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Forjadores de la acb (III): Rubio, el aglutinador

José Luis Rubio, figura determinante en el crecimiento del baloncesto de élite en Zaragoza, fue también clave en aquel proceso de creación de la acb. Rubio es el protagonista del capítulo 3 del libro "Forjadores de la acb"

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“La primera vez que se menciona la palabra Asociación es en boca de Gasca, en una asamblea de la Federación Española en 1977. Era una persona con una enorme visión de futuro”, explica ahora Novoa. Poco después de eso, el 8 de octubre de ese año, Rubio, que en aquella etapa inicial ejerció un importante papel de aglutinador de esfuerzos, convocó una reunión de clubs en la sede del Helios, cuya sección de baloncesto presidía, y todos empezaron a darse cuenta de que era necesario cambiar una situación claramente desfavorable para ellos, pues únicamente les representaba uno (“y no precisamente bien visto”, apunta Novoa) de los 25 miembros de la asamblea. “Cada vez que ese representante proponía algo siempre había 24 en contra”.

“Los clubs estaban en manos de unas personas que ponían su dinero, como Carles Casas, que aportó 30 millones de pesetas de su patrimonio a fondo perdido para que hubiera baloncesto en Manresa, pero no eran dueños de unos destinos que acababa manejando la Federación Española”, señala Alfonso Queipo de Llano (Caja de Ronda), icono del baloncesto malagueño en sus múltiples facetas de jugador, entrenador, directivo y comentarista. “Teníamos unos objetivos importantes, necesitábamos obtener unos ingresos y la Federación lo bloqueaba todo. Aquello tenía que virar necesariamente hacia una Asociación de Clubs. Nosotros, igual que Rubio, nos apuntamos enseguida al carro. Teníamos el objetivo común de poner una pica en Flandes. Conseguirlo nos costó muchas horas de sueño”.