Valladolid/Manresa, 28 Mar. 2014 (EFE).- El CB Valladolid buscará el sábado la victoria ante su rival más directo, La Bruixa d'Or, que le precede en la tabla de clasificación, aunque con cinco triunfos más en su haber, por lo que ganar supondría poder mantener ciertas esperanzas en lo que respecta a la lucha por la permanencia.
La Bruixa d'Or inicia en Valladolid el tramo decisivo de la temporada para confirmar sus aspiraciones de mantener la categoría, pues de los equipos de la zona baja, el catalán es el único que aun tiene que jugar con sus rivales directos para evitar el descenso. "Eso nos hace sentir que dependemos de nosotros mismos", ha destacado el entrenador manresano, Borja Comenge.
El del sábado es uno de esos partidos importantes para poner aún más distancia con el colista de la clasificación, ya desahuciado al haber ganado sólo dos partidos en toda la temporada, pero sobre todo para lograr una octava victoria que permita a La Bruixa d'Or salir del descenso.
"Nos tenemos que exigir más cosas además de competir. Tenemos la presión de ganar porque hasta ahora hemos demostrado que hemos hecho las cosas mejor que ellos", ha apuntado Comenge sobre el encuentro de mañana.
A pesar de la derrota del pasado domingo contra el CAI Zaragoza (71-74), el técnico de los manresanos valora la evolución de sus hombres, pero reconoce que, tanto como la situación en la posición en la tabla, le preocupa especialmente que su equipo mejore en defensa.
"Con la clasificación tenemos que convivir hasta final de temporada. En cambio, como entrenador tengo el reto de conseguir que mi equipo defienda mejor", ha comentado.
Para el partido de mañana, Comenge ha preparado a sus jugadores para los momentos "brillantes" que tendrá el equipo que dirige Ricard Casas: "Lo tenemos que saber gestionar. No autodestruirnos, ni entrar en una fase de nervios que beneficie al rival".
En cambio, el entrenador catalán cree que el gran número de cambios de jugadores en el Valladolid -una veintena esta temporada- puede jugar a su favor: "Es seguro que, esta semana, Casas no habrá podido preparar el partido como quería porque tenía que integrar a nuevos jugadores. Egoístamente, creo que tantos cambios nos favorecen".
La Bruixa d'Or viaja con la plantilla al completo a Valladolid, aunque Rasmus Larsen sigue arrastrando molestias físicas. El objetivo sumar un nuevo triunfo que permita superar en la tabla a Tuenti Móvil Estudiantes y UCAM Murcia, los otros dos equipos con siete victorias.
El técnico del equipo morado, Ricard Casas, ha advertido de que el equipo "tiene ganas de ganar y va a salir a por ello", en primer término, con el objetivo de "competir", y desde esa premisa hacer un buen partido para contar con opciones, saber aprovecharlas y sumar la que sería la tercera victoria de la temporada.
El entrenador catalán tiene claro que si el equipo "trabaja como en el último partido ante Valencia", las posibilidades de ganar serán "muchas", de ahí que la principal meta sea conseguir mantener esa "motivación, intensidad y energía" mostradas en el anterior choque, pero hasta el último minuto.
La llegada de Armon Johnson y Lamont Mack ha supuesto para los vallisoletanos "aire fresco, mucha positividad y ganas de mejorar", ha reconocido Casas, quien espera que ambos jugadores sigan aportando esa frescura y progresen aún más a medida que sumen entrenamientos y partidos con sus compañeros.
"Ahora el equipo es diferente y quizá la historia hubiera sido diferente si hubiéramos empezado los que estamos ahora, porque la dinámica es nueva, más positiva y, seguramente, los resultados hubieran sido más favorables, pero se hizo la plantilla en diez días, sin pretemporada y el presupuesto limitó mucho todo", ha analizado.
A pesar de esa notable mejoría del CB Valladolid, Casas es consciente de que los manresanos van a llegar al Pisuerga con la intención de sumar, ya que supondría para ellos seguir tomando distancia.
En opinión del técnico catalán, La Bruixa d'Or "es un rival complicado, porque sus jugadores están muy implicados, tienen frescura en su juego, se han reforzado en el interior y compiten a un gran nivel, gracias en parte a su capacidad de lucha en el rebote, que habrá que controlar".
"Independientemente de quién sea el rival, nosotros tenemos que salir a competir al máximo de nuestras posibilidades para lograr esa victoria que tanto ansiamos, pero sin tener en cuenta si el que está enfrente es Manresa o el Barcelona", ha precisado Casas.
En el capítulo de estadísticas, los vallisoletanos parten con ventaja, ya que de las 28 ocasiones en que ambos equipos se han enfrentado, los locales han ganado en 19, mientras que el conjunto catalán lo ha hecho sólo en 9, la última de ellas en 2010.