Real Madrid tenía que esperar a la entrada de Jayce Carroll para anotar y enfriar el calentón del instante.
Laso, además, planteó una zona 3-2 con la que cortar el ritmo ofensivo de un rival que nuevamente se vio abocado al triple para intentar anotar. No entraron, pero, por mor de sus aciertos, desde la personal logró llegar al descanso con una mínima ventaja (40-39).
Bases para la esperanza
Valencia Basket no quería que los minutos de descanso enfriaran al animosidad del encuentro y la ventaja en el marcador. Así dos triples de Harangody y Van Rossom prometían algo que no llegó porque fueron respondidos cada uno de ellos por un triple de Rudy y 2+1 de Ayón.
El duelo estaba bellísimo, con el acierto que todos menos los entrenadores desearían... y con la intensidad que todo técnico pide a sus pupilos. Como era lógico ambos deseos son incompatibles y cuando la defensa emergió el momento de inspiración ofensiva se contuvo.
En ese momento Ayón emergió para sumar una canasta que de nuevo ponía por delante a los suyos por primera vez en la segunda parte. La acción del mexicano fue un ejemplo de lo que estaba costando cada anotación y tras esos dos brillantes minutos iniciales de cuarto, el choque volvió a un cauce de apretadas acciones donde cada punto se luchaba y cada vez que se iba a la línea de personal era un logro por lo complejo que resultaba subir puntos en el marcador.
Rudy tomó el control del partido en este período para Real Madrid y Lucic recuperó su habitual tono en ataque para enchufar un triple que ponía el 53 a 51 en el marcador mediado el cuarto antes que Rudy Fernández le diera la replica y exigiera para sí el protagonismo del momento.
Era el momento para que las estrellas brillaran y el carácter reluciera. Como no también apareció Nocioni que con dos canastas dio una ligera ventaja a Valencia Basket que, eso sí, su defensor, Harangody, neutralizó con un triple esquinero. Pero poco importaba porque el Txapu había entrado en acción y tuvo 10 segundos eléctricos taponando a Dubljevic y anotando su séptimo punto consecutivo. El Real Madrid sacaba la cabeza gracias a la calidad de Rudy y el carácter de Nocioni... justo lo que reclamaba el partido en este instante (61-62).
Pero el momento, como todos los del partido, no tuvo mucha continuidad y un parcial de 5-0 para los taronja obligó a Pablo Laso a controlar la reacción de un rival que hacía arreciar la animosidad de la grada. Habían pasado 10 minutos, acontecidos muchas cosas y, sin embargo, lo mejor para Valencia Basket llegó en los segundos finales de cuarto cuando la defensa de Nedovic propició una recuperación que Vives convirtió en un mate que puso seis arriba a los taronja (70-64).
La zona 3-2 alarga la vida al Real Madrid
Vives vivía su gran momento en la serie y lo que pudo ser una pérdida suya supuso un nuevo triple para poner un inimaginable 73 a 64. El joven jugador incluso colocó 10 arriba a los suyos con un tiro libre posterior llevando al Real Madrid a una situación extrema con ocho minutos por delante.
La orden del momento de Laso fue volver a instaurar la defensa zonal que dio buenos resultados en la primera parte. La estrategia funcionó a medias y si bien Rudy Fernández se aprovechó de una recuperación para colocar a siete a los suyos, en el siguiente ataque Sato alegró la cara para los locales con un nuevo triple.
Plantado el partido como lo estaba, ya no era cuestión de ver qué cosas nuevas podían hacer sino si Valencia Basket podría mantener la presión del rival y al tranquilidad para atacar una defensa zonal farragosa y que poco a poco aproximó al combativo Real Madrid. En ataque Slaughter era la solución y con cinco puntos seguidos logró al segunda aproximación para los suyos.
Triple tras triple, Valencia Basket vio como todo lo cosechado se iba perdiendo por el camino y Sergio Rodríguez asistía a Rudy Fernández para que el killer balear recordara en Valencia que delante estaba el campeón de Europa. El Real Madrid encadenó un parcial de 8-0 con el que poner de 79 a 77.
Punto a punto el Real Madrid había campeado el temporal hasta colocarse a un punto (81-80) de la segunda remontada del partido. Ahora era cuestión de hacer bueno ese esfuerzo y culminarlo poniéndose por delante.
No lo hizo de primera y eso casi le cuesta un disgusto porque Lucic estuvo cerca de anotar un triple y poner seis arriba a los taronja... lo tuvo Rudy una segunda vez pero falló y Harangody fue a la línea de tiros libres para colocar a Valencia Basket cinco arriba a dos minutos del final.
Tras el tiempo muerto de rigor, Valencia Basket apostó por responder con otra defensa zona y el plan casi le sale perfecto porque llevó al triple desde la esquina de Sergio Rodríguez, éste no entró pero Reyes dio una vida al Real Madrid con un rebote que acabó siendo dos puntos y la eliminación de Lishchuk.
En el ataque siguiente Harangody pudo sentenciar el partido pero no lo hizo y Reyes logró rascar otra falta con la que continuar acercándose en el marcador. Cuatro puntos del capitán demostró que su corazón late más fuerte que nunca en los finales ajustados y metió nuevamente el partido en un pañuelo. Harangody se resarció de su error con un aro pasado devolviendo tres puntos de ventaja que, otra vez desde la personal, dejó en uno el eterno Felipe Reyes.
La sangre fría que tuvo anotando los seis tiros libres hacía que el duelo fuera ya demasiado cardíaco incluso para un serbio. La habitual frialdad que viven estos jugadores en los momentos finales no la tuvo Lucic y con su error en el triple puso el encuentro en una nueva dinámica. A falta de 34 segundos el Real Madrid atacó para empatar o ponerse por delante.
En el siguiente ataque ambos protagonistas cruzaron destinos y la defensa anticipada de Lucic devolvió a Reyes a la línea de personal. Ese espacio que había sido su amigo en los minutos finales se convirtió en una mina empatando el partido a 88 restando 25 segundos para el final.
Se la jugó en una jugada de extremo drama.... agotó el tiempo de posesión con un bote meloso de Van Rossom que acabó convirtiéndose en fatídico porque obligó a Harangody a un lanzamiento de emergencia que acabó siendo una canasta tan épica como ilegal. Dos décimas impidieron el milagro taronja y dieron una última opción al Real Madrid que no entró. Había prórroga... lo que merecía un partido de tanta igualdad y emoción.
Red Llul le da alas al Real Madrid
El tiempo extra le sentó de maravilla a Llull quien en dos ataque metió más puntos que en todo el partido y puso dos arriba a los suyos. Por suerte para Valencia Basket, el fallo de Harangody no le afectó en lo anímico y contestó a Llull con dos mismas acciones. La prórroga descubría nuevas caras para el Real Madrid y así Sergio Rodríguez ponía también por delante a su equipo con una acción de 2+1 y una penetración posterior. Con nuevos estiletes ofensivos el equipo blanco era si cabe más peligroso (95-98).
El escenario había cambiado y ahora era el Valencia Basket el que afrontaba 85 segundos finales por debajo en el marcador. Ante al defensa zonal Van Rossom optó por entrar... y se encontró a Slaughter. El stopper madridista tenía la recompensa con su tapón al brillante trabajo previo.
Valencia Basket respiró cuando un rebote blanco se convirtió en la quinta falta de Reyes y Nedovic redujó la diferencia. Pudo ser incluso mejor porue estuvo a punto de recuperar el balón en defensa pero al final cayó la falta y Rudy alargó la ventaja a tres antes de que Vives siguiera dando motivos para épica valenciana con un nuevo triple.
Nuevamente todo se decidiría en el último balón, aunque ahora sí sería definitivo y para el Real Madrid. Llull amasó el balón hasta que quiso y se erigió en el último gran héroe de un partido para la historia. Su triple no vale una copa, pero tiene un valor y una belleza de igual valor. Valencia despedía a sus jugadores y al partido como se merecían con una sonora ovación... la ovación que mereció el baloncesto esta noche.