Esta semana el baloncesto ha lamentado la pérdida de Jesús Jiménez Dávila, más conocido como Chuchi Dávila. Jugador, entrenador y directivo, Dávila fue una figura clave del histórico CAU en la década de los 70, posteriormente fue directivo del CB Salamanca que militó en la acb las temporadas 94-95 y 95-96, y fue Director General en Valladolid a comienzos del Siglo XXI.
Ramón Fernandez, el que fuera ejecutivo del Elosua León, Baloncesto Fuenlabrada y Real Madrid, nos aproxima a su figura recordando que “fue el constructor del equipo de Salamanca durante sus años en acb hasta que se vendió a Granada y luego fue Director General en Valladolid cuando se vivió una etapa de transición tras Forum”. Gran apasionado del baloncesto fue descubridor de personalidades como Gustavo Aranzana o Chechu Mulero.
Para Fernández, Dávila era “un hombre que sabía mucho de baloncesto. Había estado en todos los estamentos del baloncesto: fue jugador, entrenador, directivo… Además, era un gran conversador y protector de la acb. En todas sus intervenciones era muy constructivo con la liga y mantenía siempre el ánimo de hacer grupo en la acb”.
Quienes le conocían destacan que supo destacar su liderazgo de la pista a los despachos, además de ser una persona muy humana y cercana. Como directivo, Fernández destaca que “era muy mesurado en sus intervenciones y muy estudioso. Era muy detallista de la competición y del equipo que tenía en cada momento. Por eso lo hizo muy bien en los dos equipos. En Salamanca creó un equipo de la nada y construir un equipo así es muy difícil porque tienes que fichar a un entrenador, ayudantes de entrenador, a los jugadores… Él lo hizo muy bien en Salamanca durante el tiempo que el equipo estuvo en acb antes de ser vendido. Después, en Valladolid le tocó vivir una época de transición con Dorna y supo dejarlo en acb hasta que se marchó con el cambio de dueño”. El ejecutivo señala que “su mesura y capacidad para ponderar le hacía tomar muy buenas decisiones”.
Su marcha deja un gran recuerdo en todos los que le conocieron y un profundo vació en el baloncesto porque figuras tan relevantes como la de Chuchi Dávila no son fáciles de cubrir.