Con 25 años recién cumplidos, Emilio Pérez Pizarro vivió uno de los muchos momentos importantes que han ido llegando a lo largo de su trayectoria. Fue el 14 de octubre del año 2000, en el Pazo Provincial dos Deportes de Lugo, donde se disputó el derbi gallego que enfrentó al entonces Breogán Universidade y al Ourense Baloncesto. Aquel partido, que acabó con triunfo visitante por la mínima (84-85), fue el primero del colegiado manchego en la máxima categoría del baloncesto español.
Ahora, 22 temporadas después, alcanza un nuevo hito. El pasado sábado, 19 de marzo de 2022, también en tierras gallegas aunque esta vez en casa del Monbus Obradoiro, el árbitro manchego cumplió 700 partidos en la Liga Endesa, una cifra a la que no muchos han conseguido llegar.
Cuando ya han pasado algunos días, hablamos con él para conocer sus impresiones tras conseguir alcanzar una cifra tan elevada de partidos en la competición nacional. “Sinceramente fue un partido más”, explica Pérez Pizarro. “De hecho no se comentó nada del tema hasta la cena de después. Ahí sí compartí un rato agradable con mis compañeros”.
La responsabilidad ante cada encuentro para el que ha sido designado sigue siendo la misma pese a la larga trayectoria que acumula a sus espaldas, pero… ¿Es posible que siga habiendo los mismos nervios que al principio en un árbitro tan experimentado?
“Totalmente”, asegura. “Y considero que es muy bueno. Es un síntoma de estar metido, concentrado, ser consciente en definitiva de la responsabilidad que conlleva dirigir un partido”.
Que hayan transcurrido casi 22 años desde aquel primer partido convierte a Emilio Pérez Pizarro en una voz autorizada a la hora de dar consejos a esos árbitros que inician su carrera o que están empezando en la máxima categoría de la competición española.
“Lo primero de todo que les diría es que sean coherentes con las metas que se plantean. Que escuchen, de todo el mundo se puede sacar algo provechoso y nunca se deja de aprender. Hay que conocerse, mejorar en las debilidades personales, creer en uno mismo y sobre todo trabajar siempre con la mayor ilusión. Focalizar nuestra energía en lo que uno mismo puede controlar y nunca perder la perspectiva de lo afortunados que somos”, señala el colegiado nacido en Ciudad Real.
Y si él habla de las metas de esos que están empezando, nos da pie para preguntarle por sus próximos objetivos. “Me hubiera encantado poder participar en unos Juegos Olímpicos , pero esto ya es del todo improbable. Aunque siendo sincero, nunca estuvo ni cerca”, reconoce. “Ahora disfruto de cada partido, no me planteo nada más”.
Para concluir, y cuando ya comienza la cuenta hacia los 800 partidos, Emilio Pérez Pizarro tiene muy claro que está en el sitio en el que quiere estar. “Puedo afirmar rotundamente que es un privilegio desarrollar mi actividad en una liga como la acb y esto es algo que me hace gozar del dia a día sin pensar en más allá”.