El Urbas Fuenlabrada logró anoche su triunfo número 300 en la Liga Endesa al vencer 82-81 al Casademont Zaragoza. Y fue con una tremenda remontada en los minutos finales, levantándose tras los tropezones iniciales sin darse por vencido. Un triunfo fiel a lo que es la trayectoria del club en sus ya 23 años en la élite. Y celebrado a lo grande, porque aquí sabemos lo mucho que cuesta ganar. Por eso hay que celebrarlo siempre que se consigue.
300 victorias en acb
En el grito de Christian Eyenga tras anotar la canasta decisiva a dos segundos del final se condensaban muchas cosas. Era un grito de alegría por ganar un partido que se había puesto muy cuesta arriba. Era un grito de rabia por los dos años anteriores con más sinsabores que sonrisas. Era un grito de amor propio y orgullo. Y además era un gran grito que representaba el rugido que habría dado un Fernando Martín lleno con la remontada de anoche. Era un grito que valía por miles de gritos de las ausentes gargantas de los aficionados fuenlabreños.
Y además era el grito 300. Porque ese es el número de victorias que acabamos de conseguir como equipo acb. Un sueño cuando debutamos el 5 de septiembre de 1996 en Cáceres. O cuando ganamos el primer partido apenas diez días después en Ourense. 300 motivos de orgullo fuenlabreño en un camino siempre recorrido con ilusión y esfuerzo, porque ya os garantizamos que no es fácil competir 23 temporadas casi consecutivas en la que sin duda es la mejor liga nacional de Europa.
3⃣0⃣0⃣ victorias en @ACBCOM de orgullo
— Urbas Fuenlabrada (@BFuenlabrada) November 15, 2020
3⃣0⃣0⃣ victorias de pasión
3⃣0⃣0⃣ victorias por y para vosotros
¡Vamos a por la 3⃣0⃣1⃣!#FuenlADN #TanLejosTanCerca pic.twitter.com/jYZDbxcstt
La maldita pandemia no nos permitió celebrar tan redonda y significativa cifra con nuestra gente, con la afición que da identidad al equipo y al club. Pero sabemos que lo habéis celebrado como se merece. Y también sabemos que ya estáis – estamos – pensando en cómo hacer posible la 301.
Pero permitámonos disfrutar de la victoria de anoche aunque sea por un rato. Era complicado presagiar el alegrón final con el pobre nivel que mostramos en la primera parte. Ni acertados en las decisiones ni certeros en su ejecución, veíamos cómo el rival iba sintiéndose cómodo en la pista al tiempo que traducía su superioridad en el marcador.
Así que más que descanso en el intermedio ejecutamos un reinicio. El 33-50 de los primeros compases del tercer cuarto no iba a remontarse en un pis pas, más bien iba a requerir de tesón e inteligencia continuados hasta el final. Sin duda mejoramos, lo suficiente en un primer momento para equilibrar la dinámica del juego, pero no lo bastante como para hacer mella en el de enfrente.
Al menos eso parecía cuando encarábamos ya los últimos cinco minutos y el Casademont Zaragoza mantenía la ventaja por encima de la decena (66 – 78). Pero el Urbas Fuenlabrada siguió y siguió y siguió. Y ahora sí tradujo el mejor juego al marcador. Buenas defensas que forzaban malos tiros y venían acompañadas de ataques que encontraban diferentes vías de anotación. Hasta cuatro de nuestros jugadores encestaron para firmar un parcial de 12-0 y empatar el partido a 78 cuando restaba tan solo un minuto y medio para el final.
Pero hete aquí que hubo que volver a remontar. Los maños fallaron el siguiente ataque, empero rebotearon y metieron un triple (78-81). Erramos nuestra siguiente ofensiva y con 40 segundos para el final nos veíamos tres abajo y con bola en manos zaragozanas. ¡Y nos rehicimos de nuevo!
Robo de balón y mate al contraataque (80-81). Restaba medio minuto. Una buena defensa, rebote y transición tan rauda como podían correr Trimble y Eyenga, el primero asiste al segundo y este anota el 82-81. Júbilo. Pero quedan aún un par de segundos. Toca defender, lo hacemos bien y fallan. ¡Ahora sí! La 300 que también es la cuarta en los últimos cinco partidos. Disfrutemos.