El Real Madrid se proclamó campeón de la Minicopa Endesa después de superar al Barça (84-74) en una final vibrante que hizo gozar a un Olímpic que lució un ambiente extraordinario y récord de asistencia. El Olímpic de Badalona se vistió con sus mejores galas para disfrutar de una final vibrante, con dos equipos entregados y que hizo disfrutar a las 8.630 personas que lo presenciaron y que suponen un récord de asistencia en la Minicopa Endesa.
Los primeros compases del encuentro fueron de tanteo, con los dos equipos cuidando mucho el balón y tratando de maximizar sus fortalezas como equipo. Bajo ese biorritmo, el Barça fue el equipo que primero encadenó dos buenas acciones consecutivas y con ellas se tomó una ligera ventaja (11-20).
El Real Madrid acostumbró a entrar mal en lo encuentros a lo largo del torneo y, si bien siempre encontró la respuesta oportuna, en una final el margen de error es menor. Todavía había mucho tiempo por delante, pero un triple de Hugo Tamayo colocó un claro 15-31 en el marcador estrechando más ese margen.
La reacción madridista llegó de la mano de Mahamadou Landoure quien impuso su poderío físico bajo las dos zonas (56 puntos 33 rebotes y 82 créditos de valoración) y le dio un respiro a su equipo permitiendo que este fuera carburando y recortando distancias hasta situarse a tres puntos (34-37). Aunque tardó en hacerlo, el Real Madrid se metía de lleno en el encuentro, si bien el Barça, gracias a sus triples (6/9 en los dos primeros cuartos), sobrevivía por delante en el marcador llegada la media parte (36-45).
La duda en el inicio del tercer cuarto residió en saber si el Barça contendría el ímpetu madridista o si el Real Madrid concluiría su remontada como ya sucedió en semifinales. La cuestión no tardó en resolverse y un mate de Landoure puso por delante al Real Madrid mediado el tercer cuarto (49-48).
La lucha era dispar, mientras el Real Madrid fue trabajándose su reacción, poco a poco, confiando en la superioridad física bajo tablero, el Barça se sostuvo con un tiro exterior que le fue esquivo tras la reanudación.
El nuevo escenario obligó al técnico blaugrana a pedir un tiempo muerto buscando reactivar los mecanismos que le habían hecho brillar durante muchos minutos del encuentro. De primeras buscó un antídoto al dominio de Landoure y luego buscó más chispa en su ofensiva acelerando su juego con Oriol Filba (21 puntos). La fórmula fue efectiva y llegó a recuperar el mando del electrónico, aunque se cerró el marcador y el Real Madrid acabó por delante (60-58).
Los últimos 10 minutos fueron un apasionante choque entre dos grandes equipos, una bella demostración de carácter, madurez y la ilusión (y nervios) de ganar un gran título. Todo parecía avocado a un final de infarto, pero el Real Madrid lo impidió con un parcial de 9-0 que rompió la igualdad a dos minutos del final.
Tras un partido de gran esfuerzo y no menos sufrimiento el conjunto madridista reeditaba título en la Minicopa Endesa (84-74).
El Joventut Badalona derrotó al Valencia Basket en un duelo donde estuvo por delante la mayor parte del tiempo pero que sólo pudo cerrarlo en los minutos finales y donde la actuación de Nil Poza (25 puntos, 6 rebotes y 7 asistencias) volvió a ser clave.
El duelo arrancó con el firme propósito por ambos equipos de ser fieles a su propuesta ofensiva y alto ritmo de juego. Los ataques se sucedieron a velocidad de vértigo y de ello se benefició la Penya quien, después de uno primero minutos de carburación, comenzó a sacar réditos de su presión, y el acierto de Humberto Ruiz (11 puntos en el primer cuarto).
El desacierto en el tiro de Valencia Basket suponía un doble problema: por un lado, le impedía recortar distancias, pero, por otro lado, facilitaba la salida al contraataque de un Joventut Badalona que se escapó 37-18 en el minuto 15. La escapada verdinegra obligó al técnico valenciano a parar el partido buscando una reacción que no acabó de llegar y el descanso se alcanzó con un favorable 49-32 para el Joventut Badalona.
La reacción llegó en el inicio del tercer cuarto cuando dos triples culminaron un parcial 10-0 que obligó al Joventut Badalona a parar el partido y reordenar ideas. Ahora sí, los dos equipos estaban metidos en el duelo y el tercer cuarto prosiguió con un intercambio de canastas que, en todo caso, favoreció a la Penya porque mantuvo una renta de 8 puntos antes de llegar al tramo final de partido.
A él entró el conjunto verdinegro subiendo filas y buscando que la presión repitiera los errores que cometió su rival en el primer cuarto. Sin embargo, las fuerzas en las piernas no eran las mismas y eso lo supo aprovechar Valencia Basket que se colocó a tres puntos a falta de seis minutos para el final (64-61). La remontada estaba tocando a la puerta, pero entonces un parcial de 7-0 de los verdinegro la sesgó de un golpe y aseguró la victoria final (83-73).