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España arrolla a Montenegro en su camino hacia los cuartos (78-51)

La selección española confirmó su mejoría en el campeonato y derrotó a Montenegro en octavos de final con una actuación muy coral donde lucieron los nombres de Astou Ndour (17 puntos y seis rebotes) y María Conde (19 puntos). El miércoles España se mediará a Serbia en cuartos de final.

  

España no falló a su cita con los cuartos de final del Eurobasket y, tras superar a Montenegro (78-51), jugará este miércoles contra Serbia por una plaza en semifinales. El equipo entrenado por Lucas Mondelo fue muy superior desde el inicio y, a partir de una defensa asfixiante, construyó una ventaja en la que mucho tuvieron que ver Astou Ndour y María Conde.

La pívot evidenció ser una de las jugadoras interiores más determinantes del campeonato y la buena sintonía que tiene con las bases españolas. Su aportación en el inicio de partido fue un alivio para disipar las dudas que pueden aparecer cuando el campeonato llega a un punto donde perder equivale a ser eliminado.

Como cómplice de la victoria, Astou tuvo a un largo número de nombres propios, pero es imposible obviar la aparición estelar que tuvo María Conde en el segundo cuarto. De los 19 puntos anotados por España entre el resultado de 18-14 y el de 37-23, la madrileña sumó 15 puntos y, desde entonces, asfaltó el camino hacia la victoria porque el conjunto español en ningún momento bajó la intensidad defensiva y Montenegro rápidamente capituló ante la evidente superioridad española.

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Si en ataque el inicio de partido estuvo monopolizado por Astou Ndour (anotó nueve de los 13 primeros puntos), la defensa era una cuestión colectiva que arrancaba con la intensidad de brazos de Cristina Ouviña y Laia Palau, la cobertura de Laura Quevedo y la brega bajo tableros de Laura Gil o la propia Astou Ndour. En menos de cinco minutos, la defensa había provocado tres pérdidas en Montenegro y la sensación de que el partido vivía bajo los biorritmos del equipo de Lucas Mondelo.

El inicio de las rotaciones no cambió un ápice del escenario planteado y Montenegro se agarraba al partido gracias a la fuerza interior de Markeisha Gatling y los destellos de Milica Jovanovic. Por contra, en España aparecían nuevos nombres, en especial el de María Conde que dio un paso adelante para estirar la ventaja hasta los ocho puntos al término del primer cuarto (26-18).

EI inicio de segundo cuarto parecía enmarañar la fluidez ofensiva de las españolas y tres viajes seguidos de las montenegrinas a la línea de tiros libres recortó diferencias. España necesitaba una marcha más y esta vino de la mano (o la muñeca) de María Conde. La alero encadenó siete puntos seguidos mediado el segundo cuarto y disparó la ventaja de las españolas. La elegancia que siempre acompaña el juego de María Conde esta vez añadió una tremenda efectividad (3/3 en tiros de dos, 2/2 en triples y 3/4 en tiros libres en la primera parte).

Como socia en la escapada española, apareció Maite Cazorla (11 puntos) y antes del descanso España alcanzó su máxima ventaja hasta el momento (45-27). La diferencia después de dos cuartos era grande, pero la sensación de superioridad era mayor porque el fondo de armario de Lucas Mondelo le otorgaba intensidad defensiva y variedad de opciones en ataque. No en vano, el banquillo español había sumado 21 puntos mientras que Montenegro tuvo que esperar 18 minutos para ver sumar la primera canasta de una suplente.

La reanudación solo fue la confirmación de la diferencia de juego y estado anímico de ambas selecciones. Jelena Dubljevic protagonizó un par de buenas acciones en los primeros ataques, pero tras ella no había nada más; mientras que en España el relevo anotador era constante. Esto, además, retroalimentó a la defensa que con cada recuperación lanzaba el contraataque a partir de la velocidad de Maite Cazorla, Cristina Ouviña (ocho puntos y siete asistencias) o Queralt Casas.

A Montenegro el partido se le empezó a hacer muy largo y doloroso. Con cada balón perdido, el equipo bajaba los brazos permitiendo que España sumara fáciles puntos tras pérdidas. Raquel Carrera, con una preciosa canasta a ahora pasado, cerró el tercer cuarto con una nueva máxima ventaja (66-41) que anticipó un plácido final de partido. No hubo más historia que contar que la de ver transcurrir el paso de los minutos y dosificar los esfuerzos en las jugadoras con más minutos disputados.

Seguramente el cruce de octavos no estaba en la ruta de España antes del campeonato y el cansancio es el peaje que deberá administrar el cuerpo técnico, pero es indudable que este partido “extra” a alimentado a las jugadoras de buenas sensaciones antes de llegar al partido vital de cuartos. Delante estará una vieja conocida como Serbia con cuentas pendientes pero con el goloso premio de acceder a las semifinales y pelear por las medallas en el que es su campeonato.