Bilbao/Valencia, 4 ene. 2014 (EFE).- El Bilbao Basket encara mañana frente al Valencia Basket en Miribilla (12.15 horas) un difícil reto, quizás el más duro de los cuatro que le restan hasta finalizar la primera vuelta, en su carrera hacia la Copa del Rey de Málaga.
Los 'hombres de negro' reciben al equipo valenciano, segundo clasificado por detrás del intratable Real Madrid, en un duelo que se ha convertido ya en un clásico en los últimos años, con partidos tanto en la Liga Endesa como en competición europea que han sido una garantía de emoción, intensidad y espectáculo.
En esa ocasión, con el equipo de Velimir Perasovic virtualmente clasificado para la cita copera, el choque cobra especial importancia para un Bilbao Basket que se ha cifrado como objetivo ganar al menos tres de los cuatro partidos que quedan antes del ecuador de la liga regular.
El primero de ellos, este ante el Valencia, se presenta a priori como el más complicado aunque los tres restantes serán frente a rivales directos, dos de ellos, Fiatc Joventut y Rio Natura Monbus como visitante, e Iberostar Tenerife en el Bilbao Arena.
Alex Mumbrú, Antanas Kavaliauskas y Roger Grimau han sufrido ligeras molestias físicas en los últimos días que, salvo recaída, no les van a impedir estar a disposición de Rafa Pueyo.
Con este primer partido de 2014 se pondrá punto final a una semana en la que han sido los asuntos extradeportivos los que han copado la actualidad del Bilbao Basket después de que el pasado lunes el accionista mayoritario, Gorka Arrinda, desvelara los graves problemas económicos que atraviesa el club.
Arrinda anunció en la Junta General que la entidad necesita un millón y medio de euros para hacer frente a los pagos, tanto de nóminas como de proveedores, y que se ha dado un plazo de dos meses para tomar una decisión al tener "una situación límite de tesorería".
Unos días después Pueyo aseguró que la "actitud y el trabajo" de la plantilla después de conocer esta noticia estaba siendo "impecable", aunque ayer Mumbrú, capitán del equipo, aseguró que aunque "todo el mundo quiere seguir aquí, a veces es complicado seguir en una situación así".
El Valencia Basket visitará mañana al Bilbao Basket, en la jornada 13 de la Liga Endesa, en busca de un triunfo que consolide sus opciones de ser uno de los cuatro cabezas de serie en el sorteo de la Copa del Rey.
Certificada matemáticamente su clasificación para el torneo con su triunfo en la pista del Cajasol, el siguiente objetivo del conjunto valenciano es acabar esta primera vuelta entre los cuatro primeros para ser cabeza de serie y evitar así a los rivales más complicados, especialmente al invicto Real Madrid.
El equipo que dirige Velimir Perasovic es segundo, con once triunfos, dos menos que el conjunto madrileño, dos más que el FC Barcelona, que es tercero, y tres más que el Unicaja, que es quinto y sería el primer equipo que no sería cabeza de serie en estos momentos.
A falta de cinco jornadas para que acabe la primera vuelta, el Valencia necesita tres victorias para asegurarse matemáticamente estar entre los cuatro primeros, aunque con dos podría valerle.
Enfrente tendrán un equipo que con seis victorias y en novena posición se juega en los próximos partidos su presencia en la cita de Málaga.
Además del reto copero, en el club no quieren desaprovechar el impulso de su gran arranque de temporada y quieren consolidar su situación de segundo clasificado en solitario con la menta puesta ya en el tramo final de la temporada.
Los hombres de Perasovic tienen además ante ellos la opción de calcar un mejor registro de la entidad. Una victoria en tierras vascas colocaría al equipo con un balance de 12-2, igualando los mejores arranques en Liga de la historia del Club, conseguidos en las temporadas 1999-00 y 2002-03.
El choque servirá también para evaluar el impacto de la baja de Serhiy Lishchuk, que sufrió una lesión muscular en la pista del Cajasol y estará cerca de un mes de baja. Su ausencia, unida a la del ala-pívot Pablo Aguilar deja con solo tres efectivos al juego interior.
Esta situación podría paliarse parcialmente si se recupera el alero checo Lubos Barton, que puede jugar también de ala-pívot, y cuya presencia en Bilbao, tras casi dos semanas de baja por un esguince de rodilla, no está descartada.
Tras dar el paso de inscribirlo oficialmente en la liga, su presencia en el partido dependerá de las sensaciones del jugador en las horas y entrenamientos previos.
En cambio, en el club descartan acelerar el regreso del alero Vladimir Lucic que lleva más de dos meses de ausencia por una complicación en un esguince de tobillo.