Fue el Barcelona el que por medio de Núñez y Parera no aceptó los acuerdos de la reunión de clubs (todavía no era una asamblea como tal) del 24 de julio de 1981 que puso las bases asociativas, y fue de nuevo Núñez quien dio la cara el 5 de octubre de 1982 en lo que ya era asamblea de la ACEB y a la que el presidente barcelonista asistió como invitado. Fue una asamblea crucial que pudo cambiar el rumbo del baloncesto español. Se trató del patrocinio de la Liga (punto 2) y de su organización y funcionamiento (punto 3), lo que provocó el primer enfrentamiento. Juan Fernández preguntó si el Barcelona tenía obligación de incorporarse a la ACEB tras el acuerdo logrado con la Federación Española y le respondió Jordi Bertomeu, entonces asesor jurídico, diciendo que la delegación de funciones aún no se había producido, por lo que el Barcelona no tenía ninguna obligación de inscribirse mientras no fuera efectiva.
Intervino entonces Núñez por primera vez: “El Barcelona tiene la voluntad de entrar en la ACEB siempre que ello no suponga una pérdida de poder decisorio de mi club. No puedo aceptar que la ACEB tenga más facultades que la Junta del Barcelona e incluso que nuestra propia asamblea”. Novoa, Fernández y Rubio defendieron a continuación la filosofía de la Asociación y fue el dirigente zaragozano el más rotundo: “Lo mejor sería organizar dos ligas; una para que la jugaran Madrid y Barcelona, y otra para el resto”, señaló con ironía. Núñez dijo que “no veo inconveniente en que se negocien los acuerdos económicos para los otros trece clubs y el Barcelona se someterá a los acuerdos deportivos”, Fernández le replicó con que “para ganar la Liga el Barcelona deberá enfrentarse a los otros clubs” y Núñez, tras volver a defender su postura, abandonó la reunión.
Se votaron entonces diversas alternativas. Manresa, OAR Ferrol, Obradoiro, Baskonia y Granollers eran partidarios de no jugar contra el Barcelona; Estudiantes e Inmobanco consideraban oportuno jugar, algo que también apoyaban Zaragoza y Real Madrid, pero pidiendo la adopción de una medida de presión en forma de nota de prensa. El Caja de Ronda no se manifestó y el Joventut se mostró partidario de buscar una nueva opción.
A nadie se le escapaba que detrás de toda la polémica estaba la guerra del fútbol por los derechos de televisión, que por ello el Barça prohibía la entrada de las cámaras a todas sus instalaciones y que podía ver los acuerdos de la ACEB con TVE como una puerta que se le obligaba a abrir. Novoa lo confirmó tras un paréntesis para la comida: “Durante el almuerzo he sostenido una conversación con Miguel Ors, de TVE, y me ha manifestado que no se emitirá el programa 'Avance deportivo' ni se transmitirá ningún partido en caso de que el FC Barcelona no permita hacerlo desde su pabellón”.
Tras conocer la noticia intervinieron Bernal (Estudiantes), Casas (Manresa), Rubio (CAI Zaragoza) y Fernández (OAR), quien propuso que ningún equipo disputara los partidos contra el Barcelona -ni como local ni como visitante- durante toda la temporada y que, en aplicación al reglamento, el resultado fuera un 2-0 en contra y un punto de penalización para el equipo no presentado (evidentemente eso le daba el título al Barcelona, que ganaba todos los partidos sin jugar ninguno).
Novoa, el presidente, propuso votarlo dejando claro que la postura adoptada no se podría reconsiderar una vez iniciada la competición. También señaló que había que dejar fuera de la votación al Real Madrid, porque este club estaba en pleno proceso electoral. Votaron a favor de la propuesta OAR Ferrol, CAI Zaragoza, Areslux Granollers, Baskonia, Obradoiro, Cotonificio, Estudiantes, Joventut, Valladolid y Manresa. En contra, el Inmobanco, que era el equipo filial del Real Madrid. Se le comunicó el acuerdo a Núñez, que estaba todavía en Madrid, en la sede de la Federación Española de Fútbol, y el presidente barcelonista se ratificó en su decisión. Pero la sorpresa llegó cuando López Serrano tomó la palabra para señalar que había consultado con Manuel Fernández Trigo, gerente del Real Madrid y en aquellos momentos la máxima autoridad ejecutiva, y éste consideraba -por lo tanto, era la opinión del club blanco- que el acuerdo era ilegal. Se habían alcanzado ya las últimas horas del martes y se acordó suspender entonces la reunión, pero Fernando Bernal, representante de Estudiantes, señaló que debía reanudarse el sábado como muy tarde, porque su equipo era el que tenía que viajar ese día a Barcelona y debían saber si se iba a jugar o no el partido. El tema había saltado ya a los medios de comunicación, que hasta el momento no se habían ocupado demasiado del asunto, ni siquiera de la puesta en marcha de la ACEB. “La Vanguardia” titulaba “Ultimátum de los clubs al Barça” y calificaba la reunión de “larga, tensa e importante. Tensa –explicaba- por las diferencias de criterio que salieron a la luz, plasmadas por la opinión del presidente del FC Barcelona, e importante porque, tras escucharle y no ponerse en absoluto de acuerdo con él, los miembros de la Asociación de clubs le dieron de plazo hasta el viernes para que se incorpore a la misma. De lo contrario, ningún equipo jugará contra el azulgrana. Las pretensiones de Núñez de obtener trato especial con el Barcelona -por ejemplo, en el acuerdo para la retransmisiones de partidos por televisión- han llevado a este callejón de difícil salida”. “El Mundo Deportivo” titulaba su información de forma similar: “La Asociación veta al Barça”.
El día siguiente, miércoles, fue muy complicado, con infinidad de reuniones. Novoa y Núñez hablaron por teléfono varias veces, pero las posturas se mantuvieron. Antoni Muntañola, asesor jurídico del Barça, y los dos directivos responsables de la sección (Josep Mussons y Josep Maria Miralles) ofrecieron una rueda de prensa, en la que se mostraron inflexibles. “El Barcelona sigue estando fuera de la Asociación de Clubs y seguirá estando fuera de una asociación de asociaciones. No se ha podido aceptar la invitación porque implica una limitación de la personalidad e independencia del Consejo Directivo del club”, explicó Muntañola, mientras Antoni Novoa también ofrecía su versión a la prensa: “Al negarse a entrar en la Asociación, el Barcelona adopta una postura de fuerza y tiene derecho a hacerlo. Pero está por ver si realmente le conviene. Núñez sabe que su club es económicamente el más fuerte y deportivamente uno de los mejores, muy superior a los demás. Pero hay un aspecto en el que todos los equipos, incluido el suyo, son exactamente iguales: el salir a la pista con cinco jugadores contra otros cinco. Los demás clubs necesitan al Barcelona, pero el Barcelona también necesita a los demás clubs”.
Una nota de prensa del FC Barcelona –“no se ha podido aceptar la oferta de inscribirse en la ACEB”- alejaba aún más el acuerdo, pero todo varió en 24 horas. A las 16:07 del jueves el presidente barcelonista recibió en su despacho profesional a Antonio Novoa y Ernesto Segura de Luna. A Núñez le acompañaba Josep Maria Miralles, responsable de la sección, y más tarde se incorporó el directivo Francesc Catot.
La reunión resultó larga, pero el acuerdo fue total, según anunció el propio Núñez: “Está claro que debíamos defender nuestros intereses sin perjudicar a los demás. Y considero que así ha sido. Nos vamos a integrar en la Asociación y vamos a colaborar como un miembro más”. Novoa, por su parte, apuntó: “Era una barbaridad que la Liga no contase con un equipo de la categoría del Barcelona”.
El acuerdo, sin embargo, debía ser avalado por la continuación de la Asamblea, convocada para el sábado a las 9 de la mañana. Con los jugadores del Estudiantes en el aeropuerto de Barajas sin saber si debían viajar o no a Barcelona, volvieron a tratar el tema los mismos que lo dejaron pendiente el martes anterior, además de Segura de Luna, muy activo en las reuniones de los días precedentes. Miralles y Parera eran los representantes del FC Barcelona. El presidente de la FEB explicó el acuerdo sin ofrecer demasiados detalles y Juan Fernández señaló que ya no tenía fundamento mantener la iniciativa del pasado martes. Todo ello contentó a los clubs, situación a la que también colaboró el reconocimiento por parte de Miralles de cierto descuido y despreocupación del Barça en su trato con la nueva organización. Se sometió a votación la entrada del FC Barcelona en la ACEB y el resultado fue abrumador: once clubs dijeron sí, uno no estaba (Caja de Ronda) y el otro quedaba exento (Real Madrid).
Un mes más tarde, el 22 de noviembre, la junta directiva del FC Barcelona ratificaba oficialmente la incorporación de este club a la ACEB, que la aceptaba cinco días después.