El Real Madrid mantiene el liderato de la Liga Endesa una semana más tras vencer al Dreamland Gran Canaria en feudo claretiano tras un nuevo encuentro de guarismos bajos (54-69), en el que dejó a los insulares estancados en la octava plaza de la Liga Endesa.
El croata Mario Hezonja fue el más entonado de los blancos con 14 puntos, 8 rebotes y 18 de valoración, desactivando la actuación del argentino Nico Brussino, en las filas isleñas, que firmó 14 puntos y 3 rebotes, en un choque discreto estadísticamente para los locales.
El guion del encuentro dibujó de inicio renglones similares al de las semifinales de Copa: ultradefensivo, estéril desde el perímetro y de guarismos bajos. De hecho, el equipo local, que hoy curiosamente vestía de negro, tardó cuatro minutos en anotar su primera canasta, pero el tanteo apenas se movía en un ajustado 5-6 en el ecuador del cuarto inicial.
Pero de la misma forma que ocurrió en el choque copero de hace un par de semanas, la presencia del caboverdiano Eddy Tavares marcó la pauta del choque, obligando al Dreamland a buscar tiros desde el exterior que, para más mala suerte, no aparecían.
Pelos y Brussino sostenían a la nave claretiana mientras el conjunto blanco dominaba la contienda con pinceladas de Campazzo y del propio Tavares, pero no era suficiente como para tomar una distancia sustancial, cerrándose el primer parcial con 9-12.
De hecho, solo se había metido un triple entre los dos equipos, siendo el autor Nico Brussino en los primeros compases, algo que parecía pesar incluso en el segundo cuarto, ya que el Gran Canaria logró remontar a base de puntos en la pintura, con Conditt y Tobey como referentes (15-14 a 5:58 para el descanso).
Tuvo que ser Hezonja el que rompiera el cerrojo desde el perímetro, enganchando además cinco puntos consecutivos para dar aire a los pupilos de Chus Mateo, junto con los tiros libres de Fernando y Garuba (16-23).
El Granca siguió negado de cara a aro y el Madrid mejoró lo suficiente como para edulcorar sus porcentajes y enfilar el túnel de vestuarios con una balsámica ventaja de 13 puntos (18-31).
No obstante, en el arranque de la segunda parte cambió el panorama de manera radical, enganchando el Gran Canaria un parcial de 13-3, con tres triples incluidos, en apenas cuatro minutos (32-34).
Ahora era el Real Madrid el que sufría el cortocircuito en ataque. Incluso con el tiempo muerto de Chus Mateo, los locales lograron equilibrar la balanza (36-36) para resetear un encuentro que se les había puesto imposible. Sin embargo, dos tiros libres de Campazzo y un contraataque ejecutado por Hezonja volvió a dar alas a los blancos, que se sacaron de la manga un 0-10 de parcial (38-48).
Ya en el último parcial, el Real Madrid logró poner tierra de por medio, fruto de la movilidad en la pintura del angoleño Bruno Fernando y del propio Hugo González que, con un mate, volvió a poner la máxima diferencia sobre el fortín insular (42-55 a 7:29 para el desenlace).
El Dreamland Gran Canaria intentó remendar la situación a través de los jugadores que estaban dando mejor rendimiento en la tarde, en este caso Brussino, Tobey y Thomasson, pero el órdago no dio resultado. Tras un pequeño repunte de Shurna y Brussino, el Real Madrid pasó el rodillo y fue poco a poco elevando la diferencia, hasta finiquitar el duelo con un elocuente 54-69.
54. Dreamland Gran Canaria (9+9+22+14): Albicy (3), Brussino (14), Kljajic (-), Pelos (2) y Tobey (6) -quinteto titular-; Samar (-), Conditt (6), Thomasson (9), Salvó (7) y Shurna (7).
69. Real Madrid (12+19+17+21): Campazzo (9), Abalde (4), Musa (2), Tavares (5) y Ndiaye (-) -quinteto titular-; Garuba (2), Llull (12), González (8), Hezonja (14)
Árbitros: Juan Carlos García González, Carlos Cortés y Alberto Baena. Sin eliminados.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la vigésimo primera jornada de la Liga Endesa, disputado en el Gran Canaria Arena ante 8.058 espectadores. En lo prolegómenos del choque, el club amarillo rindió un homenaje especial al pívot caboverdiano Eddy Tavares, que se formó en la cadena claretiana, haciéndole entrega de una camiseta conmemorativa con el número de encuentros (110) afrontados por el pívot blanco en su pasada etapa como amarillo.