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El legado de 4º de EGB: Pinceladas de Luis Casimiro

De entrenar a los pequeños de su colegio a ser el 5º entrenador con más partidos de la historia de la Liga Endesa. Leyenda en Manresa y querido en muchas ciudades, el primer título amarillo de la historia llevó su firma, la misma que da nombre a un pabellón. Revive alguna de las historias que definen su carrera

Casimiro y Martínez, al frente del Salamanca (ACB Photo)
© Casimiro y Martínez, al frente del Salamanca (ACB Photo)
  

Redacción, 17 Ene. 2018-. Desde la Jornada 15, Luis Casimiro es un Top5 histórico en cuanto a partidos de Liga Endesa. El entrenador del Herbalife Gran Canaria suma 586, con un balance de 277 triunfos y 309 derrotas.

"Me siento un privilegiado por trabajar en mi pasión. Valorar cada momento vivido me hace sentir el presente con ilusión y ambición. Agradecido a los que confiaron en mí y siguen confiando", afirmó emocionado en Twitter tras superar a Gustavo Aranzana en la lista. Imbroda es su siguiente objetivo.





Su carrera, en pinceladas

  • A Puertollano, de rebote. Luis Casimiro nació en un pueblo de 640 personas en la actualidad, Villamayor de Calatrava. Acabó en Puertollano porque su padre fue contratado en la Empresa Nacional Calvo Sotelo. Con solo 4 años, se mudó.


  • El baloncesto, desde siempre. El pequeño Luis Casimiro jugó al baloncesto desde benjamín en el Colegio Ramón y Cajal. No se le daba mal y acabó jugando en Almería y en el propio Puertollano, antes de cambiar la pista por la pizarra.


  • Su primera experiencia, de oro. Cuando estaba en 8º de EGB, el profesor de Educación Física organizó una liga interna en el colegio para los niños de 4º. Con una curiosidad: el entrenador tenía que ser alguien de 8º. Luis Casimiro dirigió a una clase... y ganaron. Ese oro fue el comienzo del camino.


  • Aquellos días del Club "Los Amigos". Tras pasar por el instituto, Luis Casimiro y unos colegas crearon de la nada un equipo de baloncesto, al que federaron. El club "Los Amigos", con los años, acabaría fusionándose con el Puertollano, donde entrenaría al equipo júnior antes de tomar las riendas del primer equipo.





  • La equipación, de negro. El presupuesto era tan bajo que el equipo decidió tomar el negro como color principal de la equipación. Así se aseguraban no coincidir con otros equipos y no necesitar una segunda equipación, para la que no había presupuesto.


  • De jugador-entrenador a perder el primer apellido. Con 26 años, Luis Casimiro se vio jugando y entrenando al mismo tiempo al Puertollano. Una noche, se reunió con el técnico Vicente Buendía para ofrecerle el puesto en el banquillo. Al terminar la cena, el joven se había dejado convencer: su futuro en el básquet estaba en la banda y no en mitad de la pista.


  • Días eternos. Luis Casimiro era funcionario del Ayuntamiento de Puertollano y lo compaginaba con sus obligaciones en el club de básquet. Durante una larga época el hoy técnico del Herbalife Gran Canaria trabajaba con jóvenes como monitor de educación física, en una residencia de la tercera edad y, por supuesto, de entrenador.


  • El cambio de Don Benito. Tras pasar por el CB Almoóvar del Campo, Luis Casimiro cambió su vida en cuestión de días. Julio Gómez, responsable de aquel mítico All Star del 85 en Don Benito, coincidió con él en un curso de entrenador y le ofreció entrenar al equipo. Cuando llegó en el 89 con su Alfa Romeo 75 ni imaginaba el giro total que acababa de emprender en su carrera. Como siempre repite, pasó de entrenar 24 equipos en una hora a tener 24 horas para un solo conjunto.


  • El apoyo de Hevia. En la 92-93, los problemas económicos del CB Don Benito habían dejado sin cobrar a Luis Casimiro, que se quedó en el paro. En ese momento, Ricardo Hevia, referente personal y uno de los mejores amigos que tiene en el mundo del básquet, le llamó para ofrecerle un puesto de ayudante en el Breogán. Por fin en ACB. La rueda empezó a girar...


  • El viejo juego de palabras. Un día, al coger el periódico, Luis Casimiro se vio en El Mundo Deportivo. Sección "Mala sombra". El chiste estaba en bandeja, teniendo en cuenta que había fichado por el Óptica Gandía. "Lo ve claro", bromeaba el periodista jugando con lo de "Casi-miro". Cuatro años más tarde, en su visita a la redacción como campeón liguero, preguntó, entre risas, por el autor de la nota.


  • El casi ascenso en Alicante. En la 94-95, mientras media españa contemplaba el triple de Ansley en aquella mítica final entre Barça y Unicaja, Luis Casimiro soñaba con la ACB. Y la acariciaba, llegando a los últimos segundos del partido clave para el ascenso con opciones. En ese momento, cuando su Electrodomésticos Ernesto de Alicante se colocaba un punto por delante en el marcador, el árbitro señalaba falta en ataque y el sueño se evaporaba en mitad de la polémica.


  • El tándem con Pedro Martínez. En la 95-96, Luis Casimiro fue el segundo entrenador de Pedro Martínez en un CB Salamanca que sorprendió a propios y a extraños por su desparpajo y su buen juego. Él, con opciones de entrenador jefe en otros lugares, prefirió la opción salmantina para conocer más la ACB por dentro y saber cómo manejar un vestuario con tres americanos.




  • La historia se repite en Gijón. Tras rechazar en la 96-97 una oferta de Ourense en ACB, Luis Casimiro estuvo a punto de ascender con el Gijón Baloncesto. Nuevamente la mala suerte jugó en su contra: lesión de Mike Giomi días antes del Playoff y otro partido agónico y decisivo donde la moneda salió cruz. Un campo atrás entre Paco Vázquez y Carles Marco en la última jugada del 5º partido contra Andorra dejó sin opciones a su equipo.


  • El "partido a partido" en Manresa. Mucho antes de que la frase se pusiera de moda por la cacareada frase de Simeone en los medios de comunicación, él planteaba esa filosofía en cada rueda de prensa como entrenador del TDK, su primera experiencia como primer entrenador en la élite. Pese a perder el primer partido por uno y tener un presupuesto modesto, todo soplaba a favor en Manresa, con el equipo yendo a más y plantándose en Playoff dispuesto a cumplir su sueño.


  • Una promesa cumplida. Luis Casimiro apostó raparse en caso de llegar a la final. No solo lo hizo sino que, tras ganar en cuartos al Estu y en semis al Real Madrid, dio un paso más para conquistar la ACB en la final contra el Taugrés de Scariolo. Una hazaña. "Esta final no solo ha sido histórica para el Manresa, sino para todo el baloncesto", llegó a decir. Ah, y sí... ¡cumplió su apuesta y perdió su pelo por el camino! Aún resuena en su cabeza el mítico "Es súper fort" de Josmar, cantada una y otra vez en el balcón del Ayuntamiento.


  • El TDK Manresa de Luis Casimiro levanta el trofeo de campeón (ACB Photo)
    © El TDK Manresa de Luis Casimiro levanta el trofeo de campeón (ACB Photo)


  • El último guiño europeo del Cáceres. El entrenador recuperó a un equipo que venía a menos. En Cáceres, la imagen mejoró, Abrams se convirtió en uno de los grandes americanos de la ACB y el equipo quedó 9º, con el último billete europeo (Korac) hasta la fecha.


  • La no-rueda de prensa de la Saporta. El paso de Luis Casimiro por Pamesa Valencia tuvo como punto cumbre la final de la Copa Saporta en Lyon. Aquel partido, ganado por el Siena de Naumoski (23) le hizo vivir una situación inédita en su carrera: al acabar el choque, hubo invasión de aficionados italianos y ni Luengo ni el técnico pudieron llegar a la sala de prensa, amenazados junto a otros periodistas valencianos durante más de media hora.


  • Resurrección en Valladolid. Llegó al mítico Fórum para sustituir a su buen amigo Mulero y convirtió un 2-9 de balance y una situación crítica en una salvación final, con 9 victorias que valieron la permanencia. Irónicamente, el desacuerdo con el secretario técnico Sunil Bhardwaj le dejó sin continuar en el Fórum.


  • Decepción alicantina como aprendizaje. Aquella 2003-04 fue, seguramente, la peor experiencia profesional de su carrera. Nada salió bien para un entrenador que perdió 2 de sus 14 partidos en el Lucentum antes de ser sustituido, quedándose en el paro por única vez en su carrera hasta la temporada siguiente. En aquel momento, su viejo amigo Ricardo Hevia le llamó y le dijo: "Ahora ya puedes decir que eres entrenador de verdad".

    Luis Casimiro da instrucciones en el banquillo (Foto: Baloncesto Fuenlabrada)
    © Luis Casimiro da instrucciones en el banquillo (Foto: Baloncesto Fuenlabrada)


    • De la nada al todo en Fuenlabrada. "He nacido en Villamayor de Calatrava y me formé en Puertollano. Volver a entrenar en LEB no es ningún trauma, no se me caen los anillos por esto", afirmó Luis Casimiro al tomar las riendas del Fuenla, que venía de un descenso. De ser campeón ACB a la LEB en 6 años. La decisión fue la acertada. En aquel equipo inolvidable de los Guardia, Solana o Ferrán Lopez ascendió al primer intento. Firmó por dos años y acabó quedándose cuatro, en una de las etapas más felices de su carrera.


    • Ilusión en el Estu. Seguramente uno de los pasos al frente que más le ilusionaron en toda su trayectoria, muy identificado con la filosofía colegial. "Solo podemos pelear contra el dinero a base de baloncesto", afirmó a su llegada. En su trienio estudiantil, levantó al club de sus cenizas, lo devolvió a Copa y Playoff y rozó el sueño europeo invocando una remontada que nunca llegó contra el Cedevita.


    • El 9º puesto más importante. Tras ser destutuido en su segunda etapa vallisoletana, pasó por Málaga, con el Unicaja a la deriva y el Playoff casi imposible. Luis Casimiro estuvo a punto de lograr meterle a la heroica, tras varias victorias de prestigio, aunque al menos pudo amarrar la Euroliga gracias a dos valiosas victorias finales. Jamás se celebró tanto en Málaga un 9º puesto, aquel que permitió mantener la licencia de Euroliga. Lo que entonces no se imaginaba es el tal Alberto Díaz que había debutado de su mano, años más tarde, le daría otro billete a la máxima competición continental. Esta vez, como héroe en Eurocup.


    • Otro fuego apagado en Sevilla. Cómodo ya en su papel de bombero, Luis Casimiro aterrizó en Sevilla en plena crisis, con el equipo con 3 victorias y 15 derrotas y un pie en la LEB. Sin embargo, el equipo resucitó en febrero (elegido mejor técnico por la AEEB de aquel mes), ganó 9 partidos de ahí al final de temporada y el equipo se salvó a lo grande.


    • Llegar, ver y vencer para Luis Casimiro (ACB Photo)
      © Llegar, ver y vencer para Luis Casimiro (ACB Photo)


    • El primer título amarillo. Como ocurrió en Manresa, fue llegar y besar el santo. Esta vez, si cabe, mucho más rápido que la anterior, logrando que su Herbalife Gran Canaria conquistara en el Buesa Arena la Supercopa Endesa 2016, en el primer título del club en toda su historia. "Ahora tengo más años y lo estoy saboreando más que cuando conseguimos el título en el 98, sabiendo que llegar hasta aquí me ha costado mucho", dijo entonces emocionado. Su sueño amarillo continúa.


    • Algo más que un mapamundi. En la temporada pasada, antes de jugar en Málaga, dos niños, Lía y Ares, hijo de un amigo de Puertollano, le regalaron por sorpesa un mpaa con todos los puntos de la geografía nacional donde ha estado, con logo ACB y el escudo de su localidad. El mejor reflejo de lo grande que ha sido -y es- su carrera.


    • El coqueteo con la Selección. Luis Casimiro reconoce que tuvo opciones de ser seleccionador nacional en 2002, cuando entró Imbroda y, especialmente, en 2008, justo antes de la llegada de Aíto, donde hubo contactos más serios. Eso sí, el técnico vivió la experiencia de ser ayudante en la Sub22 en el inicio de su carrera, tras su primer año en Alicante.


    • Solo una vez en el paro. En una carrera tan larga, no todos pueden decir que casi siempre han estado entrenando de manera ininterrumpida. De sus tres destituciones a mitad de temporada, en dos encontró equipo al momento: tanto en 2012 -dos meses entre Valladolid y Málaga- como en 2015, con escasas semanas entre Fuenlabrada y Sevilla. Su único pero, aquellos meses entre diciembre de 2003 y mayo de 2004, cuando perdió su puesto en Alicante.




    • El orgullo de un pueblo. El único entrenador capaz de haber ganado EBA, LEB y ACB es toda una institución en Puertollano, donde fue nombrado Caballero del Santo Voto y ha sido pregonero en la feria. ¡Hasta tiene un pabellón! La placa de la calle Numancia es su mayor legado: el Polideportivo Luis Casimiro es toda una realidad. Nadie le regaló nada desde aquel bendito reto con los de 4º de EGB.