Vaya serie colosal del pívot del Real Madrid, que arrancó las semifinales con 38 de valoración (entrando en el Top10 histórico del cuadro blanco en Playoff) y lo terminó sin bajar, en ningún solo partido, de los dobles dígitos de valoración.
18-14 en el 1º, 11-10 en el 2º, 10 de valoración en el tercero (¡sin tirar una cola vez a canasta!) y otros 28 (9-10) en el último), para sellar el pase de los suyos a la final. En total, 14/17 en tiros de dos (¡82,3%!), 10,5 rebotes de media, 13 tapones en 4 encuentros y un arrollador +59 en el +/- de los dos últimos encuentros para Tavares. Pura efectividad.
Si el Barça fue capaz de sobrevivir al Factor Carpena, mucho tuvo que ver con el jugador checo. Satoransky empezó la serie algo errático (1/7 en tiros de dos), pero nunca dejó de dirigir, asistir, rebotear y sumar en cada aspecto básico del juego, creciéndose especialmente en Málaga.
Allí, con dos partidos de 12 puntos, tomó la bola cuando más quemaba y supo ser la chispa que prendió la mecha barcelonista hasta el Playoff Final. Una garantía para Jasikevicius.
El Unicaja no pudo alcanzar el Playoff Final, pero Kendrick puede irse con la cabeza bien alta. Lastrado por constantes golpes y problemas físicos durante la final, Perry volvió a vestirse de Cid Campeador para aparecer hasta cuando se le dio por muerto.
13, 12 y 15 puntos fue su anotación en los tres últimos partidos, con 12,3 valoración media. Los triples no le entraron, pero su corazón y su fe conectaron con la grada y con sus compañeros, que nunca dejaron de creer gracias a él.