Crónica

El Real Madrid se corona con estilo (99-78)

Tres meses y un día después de perder la liga, el Real Madrid volvió a sonreír con el título de la Supercopa Endesa. Los de Laso exhibieron juego y estilo, velocidad, talento y acierto para protagonizar una enorme final y batir al Barça por 99-78. Sergio Llull y Rudy Fernández fueron los líderes del tercer título consecutivo del Real Madrid en la Supercopa Endesa

ACB Photo
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Estadísticas del partido

Vitoria-Gasteiz, 27 Sep. 2014.- Tres meses y un día. El Real Madrid había vivido un verano durísimo, una especie de penitencia tras ceder en Barcelona una liga que había dominado hasta la ‘photo finish’. Tres meses y un día después, el equipo de Pablo Laso ha demostrado que sigue siendo un equipazo y que las derrotas en la Euroliga o la final liguera y los constantes rumores veraniegos no han debilitado una plantilla plena de talento.

El Real Madrid sacó todas sus armas y fijó a fuego su sello de identidad desde el inicio del partido. Velocidad, valentía, descaro y muchísimo acierto en el exterior. Fue una constante reivindicación de recursos, estilo y hambre de triunfo. Es solo el primer torneo de pretemporada y por delante quedan nueve meses de competición, pero quería marcar terreno de comienzo.

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Y lo hizo. Sergio Llull heredó el tino de los triplistas del concurso y empezó a enchufar de lejos. Y de cerca. Y hasta en rectificado. Daba igual, como fuese. Suyos fueron 10 puntos seguidos, 15 instantes después. El marcador indicaba ya 19-8 y el Real Madrid flotaba sobre el parqué, con Rudy Fernández como mejor aliado del menorquín.

Hasta 29 en un primer cuarto antológico para los blancos, 29-14. Incluso mejor que el año pasado, que ya era de nota (29-21). Por si fuera poco, el letal juego exterior de los de Laso estaba anulando de forma increíble a los bases y aleros blaugrana. Ante Tomic era el foco de toda resistencia con 10 de los 14 puntos culés, incluidos los ocho primeros.



La exhibición del viernes del Barça y su sólida pretemporada, unida a las notables incorporaciones veraniegas y su rápida adaptación le habían convertido en favorito a ojos de muchos. Y como tal, no tardó en volver al encuentro, de la mano precisamente del único que jamás se había enfrentado al Real Madrid: DeShaun Thomas. Como escapándose por una rendija del scouting, el alero americano fue un soplo de aire fresco para los de Pascual. Dos triples, los primeros blaugrana, y un total de siete puntos para cambiar el choque hasta acercarse a 40-36.

Y ahí, cuando la fuga blanca estaba anulada, apareció en ataque un Ayón que ya había aportado atrás. Por fin pudo anotar su primera canasta como madridista y a ésta le siguió un robo y otros dos puntos. Y luego, un triple de Campazzo. En un momento, 47-36. Poco después, 49-39 al intermedio con el clásico canastón de Llull que solo mete Llull, pero que lo hace casi siempre.



Tras el descanso, el Real Madrid volvió a salir a pista mordiendo, con Llull anotando con apenas segundos de juego. Ayón estaba enorme por dentro, y ahora eran Rudy y Nocioni quienes castigaban por fuera. Con seis minutos jugados, los blancos se colocaban 63-49 y volvían a lanzar un jaque.

Y mate.

El Real Madrid voló en Vitoria-Gasteiz (ACB Photo)
© El Real Madrid voló en Vitoria-Gasteiz (ACB Photo)

El Barça ya no fue capaz de volver al partido. Las pérdidas tontas y el constante castigo de un Real Madrid a ritmo de bólido hacían que el partido fuera más blanco que otra cosa. Si es que en los blaugrana no le entraban los tiros ni a Navarro. Así, con Tomic como único referente, solo pudo acercarse a 10 (73-63; 77-67).

Y no fueron más porque, entre otras cosas, apareció un tal Sergio Rodríguez. Y cuando hubo atasco y el Barça tuvo tiros para bajar de la decena de diferencia, surgieron Rivers y Bourousis para anotar dos triples consecutivos (85-69).

Con el partido ya decantado, el Real Madrid siguió acertando ante un Barça grogui y la diferencia se fue hasta los 21 puntos (98-77) a 1:40 del final. No llegaron los 100, pero los blancos lo celebraron a lo grande, con Laso chocando cinco con todo el equipo.