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España: Entre la ilusión y la redención

Tras el adverso resultado del Eurobasket, la selección femenina afronta los Juegos Olímpicos con renovadas ilusiones. El equipo de Lucas Mondelo quiere mantener su estatus de potencia mundial y conseguir una nueva medalla olímpica frente a una pella de grandes rivales.

  

Este lunes, 25 de julio, arranca para España el torneo de baloncesto femenino en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020. Un torneo especial porque llega escasas semanas después de que el combinado entrenado por Lucas Mondelo cayera en cuartos de final del Eurobasket y se quedara fuera del torneo clasificatorio para el Mundial.

A España todavía le queda una opción de estar en Sídney el próximo año, pero esta pasa inexcusablemente por colgarse la medalla de oro en la cita olímpica. Una opción que se antoja casi imposible porque, hasta el momento, el equipo de Estados Unidos se muestra implacable y ha dominado la cita olímpica desde Atlanta 1996.

Más real parece la opción de medalla, aunque rivales no le faltarán en una competición donde el resultado es imprevisible por la cantidad y la calidad de los conjuntos que se citan en la capital de Japón.

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Para los Juegos Olímpicos, España recupera a Tamara Abalde y Alba Torrens respecto al Eurobasket y eso dota al equipo de mayor rotación interior y, sobre todo, supone tener de vuelta en el equipo al gran referente anotador de la última década. Alba Torrens dota al conjunto español de una infinidad de posibilidades en ataque y supone también un foco de atención para el rival otorgando más libertad a otras jugadoras para que puedan explotar sus ventajas.

La alero balear, además, será la jugadora encargada de jugarse los balones calientes en los partidos importantes, un hecho que también notó al equipo español en el último torneo cuando cayó en la prórroga contra Serbia y en los minutos finales frente a Rusia. Su experiencia en grandes torneos y capacidad para decidir es el gran valor para un torneo donde la igualdad se presume máxima.

Además, la selección contará con la acelerada maduración de los jóvenes talentos que representan Maite Cazorla, María Conde o Laura Carrera. Las tres demostraron en el torneo europeo que están preparadas para las grandes citas y están llamadas a ser referentes en ataque. Junto a ellas, Cristina Ouviña llega en un gran momento de forma y confianza a los que serán sus primeros Juegos Olímpicos. La base zaragozana ha completado un fantástico año en Liga Femenina y demostró en el Eurobasket que no sólo es una gran defensora, sino que también puede asumir un rol destacado en el ataque. La otra debutante olímpica es Queralt Casas quien asegura intensidad defensiva y ese plus de carácter tan importante cuando el equipo necesita un revulsivo en pista.

Junto a ellas se mantienen seis jugadoras que alcanzaron la histórica final de Rio en 2016: Sílvia Domínguez, Leonor Rodríguez, Alba Torrens, Laura Gil, Astou Ndour y Laia Palau. Especial mención merece la base y capitana del equipo. Laia, a sus 41 años, sigue siendo el alma del grupo. En la pista es la extensión de Lucas Mondelo, la jugadora que todo lo controla y la que hace que la orquesta suene a la perfección; fuera de la pista es la líder que todo equipo necesita.

Sin embargo, más allá de los nombres individuales, la fortaleza de España reside en el colectivo. Un bloque donde pueden sonar más fuerte los nombres propios de Torrens o Ndour, pero cuyo éxito siempre se basó en un trabajo conjunto para controlar el ritmo del partido e imponer su estilo de juego. Para ello será clave la calidad de la defensa española. Si el equipo consigue controlar el rebote y mantiene su habitual excelencia defensiva, todo será más fácil porque en ataque podrá correr y la fluidez de su circulación de balón garantizará puntos cuando el resultado se apriete.

Una vez más, Lucas Mondelo, deberá tirar de todo su arsenal táctico y de su habilidad emocional para conseguir que el equipo dé la mejor versión, vuelva a superar los umbrales de lo esperado y consiga que lo excepcional que supone el éxito, se vuelva cotidiano.

PELEARÁN POR MEDALLAS

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Hablar de baloncesto femenino es actualmente hablar del dominio que Estados Unidos ejerce en todos torneos donde compite. Si bien en el baloncesto masculino las diferencias entre el equipo norteamericano y otras selecciones se han acortado, todavía las americanas se encuentran dos o tres escalones por encima del resto de sus rivales y buscarán en Tokio su séptima medalla de oro consecutiva.

Será la quinta para Diana Taurasi y Sue Bird, dos leyendas del baloncesto que, presumiblemente, se despedirán de los Juegos Olímpicos en Tokio. Lo hacen encabezando una lustrosa lista de jugadoras donde cabe destacar a Breanna Stewart, la jugadora más determinante del baloncesto actual. Stewart, MVP de la pasada Euroliga, aglutina habilidades técnicas y una capacidad atlética que la hacen ser casi imparable tanto de alero como de ala-pívot. Junto a ella también hay que citar a Brittney Griner, compañera de Stewart y Torrens el UMMC Ekaterimburgo. Nadie domina la pintura como Griner gracias a sus 203 centímetros, pero es que junto a ella hay un todo arsenal interior con la emergente A’ja Wilson, y dos veteranas como Silvia Fowles y Tina Charles. Por fuera, Skylar Diggins-Smith y Jewel Loyd completan un equipo que por talento y poderío físico apenas tiene quien le pueda cuestionar el oro de estos juegos.

Si hay una candidata a destronar a Estados Unidos esa es la selección de Australia. Las Opals recientemente las derrotaron en un amistoso (70-67) y es el equipo que por físico más puede competir contra las americanas.

Es cierto que cuentan con la importantísima baja de la pívot Liz Cambage, quien renunció al torneo por no verse con fuerzas para afrontar la burbuja creada para la ocasión. Sin embargo, Australia tiene a la joven Ezi Magbegor como gran recambio y junto a ella hay que destacar la presencia de la alero de Valencia Basket, Rebeca Allen, Leilani Mitchell (base de Washington Mystics), Stephanie Talbot (alero de Seattle Storm) y la veterana pívot Cayla George, quien aporta dureza defensiva y capacidad anotadora abriéndose al triple.

Francia con Marinne Johannes, Sandrine Gruda y Endene Miyem como principales referencias, debe despejar sus dudas en las grandes competiciones. Tiene potencial para competir por grandes objetivos, pero en muchos torneos acaba pagando su irregularidad con resultados que no están acordes con las expectativas que despierta el talento individual de su plantilla.

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Bélgica se estrena en un torneo olímpico con aspiraciones de medalla gracias al talento de su estrella, la pívot Emma Messeman. Con ella todo es posible, pero, además, no hay que perder de vista a la excelente tiradora Kim Mestdagh y a la velocísima y creativa base, Julie Allemand.

Serbia cierra el triunvirato de aspirantes europeos y lo hace con el ánimo que supone haberse proclamado recientemente campeona de Europa. El veterano equipo que entrena Marina Maljkovic será fiel a una propuesta que basa sus opciones en una defensa agresiva, el talento de Sonja Vasic y Jelena Brooks en la zona, y la improvisación que aporta la eléctrica Yvonne Anderson.

Entre quienes también aspiran a dar la sorpresa y asaltar el podio de Tokyo 2020 está el equipo canadiense que tiene a Kia Nurse como principal estrella y absoluto foco anotador. Alrededor suyo aparecen jugadoras curtidas en Euroliga como Nayo Raincock-Ekunwe, Miranda Ayim o las hermanas Plouffe.

Por último, no debemos olvidar a China y Japón. Puede que no llamen mucho la atención para el espectador en general, pero su frenético estilo de juego siempre es complicado de administrar para las adversarias. China cuenta con Xu Han y Yueru Li, una pareja de pívots que supera los dos metros, además de jugadoras de talento como Mengran Sun o Ting Shao en el exterior. El punto débil del equipo está en el puesto de base, pero en cambio es un conjunto triplista que un día acertado puede ser muy difícil de batir.

Japón no tiene grandes nombres y ha sufrido bajas, pero asegura compromiso y entrega en cada acción del juego. La base Nato Motohashi pone un ritmo altísimo de juego y por dentro, si bien no tienen jugadoras muy altas, son muy combativas y con buen tiro exterior como Yuki Miyazawa, Ewelyn Mawuli, y Maki Takada. Eso sí, notarán mucho la ausencia de público alentando su coraje competitivo.