Diamantidis hace historia y lidera el triunfo de Panathinaikos (65-59)

Redacción, 21 Abr. 2014.- Después de 40 minutos donde la emoción compitió con el desacierto, el Panathinaikos tiró de orgullo para vencer al CSKA Moscú por 66 a 59 y alargar la serie al cuarto partido.

Por su parte, el CSKA Moscú desperdició la oportunidad de sentenciar la eliminatoria en un encuentro que tardó 36 minuto en ponerse por delante en el marcador y que cuando lo hizo se bloqueo para encajar un parcial 0-7 en los últimos minutos de encuentro y con ello perder el partido.


Nada que ver el inicio de partido en Atenas con lo visto previamente en la eliminatoria y si en Rusia el desacierto triplista heló a Panathinaikos, en su vuelta a casa conectó tres de sus cuatro primeros intentos para volar en el inicio de partido.

El 16-5 con el que el partido arrancó bloqueó a un CSKA Moscú que vio como ni sus hombres altos hacían el daño de los primeros partidos, ni si quiera su estrella Sonny Weems tenía una buena puesta de escena y sólo anotó ¼ en tiros de campo en el primer cuarto. No obstante no era una cosa concreta de uno u otro jugador, sino que la superioridad de Panathinaikos se debía a una defensa global que dejó en 4/11 en lanzamientos a un CSKA de Moscú donde ninguno de sus jugadores llegó a sumar más de una canasta en juego en el primer cuarto.

Por el contrario, Dimitris Diamantidis despertó desde el primer momento y, con cinco puntos, dos rebotes y dos asistencias en el inicio de duelo, era la punta de un iceberg que estaba colisionando de lleno con su adversario ruso (23-11).

Para CSKA Moscú tocaba remar a contracorriente y hacerlo con remeros no titulares. Esos que no acaparan titulares pero que al millonario equipo ruso le dan la vida en muchas ocasiones. A partir de una defensa mucho más agresiva y la calidad anotadora de Vitaly Fridzon y Andrei Vorontsevich permitió a los visitantes anotar un parcial 1-7 para ponerse a sólo cuatro puntos de Panathinaikos.

Casi cinco minutos sin anotar castigaron a un Panathinaikos que sobrevivía en el partido gracias al trabajo previo, aunque justo antes del descanso volvió a atascarse como ya lo hiciera en Moscú, mientras su oponente comenzaba a multiplicar acciones positivas y aparecían nuevos hombres como Hynes y Micov para poner el 35 a 33 en el marcador.

Para los griegos el bote salvavidas al que agarrarse fue el rebote ofensivo y alcanzó el entretiempo por delante en el marcador, y, además, con el efecto revitalizador del robo, contraataque y canastas de Zach Wright (41-35). Un cuarto fue suficiente para irse al descanso con ventaja pero ¿lo sería para ganar?