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Terry Teagle: El tipo por el que Magic se bajó el sueldo

No es fácil que la Liga EBA acoja a una elección en primera ronda del 'draft', ni que reciba a un alero con diez años de experiencia en la NBA, ni que contemple al máximo anotador de una final de Liga Europea' Pues todo eso ocurría cuando el Fuenlabrada fichó a Terry Teagle. 'Les apetece conocer su historia? Mateovic nos la explica

Terry Teagle, todo un NBA en la EBA
© Terry Teagle, todo un NBA en la EBA
  

Redacción, 18 Ene. 2003.- 'Vamos a ver, Terry: 'qué diablos hace aquí un jugador como tú?'. Los directivos y entrenadores del Fuenlabrada -primavera de 1995- no entendían muy bien cómo habían podido hacerse con los servicios del hombre que pidiera Earvin Magic Johnson para luchar por el anillo del 91 (el primero de Michael Jordan, 4-1 en la final ante los Lakers) y por cuya contratación (a cambio, primera elección angelina del siguiente 'draft' para los Warrios) aceptó, incluso, disminuir considerablemente su ficha. De ahí que se lo preguntaran, de esta guisa, durante una cena de bienvenida celebrada, para variar, en el madrileño Asador Donostiarra. 'Bueno' Se debe, fundamentalmente, a tres cosas: que adoro el baloncesto y ésta es una buena oportunidad de continuar en activo (tenía 34 años), que me encantan las mujeres españolas (ya había estado antes aquí, concretamente, en un campus de León) y, sobre todo, y esto es lo más importante, que el jamón me vuelve loco (siempre lo pedía antes de cada comida)'.

Atrás, en ese interesante currículum vitae, quedaban su magnífica -y completa- etapa universitaria (19.9 puntos y 7.3 rebotes con Baylor), su paso por la NBA (11.6 puntos, 2.6 rebotes y 1.4 asistencias en las cuatro franquicias que conoció: Rockets, Pistons, Warriors y Lakers, con parada de 40 partidos en la CBA) o la recordada final de Liga Europea entre su Benetton y el Limoges de Young (por citar alguno de los amarillos). Aquella noche ateniense, como bien recordarán, el de Broaddus también fue el máximo artillero (19 puntos en 30 minutos), si bien la gloria recaía en los franceses (55-59): 'Hoy ha muerto el basket. Vinimos a jugar un partido y nos hemos encontrado con un combate de lucha libre. Ha sido el triunfo del 'antibaloncesto'' (Skansi). 'Que mi amigo Petar me deje a Kukoc y coja al jugador mío que quiera. Ya veremos, entonces, quién practica 'antibaloncesto'. Él sabe, porque fue mi segundo, que en el Jugloplastika jugábamos brillantemente. Lo único que hago es amoldarme al grupo humano que tengo' (Maljkovic).

Sin embargo, ninguno de estos logros parecía atisbarse después de los primeros entrenamientos o del último partido amistoso que disputaron los azules tan sólo unos días antes de comenzar la decisiva liguilla que daría con los finalistas para el ascenso a la ACB (por entonces, la EBA era la segunda categoría nacional). 'La verdad es que nos dio grima verlo. Pensábamos que nos habían colado un 'bacalao' tremendo', recuerda ahora Ángel Manzano, el hombre que dirigió un ensayo que el primer entrenador, José Ortiz, prefería observar desde la grada. Por no hablar, además, de una pelea en una céntrica discoteca capitalina, en la que -formando pareja con Jackie Espinosa- repartió puñetazos sin ningún control, hasta reparar en que, dentro de todo este embrollo, había perdido su pasaporte.

Pero llegó el estreno de verdad, en Motril, ante el equipo revelación (Santa Adela). 79-86, con 29 puntos (6 triples) del recién llegado, para sorpresa de todos, incluido Joe Alonso, su pareja en el perímetro: '¡Joder! Durante la semana arrastrándose y luego, el sábado, pegaba unos saltos en los que te ponía sus rodillas junto a la oreja'.

Luego, entre plato y plato de pata negra con riego de Ribera de Duero (¿es mejor que el Rioja', decía), otros 21 (Granada), 24 (Tenerife), 27 (Santa Adela, nuevamente)' La cosa marchaba sobre ruedas y hasta tenía tiempo para lanzar previsiones sobre un joven gigante que el club acababa de reclutar en una parada de autobús: 'Oye, ese chico que juega en el equipo de Segunda -Roberto se llama, 'no?- llegará lejos en esto. Es muy listo'.

No obstante, entre toda esta exposición de felicidad acaecía un pequeño incidente durante un nuevo encuentro amistoso. Les cuento: el Fuenlabrada jugaba contra el Canoe, filial del Real Madrid. En esto que nuestro personaje, en un corte por la línea de fondo, recibe un 'body-check' de Lorenzo Sanz Jr., que a cambio se lleva, según nos cuenta Iván Corrales, 'un par de bofetadas como las que te dan cuando eres un crío' Claro, tuvimos que hablar con él para que no lo volviera a hacer y que, como figura que era, se acostumbrara a recibir marcajes duros'. 'No hay problema. Estad tranquilos que esto no sucederá otra vez, y menos en un partido oficial. Que ya soy mayorcito''. La respuesta de quién se había erigido en el nuevo líder del grupo después de un emotivo discurso tras la derrota de Tenerife, restituía la confianza al colectivo antes del trascendental choque a disputar en el Palacio de Deportes de Granada: el que ganaba se metía en la 'Final a Ocho'.

'El partido, desde luego, venía caliente: el Fuenlabrada era un claro aspirante, si no el que más, a la ACB; Corrales, en el calentamiento, había calentado algo a la grada; aquí tampoco era fácil ganar' Pero nada justifica lo que hizo'. Gómez Nieto, ocho años d. d. T., continúa sin entender por qué este veterano en mil batallas, y casi todas más importantes que la presente, se liaba a mamporros, en el minuto ocho de encuentro, con el pobre Benedé debido a que éste le había enseñado el codo nada más atrapar un rebote. 'Se le fue la olla. Yo sólo protegí el balón como hacen tantos pivots, pero él lo debió ver como algo antideportivo y comenzó a golpearme'. Palabras del poste oscense (2.04 metros), que acabara su carrera en Lleida (comenzó en Segunda con el Caprabo y lo tuvo que dejar en el año LEB), donde actualmente se dedica a sacar adelante una cooperativa agrícola y ganadera. 'Aquello (el americano, como es lógico, sería descalificado) nos costó el partido y el ascenso', asegura Javi Simón, otro de los integrantes de una plantilla que aún no lo había contemplado todo. Y es que no imaginan qué estaba haciendo el expulsado cuando sus compañeros entraron en el vestuario, con la derrota consumada (96-92): ¡¡¡leer la Biblia!!!

¿No le preguntamos absolutamente nada. A ver quién se atrevía. Calla, calla' no vaya a ser que me cayera una de regalo' (Iván Corrales). 'No abrió la boca durante todo el viaje de vuelta' (José Luis Ortiz). 'Jamás he visto a un tío meterlas así. Era increíble, de todos los colores' (Quique Bárcenas). Lástima, sí, pero aquel sería el último partido en nuestro país de un deportista tímido que, en el piso que luego ocupara durante tantos años Velimir Perasovic, se pasaba el día escuchando 'música negra' y hablando, si alguien se interesaba por ello, del magnífico rancho que todavía cuida en su Texas natal. Claro, que tampoco era muy aconsejable ejercer de curioso, no te fuera a suceder lo que al segundo entrenador durante cierta sobremesa. Pregunta: 'Oye, 'y tú qué coche tienes?'; respuesta: ''cuál de los nueve amigo, cuál de los nueve?'.

Mateovic
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