Crónica

Casademont Girona pone freno a la progresión del Real Madrid

El Casademont Girona frenó en seco la progresión del Real Madrid tras una victoria basada en un juego serio e inteligente que puso siempre en dificultades a los blancos. Con este triunfo el cuadro gerundense se asegura la permanencia en la Liga ACB y complica nuevamente al Real Madrid la clasificación para playoffs

El Real Madrid vio frenada su progresión por un serio Casademont Girona (EFE)
© El Real Madrid vio frenada su progresión por un serio Casademont Girona (EFE)
  

Madrid, 26 abr. 2003 (EFE).- La visita del Casademont Girona al pabellón Raimundo Saporta desempolvó los viejos fantasmas, los que han amenazado la trayectoria del Real Madrid durante la presente campaña y que ponen en entredicho el devenir de este equipo, inclinado ante las seriedad del conjunto catalán, que sella su permanencia en la Liga ACB después de sumar una victoria hasta hace poco impensable.

El equipo de Javier Imbroda, que se plantó en la trigésima sesión de la primera fase ACB con tres victorias consecutivas y síntomas de recuperación, rememoró defectos de antaño y encajó su decimocuarta derrota de la temporada, que deja sin asegurar su presencia en las series por el título.

El conjunto madridista padeció durante muchos minutos, víctima de la falta de continuidad de su juego, propenso a ramalazos de claridad alternados con otros de espesura. El bloque visitante, sometido por las penurias clasificatorias por las que atraviesa tuteó por momentos al bloque blanco. Incluso se vio capaz de arañar una importante victoria que prácticamente hubiera supuesto cerrar la permanencia.

Por eso, el Real Madrid necesitó asumir el propio azote de sus errores para encontrar cierta concentración y estabilidad en el juego. El intercambio de cestas se apoderó del inicio hasta que el equipo de Juan Llaneza, sostenido por el acierto del alero estadounidense Andy Panko y el trabajo de Enrique Moraga se adueñó del marcador (10-14, m.5).

El conjunto local había desperdiciado cuatro ataques seguidos. El cambio de dirección en los madridistas -Roberto Núñez sustituyó a Lucas Victoriano- cambió radicalmente el aire blanco. El bloque madrileño, hasta entonces amparado en la labor y los puntos del pívot Derrick Alston, se empleó en defensa y empezó a sacar brillo a sus ataques para dominar el cierre del primer tramo (19-17).

La intensidad atrás, especialmente, prolongó el buen hacer del Real Madrid, que disfrutó buenos momentos de baloncesto. El pívot serbo griego Dragan Tarlac dio continuidad al trabajo de Alston y la rapidez en las transiciones recompensaron a los madridistas. Un triple de Núñez ensanchó las distancias (32-22, m.15).

Pero bastaron unas pocas pérdidas para destapar la endeblez del cuadro de Imbroda. Y el Casademont no pasó por alto la ocasión. La entrada de Xavi Vallmajó estimuló a los visitantes, revitalizados con la aportación de Moraga, hasta entonces en el banco por faltas, y el tino catalán devolvió el equilibrio antes del intermedio.

Un parcial de 0-6 a la vuelta de vestuarios encendió la alarma para los blancos (39-42, m.22). Darren Phillip -diez puntos en el tercer cuarto- asumió el liderazgo en el Casademont a pesar de que Alberto Herreros volvió a echarse el equipo a la espalda en vista de que el panorama no estaba nada claro. Un triple de Alex Mumbrú y otro después de Núñez, dieron aire al Real Madrid, que recobró la ventaja (58-56, m.30).

El estímulo anímico de estas dos cestas tampoco sacaron a los madridistas del atasco. Andy Panko dejó para el final lo mejor de su baloncesto. Echó por tierra la defensa en zona implantada por Imbroda y obligó a los madridistas a depender de una precipitación que terminó por suponer su condena

Imbroda: "Ha sido un frenazo en nuestra progresión"

El técnico del Real Madrid, Javier Imbroda, lamentó el duro revés sufrido por el equipo en la progresión de juego y resultados mostrada en las últimas jornadas con la derrota hoy ante el Casademont Girona (76-78).

"Ha sido un partido que desde luego es un frenazo a nuestra progresión. Hemos jugado un mal partido, no hemos tenido ritmo y en nuestro juego interior no hemos sido duros para cerrar el rebote y dominar nuestro rebote. Ha sido un cara y cruz, y ha salido cruz", indicó.

El melillense volvió a incidir una vez más en lo inexplicable de que su equipo muestre caras tan distintas a lo largo de un encuentro. "Me cuesta ver jugar así al equipo y a veces no me reconozco en este juego", afirmó.

Por su parte, el base madridista Roberto Núñez subrayó como clave el hecho de que el Madrid no fuera capaz de romper el choque en el segundo cuarto cuando llegó a gozar de hasta 10 puntos de ventaja.

"En la primera parte hemos estado serios y no hemos sabido romper el partido y hemos dejado que cogieran confianza. Debíamos haber endurecido un poco más el juego y al final ha sido un cara o cruz y ha sido cruz", manifestó.

Llaneza: "Hemos demostrado el carácter que el equipo tiene"

Por su parte, el entrenador del Casademont Girona, Juan Llaneza, se mostró especialmente satisfecho por la gran importancia, más allá de ganar en la cancha de un grande, que tiene el triunfo de hoy ya que prácticamente garantiza la continuidad del equipo un año más en la ACB.

"Era un partido muy importante porque necesitábamos una victoria más para estar prácticamente salvados. Llevamos unas cuantas semanas trabajando y compitiendo muy bien y el equipo hoy ha demostrado el carácter y la competitividad que tiene. El equipo ha demostrado una gran entereza y hemos sido justos merecedores de la victoria", señaló.

Llaneza destacó la gran intensidad y concentración con que todos sus jugadores afrontaron el choque. "Le hemos jugado un grande como el Madrid de tú a tú y hemos demostrado que cuando un equipo está jugando bien y compitiendo es más fácil jugarle cara a cara", indicó.

Sobre la ausencia de Moraga en los últimos minutos, Llaneza afirmó: "Tenemos un jugador con mucha experiencia que es nuestro franquicia como Struelens pero Moraga ha tenido un golpe y teníamos que pensar que podíamos ganar o perder pero tenemos otro partido importante el martes por la rivalidad con la Penya".

Arbitros: García, Pérez Pérez y Terreros. Sin eliminados.

Incidencias: encuentro correspondiente a la trigésima jornada de la Liga ACB disputado en el pabellón Raimundo Saporta ante unos 3.500 espectadores.