Por Jorge Muñoa. Madrid, 14 mar. 2004 (EFE).- Ninguna de las pistas que los chicos del Ramiro han utilizado en sus más de cincuenta años de historia ha vivido un ambiente igual. Jugar en esas condiciones, con la pesadumbre metida en el corazón, cuesta mucho. Tener que homenajear a víctimas inocentes, mirar la grada de la ´Demencia´ y verla vacía, cubierta de bolsas negras, y sufrir el palpito de tantos sentimientos a flor de piel dejó pocos ánimos de baloncesto en Vistalegre.
Pero había que jugar. Los que se han ido merecen el esfuerzo de los que luchan para que la vida continúe. Sin embargo, las fuerzas a veces flaquean y al Jabones Pardo Fuenlabrada no le flaquearon, le abandonaron. Los hombres de Oscar Quintana hicieron su peor partido desde que están en la ACB. Baste señalar un dato: minuto once y 30-4.
El Adecco Estudiantes jugó muy bien, es cierto, pero ni eso sirve para explicar la empanada fuenlabreña. El primer cuarto del equipo naranja merece un sitio en los archivos de la liga. Tardó más de seis minutos en anotar su primera canasta -un triple de Francesc Solana- y un tiro libre del estadounidense Richard Scott, bastante después, completó toda su producción ofensiva en el tramo.
Cero de seis de dos, uno de nueve en triples y uno de dos en tiros libres resumen esos diez inexplicables minutos del Jabones Pardo Fuenlabrada. Lógicamente, Oscar Quintana trató de encontrar la reacción. Forzó una técnica con el pretexto de quejarse por un tapón perfectamente legal de Carlos Jiménez sobre Solana, pero ni por esas.
Sergio Pérez esbozó el único atisbo de respuesta por parte visitante en el segundo cuarto. El alero puso acierto en el perímetro y, en combinación con una zona, apuntó la posibilidad de que el Jabones Pardo Fuenlabrada sacase el orgullo y el juego que tiene. Antes de que tal cosa sucediese, los tiradores colegiales terminaron de romper la de por si ya maltrecha moral de sus adversarios.
Los tiros que llevaban los puntos y la fuerza mental que los fuenlabreños necesitaban toparon, una y otra vez, con la cumplida devolución de los lanzadores del Ramiro. Frustrada la única opción de meterse en el encuentro que se le ofreció a los naranjas en toda la mañana, el derbi terminó de consumirse si bien, en realidad, tampoco se encendió nunca.
Veintiún puntos de diferencia en el intermedio (51-30), Oscar Quintana entre indignado y ajeno, el Adecco Estudiantes a lo suyo sin pensar en otra cosa y el mismo ambiente gélido abrieron el tercer cuarto. Este tramo acabó hasta con al pasión que el técnico fuenlabreño pone siempre porque lleva este juego dentro.
El mal rato que sus jugadores pasaban en la pista no era para menos. No les salía nada, los colegiales lo hacían muy bien y el marcador enseñaba números de bochorno (69-34, 80-47...). Como a los boxeadores aturdidos, el gong les ocupaba la mente.
Sin embargo, si hubiera que buscar una palabra para definir la naturaleza del Jabones Pardo Fuenlabrada la mejor seguramente sería orgullo. Hacía mucho que Oscar Quintana esperaba el final sentado, sin dar instrucciones, sin levantarse en los tiempos muertos, sin hablar a sus jugadores.
Pues bien, el Jabones Pardo Fuenlabrada, en colaboración con esa relajación que a veces invade al Adecco Estudiantes, lavó su imagen en el último cuarto. Tampoco es que hubiera partido, pero los chicos del Fernando Martín mostraron casta y amor propio. Seguro que vendrán días mejores para ellos y para todos.
93 - Adecco Estudiantes (26+25+29+13): Azofra (14), Jasen (15), Loncar (9), Jiménez (10), Patterson (12) -cinco inicial-, Reyes (10), Misó (14), Brewer (9) y Martín (-).
75 - Jabones Pardo Fuenlabrada (4+26+18+27): Rodríguez (6), Quintana (-), Solana (16), Scott (11), Jackson (13) -cinco inicial-, Guardia (7), Beechum (2), García (7), Larragán (-) y Pérez (13).
Arbitros: Sancha, Requena y Cardús. Señalaron técnica al entrenador del Jabones Pardo Fuenlabrada, Oscar Quintana, por protestar (m.9).
Incidencias: encuentro correspondiente a la vigésima séptima jornada de la Liga ACB disputado en el Palacio Vistalegre ante unos 9.000 espectadores.
Antes del inicio del encuentro se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas de los atentados del 11 de marzo en Madrid. También se depositó un ramo de flores en la localidad de Francisco Javier Mancebo, socio y ex jugador de las categorías inferiores del Estudiantes, que perdió la vida en uno de los trenes. Su hijo Jaime, de cuatro años, resultó herido. Los jugadores lucieron crespones negros. La peña estudiantil ´La Demencia´ dejó vacíos sus asientos, cubiertos con bolsas negras en señal de duelo.
Adecco Estu
JORNADA 27 - Liga Endesa
Jabones Pardo
Adecco Estu
Jabones Pardo
Adecco Estudiantes domina un derbi sombrío (93-75)
La conmoción que vive Madrid después del 11-M envolvió el derbi más sombrío que pueda recordarse en una nube de ecos sordos, en una atmósfera irreal, teñida de pesar, sin ruido en la grada y sin baloncesto en la cancha, donde nunca hubo partido porque el Adecco Estudiantes ganó poco menos que en el salto inicial