Málaga, 12 mar. 2005 (EFE).- El Unicaja buscará mañana ante el Pamesa igualar el récord histórico que tiene el equipo malagueño en la Liga ACB de diez triunfos consecutivos, lo que sucedió en las temporadas 1995-96 y 2000-01, cuando lo dirigía Javier Imbroda y el serbio Bozidar Maljkovic, respectivamente.
Ahora con el técnico italiano Sergio Scariolo, el conjunto andaluz comenzó la racha de excelentes resultados cuando se impuso al CB Granada el pasado 28 de diciembre, y posteriormente ganó sucesivamente al Adecco Estudiantes, Fórum, Etosa, Lagun Aro, Barcelona, Plus Puyol, Caja San Fernando y Casademont Girona, además de haber obtenido en este período el título de campeón de la Copa del Rey.
El Unicaja y el Pamesa se conocen perfectamente, ya que se han enfrentado en varias ocasiones en esta temporada con resultados favorables al equipo malagueño, sobre todo en la semifinal de la Copa del Rey de Zaragoza, aunque el encuentro de mañana en el Martín Carpena será diferente debido a que el conjunto valenciano lleva varias derrotas consecutivas y está muy necesitado de reencontrarse con el triunfo.
Scariolo tendrá la baja del escolta estadounidense J.R. Bremer, que se lesionó el pasado miércoles con una rotura fibrilar en el cuádriceps de la pierna derecha.
El escolta malagueño Berni Rodríguez ha comentado que "el Pamesa es doblemente peligroso, primero por el hecho de tener una gran plantilla y además porque están necesitados de victorias para meterse en la lucha por el título".
Rodríguez no se quiere centrar en lo que ocurrió en la Copa del Rey, cuando el Unicaja venció al Pamesa, y explicó que no cree que "tenga nada que ver aquel partido porque ningún equipo es claramente superior al otro".
El escolta añadió que "hay una rivalidad bonita" entre el Unicaja y el Pamesa y sobre el serbio Rakocevic, con el que presumiblemente se tendrá que emparejar, comentó que "es complicado detener sus penetraciones. Además, tiene un lanzamiento muy fiable".
Rodríguez destacó que al Unicaja le ha venido muy bien "ganar un título" y que personalmente se encuentra en un buen momento de juego.
El Pamesa Valencia visita mañana la pista del Unicaja Málaga, donde tratará de acabar con la serie de cuatro derrotas consecutivas que arrastra en la ACB ante un equipo que cuenta por victorias sus últimos nueve partidos en esta competición.
Para el conjunto valenciano, el choque supone, además, la oportunidad de vengar la eliminación en las semifinales de la Copa del Rey a manos del conjunto de Sergio Scariolo, que también le ganó en el choque de ida de la actual fase regular de la ACB y le apeó en cuartos de final de la lucha por el título de este torneo la pasada temporada.
Motivos para la revancha no le faltan a un Pamesa que, como ha dicho algún miembro de su plantilla esta semana, necesita "imperiosamente" la victoria ya que la mala racha de resultados que acumula en la Liga le ha relegado a la novena posición, fuera de los puestos que dan derecho a disputar las eliminatorias por el trofeo.
Es difícil prever cómo puede asimilar la entidad valenciana un nuevo tropiezo. De momento, sólo la buena marcha en la Copa ULEB ha permitido que los dirigentes del club mantengan la calma y no opten por soluciones más drásticas.
Pero, más allá de los factores externos, la fortaleza del Unicaja hace pensar que sólo si el Pamesa ha comenzado a poner solución a algunos de sus graves problemas puede tener opción de lograr la victoria.
La falta de concentración en los inicios de los partidos, la ausencia de continuidad en el juego y la debilidad defensiva parecen las principales carencias del juego de los de Pablo Laso que, si logran esquivar esas dificultades, siempre encuentran en la facilidad anotadora que tienen un gran aliado.
La única baja con la que contará el técnico vitoriano para este encuentro será el francés Antoine Rigaudeau, que podría reaparecer en las próximas jornadas. El alero argentino Federico Kammerichs, que sufrió una distensión en la rodilla en el choque de la Copa ULEB del pasado martes estará listo para jugar en Málaga.