Redacción, 3 Ene. 2004.- El Casademont Girona recibe este domingo (19:00 horas) al Etosa Alicante en un choque con tintes dramáticos por la lucha común por evitar el descenso.
Los dos equipos están inmersos en la peligrosa batalla por evitar el descenso. Le va mejor al Casademont Girona, 15º con seis triunfos y uno de ventaja sobre el 17º puesto, que a un Etosa Alicante hundido en la última plaza con apenas dos triunfos y la friolera de 15 derrotas.
El Etosa Alicante está obligado a ganar. Debe reaccionar ya, no hay tiempo ni margen para la espera; es probable que tenga que sumar 9 o 10 victorias en la segunda vuelta para asegurar la permanencia y por ello debe comenzarla ganando en Girona, ante un rival directo. Existe el pensamiento de que una vez el Etosa Alicante recupere la confianza con una victoria, comenzará la esperada reacción.
El equipo alicantino ha renovado profundamente la plantilla. Poch en el banquillo y Pepe Sánchez en la dirección de juego han dado nuevos aires al equipo, aunque no acaba de sumar. El fichaje que no ha supuesto una mejoría ha sido el de DeMarco Johnson, razón por la cual el club ha prescindido de sus servicios para incorporar al alero Quincy Lewis, ex NBA y Maccabi Tel Aviv, un jugador de contrastada calidad y que puede darle una nueva dimensión al disminuido juego exterior alicantino.
El Casademont Girona también debe sumar. Está fuera de los puestos de descenso pero su margen es escaso y las dos próximas jornadas acude a canchas de la dificultad de las de Real Madrid y Adecco Estudiantes. Es decir, necesita un colchón que le dé cierta confianza y margen para la tranquilidad. Tras ganar con suficiencia el pasado fin de semana ante el Jabones Pardo Fuenlabrada e imponerse en tres de sus últimos cuatro partidos, esta parece una gran oportunidad.
El gran protagonista del encuentro será Trifón Poch, que regresa a la cancha en la que entrenó durante ocho años. El técnico catalán fue despedido mediada la pasada temporada, siendo sustituido por su ayudante, Juan Llaneza, que continúa en el banquillo gerundense. Esta es la primera visita de Poch a Fontajau desde entonces.