El Real Madrid sentencia el derbi en un gran último cuarto (79-61)

Por Jorge Muñoa. Madrid, 13 nov. 2005 (EFE).- El primer derbi madrileño oficial de la temporada en curso duró diez minutos más de lo que necesitaba el Adecco Estudiantes, que cayó sin remedio en el último cuarto de partido frente a un Real Madrid constante, serio y sin confianzas.

La presencia de blancos y colegiales sobre la cancha convierte en papel mojado cualquier pronóstico previo. Al equipo del Ramiro de Maeztu le gusta jugar contra los vecinos de La Castellana y, pese a jugar en campo contrario, pese al revuelo del fichaje de Carlos Jiménez -que se recuperó a tiempo y no se escondió en una tarde tan complicada para él- y pese a la diferencia existente en la tabla, tuvo en jaque a los anfitriones durante treinta intensos minutos.

El técnico estudiantil, Juan Antonio Orenga, puso en cancha un cinco inicial muy experimentado y guardó la tremenda juventud que tiene en el banco (Sergio Rodríguez, Carlos Suárez...) para mejor ocasión. Los más curtidos de entre los colegiales plantaron cara a un Madrid que, lejos de frotarse las manos pensando que recibía a uno de los colistas, recordó que enfrente estaba el Adecco Estudiantes y que, en ese caso, siempre hay que sudar para ganar.

Hizo bien el Madrid. Al final del tercer cuarto el marcador señalaba tablas (54-54 m.29) y el Adecco Estudiantes no parecía, ni mucho menos, un desheredado. Había partido y de los difíciles. El Madrid había hecho muy bien en guardarse cualquier confianza.

También es verdad que el conjunto de la calle Serrano avisó muy pronto. A los ocho minutos ya había abierto una pequeña brecha (7-13) muy significativa y, al final del primer cuarto, dio el primer aviso serio (9-17). Los triples estaban detrás de la ventaja visitante.

Los triples son una especialidad que le encanta al croata Marko Tomas, un excelente tirador desde todas las posiciones. El mismo se encargó de darle la ventaja a los suyos ya en el segundo periodo después de un parcial de 13-1 (22-18).

La respuesta vino de Carlos Jiménez, que también anotó desde el arco (22-21). Los minutos que faltaban hasta el intermedio fueron de una igualdad enorme, sin que nadie diese su brazo a torcer, pero con los colegiales por delante y dando la impresión de que habían elegido Vistalegre para enterrar la galopante crisis de resultados de principio de temporada (33-38).

Will McDonald completó un gran segundo cuarto, aunque era pronto. Demasiado pronto. El tercer tramo también discurrió en medio de un apretado pulso y el Estudiantes apareció en el minuto treinta, a falta de un cuarto, en primera línea de fuego (58-54) y con ganas de anotarse el asalto. Había superado incluso una falta antideportiva señalada a Nacho Azofra que ayudó a mantener la igualdad, lo que ya no superó fue la arrancada blanca del último corte.

El Adecco Estudiantes encajó un parcial de 14-0 en los cinco primeros minutos del tramo. La zona del Madrid le destrozó. Le sacó de un partido en el que estaba dando la vida, en el que estaba sintiéndose como el equipo que verdaderamente es, en el que buscaba un empujón moral.

La constancia madridista le pasó por encima. El Madrid del serbio Bozidar Maljkovic no descansa nunca. Fue más intenso y nunca dejó de trabajar. Marko Tomas fue un soporte fundamental para los blancos, sobre todo hasta el tercer periodo, pero la victoria del Madrid corresponde a todo un bloque. a la implicación de cada jugador con un propósito. Al Adecco Estudiantes sólo le sobró un cuarto, el último, en el que sólo anotó seis puntos.

79 - Real Madrid (11+22+25+21): Rakocevic (16), Bullock (5), Gelabale (6), Hervelle (13), Reyes (14) -cinco inicial-, Hamilton (2), Sonko (3), Hernández Sonseca (), Tomas (18), Sinanovic (2),

61 - Adecco Estudiantes (17+21+17+6): Azofra (), Jasen (6), Jiménez (8), Iturbe (11), Bueno (14) -cinco inicial-, Miso (), Rodríguez (6), McDonald (14) y Suárez (2).

Arbitros: Arteaga, Conde y Ortega. Excluyeron por personales a Azofra (m. 35).

Incidencias: encuentro correspondiente a la séptima jornada de la primera fase de la Liga ACB disputado en el Palacio Vistalegre ante unos 12.600 espectadores.