Eslovenia es un país en el que el baloncesto se respira por todas partes. Con menos de dos millones de personas, Eslovenia pasa por ser uno de esos lugares, junto con Lituania, en el que hay más jugadores profesionales de baloncesto por habitante. El milagro esloveno se repite año tras año, con jugadores como Bostjan Nachbar, Marko Milic, Rasho Nesterovic, Primoz Brezec o Beno Udrih ya con experiencia NBA. Sin embargo, el líder de la selección eslovena que competirá en el MundoBasket 2006 no es otro que el nuevo jugador del Winterthur FC Barcelona Jaka Lakovic. Nacido en Ljubljana hace 28 años, Lakovic se convirtió rápidamente en una estrella tras su exhibición en el Raimundo Saporta jugando para el Krka Novo Mesto. Consiguió 38 puntos, 7 asistencias y 55 de valoración en el que era... ¡su debut en la Euroleague! Fue suficiente para que Zeljko Obradovic lo reclutase para el Panathinaikos, donde ha ayudado a que su equipo gane cuatro ligas griegas en otros tantos años, siempre con un papel protagonista. Este base zurdo tirador con una excelente visión de juego y lectura de partido se traslada a Barcelona para emprender una nueva etapa en su carrera. El título de la Euroleague será su próximo objetivo.
Jaka Lakovic nació en Ljubljana el 9 de Julio de 1978 y empezó a jugar al baloncesto en su colegio, cuyo equipo de baloncesto estaba controlado por uno de los mejores clubs de la ciudad, el Slovan, que pronto le reclutó para sus categorías inferiores junto con uno de sus mejores amigos, Nesterovic. Lakovic y Nesterovic jugaron cuatro años juntos con el equipo cadete y junior del Slovan hasta que Zmago Sagadin reclutó al pívot para el Union Olimpija. Tras brillar de nuevo con el Slovan en la temporada 1997-98, el Olimpija llegó a plantearse su fichaje, pero tenía en sus filas a Arriel McDonald, base americano con pasaporte esloveno y que ahora juega para Akasvayu Girona. Su deseo de jugar minutos y progresar como jugador prevaleció por encima de chupar banquillo en el mejor equipo de Eslovenia. Aún estuvo en el Slovan dos temporadas más, donde promedió 14.3 puntos en su última temporada con el equipo y no tardó en ganarse un puesto en la selección absoluta de Eslovenia, con la que debutó en competición oficial ante España en el EuroBasket 2001. El Krka Novo Mesto, campeón de Eslovenia contra todo pronóstico en la temporada 2000-01, apostó fuerte por Lakovic para que el base tuviese la oportunidad de jugar contra los mejores bases de Europa en la Euroleague.
El caso es que la apuesta al principio no pareció dar sus frutos. Lakovic anotó solo nueve puntos en sus tres primeros partidos en la recién creada Liga Adriática, acumulando un horripilante -2 de valoración. Su destino cambiaría cinco días después, el 18 de Octubre de 2001, día en el que se produjo su explosión a nivel europeo. Lakovic hizo que el Krka Novo Mesto protagonizara una de las mayores sorpresas en la historia de la Euroleague, ya que su equipo ganó al Real Madrid 87-93 ante un Raimundo Saporta que cayó rendido a sus pies gracias a su tremenda exhibición. Algunos de los periodistas allí presentes decían que no habían visto nada igual desde Petrovic. Lakovic hizo 38 puntos en 9 de 13 tiros y 16 de 19 tiros libres, a lo que añadió 7 asistencias, 4 recuperaciones y 15 faltas recibidas para una valoración de 55 que aún hoy es la segunda más alta desde que la Euroleague se fundó en el año 2000. "No esperaba nada así, lo único que me preocupaba era parar a Sasha Djordjevic. Jugaba contra uno de mis ídolos y tenía algo de miedo, pero tras los primeros minutos me sentío relajado", comentó Lakovic tras el partido. "No tenía presión y sabía que jugaría un buen partido, aunque no esperaba meter 38 puntos o ganar el partido, cosa que merecimos durante el transcurso del mismo".
Con Obradovic y en un equipo grande como Panathinaikos, Lakovic no tendría tanta libertad para anotar pero paulatinamente mejoraría aspectos como su capacidad de lectura de partido, sus dotes de liderazgo o su conocimiento del juego, además de aumentar su experiencia en partidos de altísimo nivel. En sus primeros partidos con Panathinaikos exprimió la mejor de sus virtudes, el tiro, saliendo del banquillo, ya que de nuevo McDonald se cruzó en su carrera para limitar sus minutos en la primera temporada de Lakovic en Grecia. Eso sí, en su primer partido como titular con Panathinaikos en la Euroleague, Lakovic deslumbró, anotando sus cinco triples para que su equipo venciese al Maccabi 79-86 en Tel Aviv con 19 puntos suyos. Su estatus como estrella europea emergente aumentaba por momentos. Aún así, el Panathinaikos no consiguió alcanzar la Final Four pero consiguió el doblete de liga y copa griega, el primero de los tres que conseguiría en sus cuatro años en Atenas. La temporada 2003-04, ya sin McDonald en el equipo, fue la de su confirmación en Panathinaikos. Su tiempo de juego subió con la misma proporción que sus números, ayudando a que Panathinaikos ganase otra liga más en Grecia. El Panathinaikos no pasó del Top 16 en Europa, pero muchos recuerdan el partidazo que soltó Lakovic contra la Benetton en Treviso. Lakovic llegó hasta los 36 puntos y añadió 6 rebotes, 7 asistencias y hasta 14 faltas recibidas, pero pese a su 51 de valoración, Benetton se apuntó el triunfo por 111-101 en una prórroga a la que se llegó gracias a un rebote ofensivo con canasta de Jorge Garbajosa al final de los 40 minutos. El prestigio y el caché de Lakovic aumentaban por momentos.
La llegada de Vassilis Spanoulis al equipo el pasado verano hizo que hubiese una saturación de jugadores exteriores en Panathinaikos, que contaba con Lakovic, Nikos Hatzivrettas, Dimitris Diamantidis o Vlado Scepanovic. Pese a estar más encorsetado que el año pasado con unos nuevos sistemas más acoplados a las características de Spanoulis, Lakovic empezó la temporada a tope, promediando 16.2 puntos en la temporada regular de la Euroleague. Sin embargo, Lakovic pasó por malos momentos, ya que su equipo perdió consecutivamente ante Cibona, Benetton y Efes Pilsen por pocos puntos y con él fallando tiros decisivos en cada uno de esos tres partidos. Ante la Cibona en Zagreb, Lakovic olvidó mirar el reloj en la última posesión y agotó el tiempo en media pista. Tanto él como su equipo se recuperaron de una situación crítica, ganando sus últimos tres partidos en el Top 16 para entrar en un Playoff de cuartos que acabaron perdiendo con el TAU Cerámica pese a tener ventaja de campo. Lakovic prometió al manager de Panathinaikos Manos Papadpoulos que barrerían en la final de liga y tanto él como su equipo mantuvieron su promesa para alcanzar un nuevo doblete en Grecia.
Ante todo, Lakovic es un base inteligente y paciente, muy correcto con la prensa y también con los aficionados en general. Perfeccionista como pocos, Lakovic ha pedido en algunas ocasiones a la televisión griega cortar y repetir una entrevista por cometer algún fallo. Su llegada a Barcelona ha supuesto una gran polémica, ya que su agente Rade Filipovic supuestamente les dijo que si seguía en Europa, sería en el Panathinaikos. Tanto Obradovic como el presidente del Panathinaikos Pavlos Giannakopoulos han montado en cólera, seguramente porque son conscientes de la categoría que tiene el base esloveno. La tensión se podía cortar con un cuchillo en el vuelo de Lakovic hacia Barcelona, ya que en él iban dos directivos de Panathinaikos, Papadopoulos y Tasos Stefanou, que acudían a la Asamblea de la Euroleague. Lakovic da su versión del asunto: "Ha sido la decisión más difícil de mi vida y la he tomado porque busco nuevas motivaciones, un nuevo inicio. Yo he jugado limpio al cien por cien. Nunca firmé ni llegué a un acuerdo con el Panathinaikos". En cualquier caso, el baloncesto griego ya es pasado para Lakovic: "me decidí a aceptar la oferta por diferentes cuestiones: es uno de los grandes de Europa, cuenta con buenísimos jugadores y un gran entrenador. Es un equipo con posibilidades de ganar siempre", dice una verdadera estrella de la Euroleague que aterriza en la ACB con la intención de que el Winterthur FC Barcelona vuelva a estar en lo más alto.