Un recuperado Casademont Zaragoza infligió a un Barça desconocido la segunda derrota en las dos últimas jornadas en un triunfo que supone un nuevo paso hacia la permanencia del conjunto aragonés en un Sábado de Gloria que lo fue de verdad para un equipo necesitado de ganar confianza (76-71).
Tras haber roto una racha de siete derrotas consecutivas en la pasada jornada en el triunfo sobre el Monbus Obradoiro, el conjunto 'rojillo' se impuso al líder de la ACB en un Sábado Santo que fue más de Gloria que nunca porque nunca bajó los brazos y a pesar de ir por detrás la mayor parte del encuentro creyó en sí mismo y sumó una victoria que puede ser clave para su futuro en la lucha desaforada que reina en la parte baja de la clasificación para escapar de la quema del descenso.
El equipo de Dragan Sakota aprovechó un nuevo mal partido de los azulgranas, que estuvieron muy irregulares, para avanzar hacia la continuidad en la máxima categoría en un encuentro de esos que no se tienen marcado en rojo en el calendario, a priori, pero que el Casademont Zaragoza tuvo la virtud de pelearlo para obtener el premio gordo.
El equipo catalán, en bastantes momentos, dio la sensación de estar con la cabeza más puesta en el primer choque de los cuartos de final de la Euroliga del próximo martes contra el Bayern de Munich que en el pabellón zaragozano y eso permitió al Casademont Zaragoza tener la oportunidad de la victoria que remató al final con un último parcial de 25-13.
Malas sensaciones para el equipo de la Ciudad Condal pensando en la cita con el conjunto teutón.
La fuerte presión defensiva del equipo de Sarunas Jasikevicius desde el saltó inicial ponía en muchos aprietos a un ataque estancado de los propietarios del terreno que no veía la forma de superar a su rival, que tenía que apurar hasta casi el segundo final de posesión y que, por ello, solo tuvo un 21 % de acierto en tiros de campo (3 de 14).
Con el equipo ahogado en ataque el Barça se puso 9 arriba (5-14) en el minuto 7 y parecía que se iba a romper el partido pero el equipo maño, con un parcial de 6-2 hasta el final, recuperó algo de terreno y evitó que la distancia en el electrónico creciera sin remedio.
El equipo catalán siguió mandando en el marcador pero, aún con desacierto y pérdidas, el Casademont Zaragoza sobrevivía con acciones individuales y acierto puntual gracias, en parte, a un Barça irregular.
Los azulgranas entraron en una fase de errores de la que el único que se salvó fue Alex Abrines que con 8 puntos en el segundo parcial permitió llegar a los suyos al descanso manteniendo la ventaja del primer cuarto, cinco puntos, que para el conjunto maño fue una buena noticia teniendo en cuenta que no estaba jugando un buen partido ni mucho menos.
El conjunto de la Ciudad Condal apretó el acelerador tras el tiempo de refresco, y de nuevo con un Alex Abrines soberbio que se marchó hasta los 19 puntos, hizo crecer la ventaja hasta un máximo de 11 puntos pero, otra vez el equipo local se negó a bajar los brazos y con buenas acciones defensivas alcanzó los últimos diez minutos con opciones de soñar (51-58).
Y más cuando se volvió a colocar a cuatro a poco de comenzar el último acto. El equipo zaragozano se creyó que podía ganar y a pesar de que Abrines se empeñaba en complicarle el partido (26 puntos y 25 de valoración al final) fue capaz de darle la vuelta liderado por Frankie Ferrari, Adam Waczynski y Christian Mekowulu con un parcial de 25-13 que deja clara la superioridad local en el cuarto clave del partido.
76 - Casademont Zaragoza (11+19+21+25): San Miguel (2), Bone (-), Yusta (7), Radoncic (2), Hlinason (11) -cinco inicial- Kilpatrick (5), Ferrari (16), Cook (-), Deon Thompson (-), Mekowulu (17) y Waczynski (16).
71 - Barça (16+19+23+13): Laprovittola (5), Calathes (-), Exum (4), Mirotic (12), Davies (4) -cinco inicial- Sanli (8), Smits (1), Hayes (4), Abrines (26), Kuric (5) y Jokubaitis (2).
Arbitros: Jordi Aliaga, Javier Torres y Joaquín García. Excluyeron por personales a Mekowulu (m.39).
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 29 de Liga disputado en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza ante 5.732 espectadores.