Carlos Peruga alcanzará este jueves una cifra al alcance de muy pocos: 700 partidos arbitrados en la Liga Endesa. Lo hará, además, en un contexto especial, durante el Playoff, escenario que resume como pocos la intensidad, la emoción y el nivel de exigencia del baloncesto de élite.
Pese a que han pasado más de dos décadas desde que debutó un 29 de septiembre de 2001 dirigiendo un duelo entre Cantabria Lobos y Gijón Baloncesto, el colegiado tiene muy fresco cada instante de una fecha que fue “inolvidable”, confiesa. Para él, “aquel día el sueño de un chaval que amaba el baloncesto desde que tiene uso de razón y que había descubierto el arbitraje tan solo cinco años atrás, se convertía en realidad y daba comienzo una apasionante etapa de su vida que le llevaría a lo que es hasta la fecha, la mitad de ella, quiero decir: 24 años de mis 48 de vida los he pasado siendo árbitro de la liga acb”.
Si complejo fue el reto de alcanzar la máxima competición casi en tiempo récord, más difícil resulta mantenerse en ese nivel excelencia durante 24 temporadas, lo cual habla de su profesionalidad y esfuerzo diario.
Ahora le llega un nuevo hito con los 700 partidos y lo hará inmerso en el ambiente especial que rodea al Playoff. Sobre cómo vivirá la efeméride, Carlos Peruga reconoce que “será un extra emocional que celebraremos al final del partido, pero lo celebraremos en la intimidad del equipo arbitral, porque los 700 partidos son un número que a nadie o a casi nadie por ser justos, le interesa demasiado”.
Peruga es consciente de que, en el baloncesto, el papel del colegiado debe pasar desapercibido y cree que los focos mediáticos deben apuntar a los jugadores, grandes protagonistas de este deporte. “Es de agradecer la visibilidad que nos da en nuestra liga, haciéndonos sentir parte de ella porque lo somos y no nos equivoquemos, considero que nuestro trabajo no solo es importante, si no que es fundamental y necesario para la competición, pero nosotros no somos estrellas ni debemos nunca aspirar a serlo. No solemos acaparar focos, no estamos en la pista para lucirnos, ni nadie paga una entrada o enciende la televisión para vernos… nuestro objetivo debe ser siempre pasar desapercibidos y con nuestras decisiones en pista, dejar que los jugadores nos deleiten a todos con un espectáculo deportivo de primer nivel mundial como es nuestra liga acb”, señala.
Estas estrellas adquieren un brillo especial en Playoff, la época de la temporada más especial. De ello es consciente Carlos Peruga, aunque no duda en señalar que “todos los partidos cuentan y son importantes… No podría decir que un partido de liga regular jugándose un equipo o varios el descenso tenga menos trascendencia, pero no por ello cabe duda de que el Playoff, hoy por hoy, es la esencia de nuestra liga e incluso de nuestro deporte, diría yo…”.
Preguntado por si cambia la preparación previa en estos partidos por el título de liga, Peruga asegura que “nunca me ha hecho falta un extra de motivación para preparar o arbitrar ningún partido, porque me apasiona lo que hago, sinceramente. La preparación será una continuación de lo que hemos venido haciendo durante toda la temporada”.
En sus palabras se percibe que el arbitraje no es un simple trabajo. Ha conseguido el difícil reto vital de convertir lo que más te gusta en el objeto de tu desarrollo profesional, y eso se nota en el cariño y la gratitud que desprende su mensaje ante el aniversario que vive.
Quizá por ello mismo, tiene muy claro que la clave para alcanzar tantos partidos al más alto nivel está en “la ilusión… te podría hablar de profesionalidad, responsabilidad, pero al final creo que lo realmente mueve el mundo, siempre es la pasión por hacer lo que nos gusta y de pasión por arbitrar, hoy por hoy, voy sobrado”.
Mantenerse en la élite durante tantos años no es fruto del azar y la recompensa al buen trabajo le ha llegado en forma de vivir grandes citas, como estar presente en Juegos Olímpicos o haber dirigido la última final de la Euroliga. Éxitos que no le hacen perder la humildad y el sentido de gratitud, y, por ello, entre sus palabras hay un recuerdo hacia todas las personas que le han ayudado a lo largo de su trayectoria profesional. “ Sería injusto, no mencionar a toda esa gente que me dio y me sigue dando la confianza para estar aquí, a todos los que han colaborado, de un modo u otro, en mi formación y me permitieron ser lo que hoy soy como árbitro y más importante aún, como persona…Y por supuesto a mi familia y amigos que son los que me dan el constante soporte vital necesario para poder dedicarme cada jornada a mi profesión que es además pasión incombustible ... Mi agradecimiento eterno y sincero a todos ellos, qué bien saben quienes son…”, nos cuenta.
Y aunque la magnitud de la cifra alcanzada puede dar vértigo, Carlos Peruga irradia ilusión a la hora de hablar del futuro. “Me ilusiono con cada designación que recibo, con cada viaje cuando lo planifico, con cada partido cuando lo preparo con los compañeros de tripleta y cuando saltamos a la pista… la ilusión es una constante en mi vida y siempre ha sido motor en mi carrera y la motivación para mantener mi trayectoria arbitral” reconoce.
Con el optimismo vital que lo caracteriza, Carlos Peruga sigue demostrando que el arbitraje es también una forma de pasión y compromiso. La ilusión es el motor que le ha movido durante dos décadas y, a partir del viernes, será la que le siga impulsando hacia nuevas vivencias en el mundo del arbitraje.