Valladolid, 29 Dic. 2011 (Inés Morencia, EFE).- El Blancos de Rueda Valladolid consiguió volver a la senda de la victoria ante el Valencia Basket, en un encuentro que los vallisoletanos controlaron desde el primer minuto y en el que, al contrario que en otras ocasiones, supieron dominar la ansiedad, superar el acoso rival y mostrar su mejor imagen.
La intensidad y la presión defensiva fueron los pilares en los que se cimentaron los vallisoletanos en los primeros compases del encuentro, lo que se tradujo en el control del juego y, por ende, del marcador, ya que esa seriedad en su zona les permitió abordar con más confianza cada ataque.
Con ello, los vallisoletanos consiguieron establecer una renta de ocho puntos (18-10) en el minuto 7, que obligaron al técnico visitante, Paco Olmos, a solicitar su primer tiempo muerto, para reorganizar su defensa e intentar frenar el empuje local.
Pero el Blancos de Rueda se encontraba cómodo en la cancha, con un Dumas muy entonado en la dirección del juego y repartiendo perfectamente el juego entre sus compañeros y la ventaja alcanzó los trece puntos (26-13), que se quedarían en doce al finalizar el primer cuarto (28-16).
El equipo vallisoletano parecía haber encontrado su pócima mágica y, con un inspirado Diego García y un trabajador Robinson, continuó incrementando las diferencias hasta llegar al 41-24 en el minuto 16, tras el que Olmos volvió a solicitar un nuevo receso.
Los valencianos aumentaron la presión defensiva y eso trajo consigo un bloqueo por parte del conjunto local que, en pocos minutos vio cómo esa renta de 17 puntos se quedaba en sólo 10 antes del descanso (46-36), ante la potente reacción visitante, que se notó especialmente en la faceta reboteadora.
Tras la reanudación, los vallisoletanos no consiguieron recuperar la tónica inicial y, lastrados por los errores y por la falta de intensidad en su zona, propiciaron la remontada sin paliativos de los valencianos (46-44, min.23), que Luis Casimiro intentó atajar con un tiempo muerto.
Nacho Martín, no sólo aportando su presencia física en la zona, sino también desde el exterior, se encargó de despertar a su equipo, que pasó de estar abatido a mostrar sus mejores armas, lo que les permitió recuperar el dominio del juego y enderezar la situación (62-48).
El cuadro local se puso el mono de trabajo y, comandados por el pívot vallisoletano, mantuvieron la templanza para defender su ventaja, mostrando concentración defensiva y una buena lectura en ataque, lo que les permitió llegar a los cuatro últimos minutos con 17 puntos en su haber (70-53).
Una renta ya demasiado amplia para que el Valencia pudiera arrebatar la victoria al Blancos de Rueda (74-65), que no ganaba desde la séptima jornada y que, de esta forma, consigue tomar un poco de aire en su lucha por abandonar la última plaza liguera.
74 - Blancos de Rueda Valladolid (28+18+16+12): Dumas (8), Zamora (3), Robinson (18), Touré (6), Anagonye (-) -cinco inicial-, Seawright (10), Diego García (19), Uriz (-), Nacho Martín (10) y Sarmiento (-).
65 - Valencia Basket (16+20+12+17): De Colo (16), Rafa Martínez (10), Pietrus (-), Caner-Medley (16), Lishchuk (13) -cinco inicial-, Rakocevic (-), San Miguel (3), Faverani (2), Kuksiks (5) y Abia (-).
Árbitros: García González, Pérez Pérez y Martínez Fernández. Eliminaron por cinco faltas personales a Lishchuk (min.38), del Valencia Basket, y a Seawright (min.39), del Blancos de Rueda.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la decimotercera jornada de Liga Endesa, disputado en el pabellón Pisuerga ante 5.200 espectadores.