Con mayor sufrimiento del que refleja el marcador final (96-79), el Real Madrid encadenó este domingo su cuarta victoria liguera, que le mantiene como único invicto junto al Lenovo Tenerife, tras tumbar la resistencia de un Joventut que le plantó cara y le tuteó durante tres cuartos pero acabó sucumbiendo ante la mayor calidad y profundidad de banquillo de su rival.
Tras imponerse en los dos primeros cuartos a un equipo blanco al que le endosó 50 puntos en la primera parte y resistir por delante hasta el último minuto del tercero (64-65), el equipo catalán terminó sometido tras encajar un parcial en contra desde ese momento de 32-14 que evidenció la superioridad física y mental de los de Chus Mateo.
En busca de la que hubiera sido su tercera victoria en ocho días, el equipo catalán compareció sin complejos en el WiZink Center, con un gran trabajo colectivo y un baloncesto práctico que le permitió ganar la lucha por el rebote y controlar el marcador durante muchos minutos del primer cuarto, en el que un total de siete jugadores aportaron en ataque.
Enfrente, los blancos arrancaron más espesos. Sus respuestas iniciales llevaron la firma del bosnio Dzanan Musa, autor de siete de los nueve primeros puntos de los blancos, al que relevó en ataque su compañero Guerschon Yabusele, gran protagonista de los primeros diez minutos, con once puntos que evitaron males mayores. Entre ambos anotaron 18 de los 23 puntos del Real Madrid en el entretenido primer acto (23-25).
Pero los blancos no andaban finos. Chus Mateo buscaba soluciones en su banquillo en busca de una mayor fluidez, pero sus hombres seguían jugando al ralentí y carecían de un referente en ataque, mientras que su oponente, con las ideas más claras, cumplía a rajatabla su plan de partido y mantenía unas cómodas rentas que aumentaron la confianza en sus posibilidades.
Kyle Guy encadenó unos cuantos aciertos, bien secundado por el resto del equipo. Sin la amenaza de Walter Tavares, al que su entrenador dio descanso en el segundo cuarto, los badaloneses siguieron golpeando el aro blanco y manteniéndose firmes atrás, lo que le permitió cerrar la primera parte por delante tras haber endosado 50 puntos en veinte minutos a una de las mejores defensas del continente (45-50, min 20).
Volvió mejor el Real Madrid tras el paso por vestuarios. Un parcial de salida de 9-2 le devolvió muchos minutos después el mando de un partido, aunque se trató de algo efímero porque sus triples seguían sin entrar y Tavares no lograba imponerse a Ante Tomic, por lo que el duelo entró en una fase de dominio alterno.
El intercambio de golpes prolongó la incertidumbre hasta los últimos diez minutos, a los que se llegó con una ligera ventaja blanca tras un estirón final de los vigentes campeones ligueros, que coincidió con los peores minutos de su contrincante (69-65, min 30).
Ayudado por su mayor profundidad de banquillo, el Real Madrid siguió creciendo a base de fe y garra defensiva, mientras que el Joventut seguía desinflándose peligrosamente en el arranque del acto definitivo.
Por primera vez, Sergio Llull puso a los suyos diez arriba y Mario Hezonja, con un triple lateral, encendió las alarmas en los visitantes a seis minutos del final al elevar la brecha hasta los 13 puntos (80-67). El tiempo pasaba y Carles Duran no encontraba soluciones para rearmar a su equipo y volver a meterse en el partido.
Los triples terminaron de apuntillar al equipo catalán, que ya no ofreció respuestas ni fue capaz de frenar a un Real Madrid lanzado que sigue invicto en la Liga Endesa.
96 - Real Madrid (23+22+24+27): Rodríguez (8), Musa (18), Deck (11), Yabusele (17) y Tavares (6), -equipo inicial-, Causeur (2), Abalde (3), Cornelie (4), Hezonja (13), Poirier (8), Llull (4) y Ndiaye (2).
79 - Joventut Badalona (25+25+15+14): Vives (4), Guy (15), Parra (6), Ellenson () y Tomic (14) -equipo inicial-, Ribas (2), Ellenson (7), Feliz (9), Birgander (10), Ventura (-), Jones (7) y Kraag (5)
Árbitros: Daniel Hierrezuelo, Jorge Martínez y Cristóbal Sánchez. Sin eliminados.
Incidencias: Partido correspondiente a la cuarta jornada de la Liga Endesa disputado en el WiZink Center de Madrid ante 6.546 espectadores.