Una de las personalidades más controvertidas en el baloncesto europeo de este siglo. El letón Kaspars Kambala solamente estuvo un año en el Real Madrid (temporada 2003-04), pero resulta difícil olvidarle, acusado a menudo de, dicho eufemísticamente, estar muy poco centrado. Se convirtió en algo así como un Dennis Rodman de este lado del Atlántico, aunque con un rendimiento menos decisivo.
El fichaje de Kambala por el Madrid empieza probablemente en un partido de Euroliga de la temporada anterior, cuando jugaba en el Efes Pilsen. Le clavó 41 puntos al Barcelona, lo que todavía es récord de la Euroliga moderna empatado con otros tres jugadores. Eso sí, su equipo perdió (91-92 tras dos prórrogas). No había quien parase a ese tipo en el poste bajo ni al rebote ofensivo. Hizo de la agresividad su marca, aunque luego, cuando ya era jugador blanco, se le acusó de que defensivamente dejaba mucho que desear.
Conoce su historia de la mano de Javier Ortiz, en Endesa Basket Lover